Cuando hablamos de bestias y monstruos marinos, habitualmente pensamos en míticas criaturas como el Kraken o el Leviatán, seres de leyenda que forman parte de los mitos y la cultura o el folclore popular. En algunos casos, con una realidad detrás del mito de varios de estos seres mitológicos, basados probablemente en animales que realmente existieron.
A pesar de los avances de la ciencia y la tecnología, los océanos siguen siendo uno de los grandes desconocidos aún hoy. Si bien en la actualidad podemos encontrar en nuestros mares animales tan impresionantes como el gran tiburón blanco o la espectacular fauna abisal de las profundidades de los océanos, todos ellos palidecen ante los grandes depredadores marinos prehistóricos. Seres de pesadilla y auténticos monstruos marinos reales que dominaron los mares de la Tierra hace millones de años.
El Dunkleosteus era un pez prehistórico de armadura plateada que podía llegar a medir diez metros. Un monstruo de cuatro toneladas que aterrorizó a toda la vida marina del periodo Devónico, hace entre 415 y 360 millones de años.
Este animal apareció en la Tierra 175 millones de años antes que el primer dinosaurio y fue uno de los primeros con mandíbula vertebrada. Su cabeza estaba totalmente acorazada, provista de una temible mandíbula lo convirtió en el primer superdepredador de los antiguos mares. Su cráneo, con el escudo torácico, medía 1,3 metros a su punto más amplio, y las placas de su armadura cinco centímetros de grosor.
A pesar de no tener auténticos dientes, disponía de dos largas cuchillas huesudas en la boca para romper y aplastar a cualquier criatura que se topara con él. Su mordedura era realmente fuerte, se estima que podía llegar a los 5.000 kilos de fuerza, el doble de fuerza que el gran tiburón blanco y a la altura de los grandes depredadores como el Tyrannosaurus Rex.
Aunque este animal estaba en la cima de la cadena alimenticia como el mayor depredador de su tiempo, su reinado duró relativamente poco (cerca de 50 millones de años). Los motivos de su extinción siguen siendo desconocidos para los científicos, aunque probablemente coincidió con la extinción masiva, considerada una de las cinco mayores ocurridas en la Tierra, que se dio al final del periodo Devónico, hace 360 millones de años.
Con el nombre científico de Carcharodon megalodon y conocido como megalodonte, tiburón megadiente o tiburón blanco gigante, fue un enorme tiburón que vivió probablemente entre hace 20 y 1,5 millones de años (aunque se cree que se pudo extinguir más tarde). Fue el depredador supremo de los océanos del planeta durante el Mioceno y el Plioceno (hace entre 25 y 5 millones de años).
Los únicos restos fósiles encontrados de este impresionante animal son numerosos dientes fósiles, algunas vértebras y esqueletos parciales en el Caribe. Los dientes del Megalodón son en gran parte similares a los del tiburón blanco actual (Carcharodon carcharias), pero con un tamaño mucho mayor, pudiendo superar los 17,5 centímetros de largo (el triple que los dientes del gran tiburón blanco).
Aunque no se ha podido determinar con exactitud el tamaño del Megalodón, no hay duda de que era un depredador gigantesco. Las estimaciones más prudentes señalan que el tamaño de esta criatura oscila entre los 12 y 15 metros, llegando a pesar hasta 30 toneladas. Sin embargo algunos de los fósiles de Megalodon encontrados indican que podría haber tenido un tamaño aún mayor, con ejemplares adultos de más de 20 metros y cincuenta toneladas de peso.
El megalodon era sin duda una auténtico monstruo marino, siendo además de uno de los mayores peces que ha existido, uno de los depredadores más poderosos de la historia. El enfriamiento de los océanos o el declive de varias de sus presas fueron algunos de los factores de su extinción. Se cree que el Megalodón empezó paulatinamente a desaparecer hace 3 millones de años, produciéndose su total exintición hace aproximadamente 1,5 millones de años.
Existen diversos reportes y avistamientos de personas que aseguran haber visto Megalodontes vivos en las últimas décadas. Sin embargo ninguno de estos avistamientos se ha podido confirmar y lo más probable es que se trate de grandes tiburones blancos. Un animal emparentado directamente con el Megalodón y del que se han podido capturar algunos ejemplares enormes de más de 7 metros de longitud, sin que sepamos realmente cuál es el tamaño máximo que puede llegar a alcanzar esta especie (las estimaciones de los científicos apuntan a que podrían existir grandes tiburones blancos de más de 10 metros).
El Livyatan Melvillei es un género y especie extinto de cetáceo con dientes que fue descubierto en el año 2008 en lo que hoy es Perú. Era un superdepredador que poseía los dientes más grandes encontrados en cualquier animal conocido hasta la fecha, unos gigantescos dientes de 36 centímetros de longitud.
Con un tamaño 3 veces mayor que una orca actual, el Livyatan vivió hace entre 12 y 13 millones de años y probablemente rivalizaba por las presas y se tuvo que enfrentar con el temible Megalodon. Para ello, disponía de una gran fuerza, unos dientes temibles y un tamaño considerable, ya que el Livyatan Melvillei medía entre 14 y 17,5 metros de largo y podía llegar a alcanzar las 100 toneladas de peso.
Entre sus presas se contaban ballenas barbadas de hasta 10 metros, focas , tortugas marinas , delfines y tiburones. Lo hacía posiblemente atacando a dentelladas con la ayuda de sacudidas de la cola o incluso se cree que golpeaba a las presas con su cráneo a modo de ariete para aturdirlas o para asestarlas golpes letales.
En realidad, el Livyatan Melvillei no fue el único cachalote prehistórico que rivalizó con el Megalodon. El Brygmophyseter shigensis, aunque de menor tamaño, era capaz de organizarse socialmente y en algunos de sus restos fósiles se han encontrado indicios de mordeduras de Megalodontes.
Este enorme animal vivió en el período cretácico (hace entre 70 y 65 millones de años) en lo que hoy es Europa y Norteamérica. La mayor especie conocida del género, el Mosasaurus hoffmanni, podía llegar a alcanzar cerca de 18 metros de longitud.
Se cree que los Mosasaurus vivían cerca de la superficie de los océanos, donde cazaban a sus presas principales como peces, tortugas y otros mosasaurus más pequeños. Rara vez se adentraba en las profundidades marinas.
Aunque tenía un cráneo relativamente pequeño en comparación al tamaño de su cuerpo, era un animal muy robusto y contaba con unas poderosas mandíbulas con grandes dientes muy afilados en forma cónica, similar a las mandíbulas de los cocodrilos. Tenía además una gran y fuerte aleta al final de su cuerpo, lo que probablemente le servía para maniobrar de forma ágil y nadar a una gran velocidad.
El Liopleurodon ("dientes de caras lisas") es un género de plesiosaurios pliosáuridos que vivieron en el Jurásico Medio (hace aproximadamente 160 y 155 millones de años), en lo que hoy es Europa. La especie más grande, el Liopleurodon Ferox, está entre los mayores carnívoros que han existido.
A pesar de su enorme tamaño, los liopleurodontes eran unos nadadores muy ágiles, con un cuerpo musculoso e hidrodinámico, con cuatro aletas muy potentes.
Para avanzar, empujaba para abajo las aletas delanteras, y para aumentar la velocidad accionaba hacia atrás las aletas traseras, lo que sugiere que el Liopleurodon podía alcanzar una gran velocidad. Era capaz de perseguir velozmente y por largos períodos a su presa, e incluso podía sumergirse a grandes profundidades sin problema.
Desde su descubrimiento a finales del siglo XIX, se ha especulado mucho sobre el tamaño que podía llegar a alcanzar este impresionante animal. Su tamaño adulto podía estar entre los 6 y los 12 metros de longitud. Un extraño ejemplar de plesiosaurio gigante aparecido en México ("monstruo de Aramberri)", ha hecho que se revisen estos datos. Se cree que podría tratarse de un enorme Liopleurodon que podía llegar a medir entre 15 y 25 metros, con un peso estimado de alrededor de 50 toneladas.
En todo caso, el Liopleurodon era sin duda el superdepreador de su época, sin ningún rival capaz de hacerle frente, muy probablemente su único enemigo natural era la competencia con otros liopleurodontes.
Una especie descubierta en el año 2010 cuyo nombre significa "gobernante de los mares" o "devorador de reptiles". El Thalattoarchon vivió durante el período Triásico, hace 244 millones de años y podía alcanzar los 9 metros de longitud, siendo uno de los primeros grandes depredadores marinos que podía devorar presas de un tamaño similar al suyo.
Su cuerpo era muy alargado, con un gran cráneo y una fuerte mandíbula con dientes grandes de bordes cortantes, adaptado para la caza de reptiles marinos o de otros ictiosaurios.
El descubrimiento del Thalattoarchon ha sido de gran importancia para la ciencia. Este animal vivió 5 millones de años después de la peor extinción masiva que se haya viso en la tierra, la Extinción masiva del Pérmico-Triásico. Para que un animal tan grande como el Thalattoarchon pudiera haber evolucionado hasta ese tamaño tras una extinción que acabó con más del 95% de las especies del planeta, solo puede ser posible si las presas evolucionaron con él. El Thalattoarchon es la prueba, como señalan varios científicos, de que en unos pocos millones de años tras la gran extinción, la vida en muchos ambientes marinos se recuperó y evolucionó muy rápidamente.
A pesar de los avances de la ciencia y la tecnología, los océanos siguen siendo uno de los grandes desconocidos aún hoy. Si bien en la actualidad podemos encontrar en nuestros mares animales tan impresionantes como el gran tiburón blanco o la espectacular fauna abisal de las profundidades de los océanos, todos ellos palidecen ante los grandes depredadores marinos prehistóricos. Seres de pesadilla y auténticos monstruos marinos reales que dominaron los mares de la Tierra hace millones de años.
Dunkleosteus
El Dunkleosteus era un pez prehistórico de armadura plateada que podía llegar a medir diez metros. Un monstruo de cuatro toneladas que aterrorizó a toda la vida marina del periodo Devónico, hace entre 415 y 360 millones de años.
Este animal apareció en la Tierra 175 millones de años antes que el primer dinosaurio y fue uno de los primeros con mandíbula vertebrada. Su cabeza estaba totalmente acorazada, provista de una temible mandíbula lo convirtió en el primer superdepredador de los antiguos mares. Su cráneo, con el escudo torácico, medía 1,3 metros a su punto más amplio, y las placas de su armadura cinco centímetros de grosor.
A pesar de no tener auténticos dientes, disponía de dos largas cuchillas huesudas en la boca para romper y aplastar a cualquier criatura que se topara con él. Su mordedura era realmente fuerte, se estima que podía llegar a los 5.000 kilos de fuerza, el doble de fuerza que el gran tiburón blanco y a la altura de los grandes depredadores como el Tyrannosaurus Rex.
Aunque este animal estaba en la cima de la cadena alimenticia como el mayor depredador de su tiempo, su reinado duró relativamente poco (cerca de 50 millones de años). Los motivos de su extinción siguen siendo desconocidos para los científicos, aunque probablemente coincidió con la extinción masiva, considerada una de las cinco mayores ocurridas en la Tierra, que se dio al final del periodo Devónico, hace 360 millones de años.
Megalodón
Con el nombre científico de Carcharodon megalodon y conocido como megalodonte, tiburón megadiente o tiburón blanco gigante, fue un enorme tiburón que vivió probablemente entre hace 20 y 1,5 millones de años (aunque se cree que se pudo extinguir más tarde). Fue el depredador supremo de los océanos del planeta durante el Mioceno y el Plioceno (hace entre 25 y 5 millones de años).
Los únicos restos fósiles encontrados de este impresionante animal son numerosos dientes fósiles, algunas vértebras y esqueletos parciales en el Caribe. Los dientes del Megalodón son en gran parte similares a los del tiburón blanco actual (Carcharodon carcharias), pero con un tamaño mucho mayor, pudiendo superar los 17,5 centímetros de largo (el triple que los dientes del gran tiburón blanco).
Aunque no se ha podido determinar con exactitud el tamaño del Megalodón, no hay duda de que era un depredador gigantesco. Las estimaciones más prudentes señalan que el tamaño de esta criatura oscila entre los 12 y 15 metros, llegando a pesar hasta 30 toneladas. Sin embargo algunos de los fósiles de Megalodon encontrados indican que podría haber tenido un tamaño aún mayor, con ejemplares adultos de más de 20 metros y cincuenta toneladas de peso.
El megalodon era sin duda una auténtico monstruo marino, siendo además de uno de los mayores peces que ha existido, uno de los depredadores más poderosos de la historia. El enfriamiento de los océanos o el declive de varias de sus presas fueron algunos de los factores de su extinción. Se cree que el Megalodón empezó paulatinamente a desaparecer hace 3 millones de años, produciéndose su total exintición hace aproximadamente 1,5 millones de años.
Existen diversos reportes y avistamientos de personas que aseguran haber visto Megalodontes vivos en las últimas décadas. Sin embargo ninguno de estos avistamientos se ha podido confirmar y lo más probable es que se trate de grandes tiburones blancos. Un animal emparentado directamente con el Megalodón y del que se han podido capturar algunos ejemplares enormes de más de 7 metros de longitud, sin que sepamos realmente cuál es el tamaño máximo que puede llegar a alcanzar esta especie (las estimaciones de los científicos apuntan a que podrían existir grandes tiburones blancos de más de 10 metros).
Livyatan Melvillei
El Livyatan Melvillei es un género y especie extinto de cetáceo con dientes que fue descubierto en el año 2008 en lo que hoy es Perú. Era un superdepredador que poseía los dientes más grandes encontrados en cualquier animal conocido hasta la fecha, unos gigantescos dientes de 36 centímetros de longitud.
Con un tamaño 3 veces mayor que una orca actual, el Livyatan vivió hace entre 12 y 13 millones de años y probablemente rivalizaba por las presas y se tuvo que enfrentar con el temible Megalodon. Para ello, disponía de una gran fuerza, unos dientes temibles y un tamaño considerable, ya que el Livyatan Melvillei medía entre 14 y 17,5 metros de largo y podía llegar a alcanzar las 100 toneladas de peso.
Entre sus presas se contaban ballenas barbadas de hasta 10 metros, focas , tortugas marinas , delfines y tiburones. Lo hacía posiblemente atacando a dentelladas con la ayuda de sacudidas de la cola o incluso se cree que golpeaba a las presas con su cráneo a modo de ariete para aturdirlas o para asestarlas golpes letales.
En realidad, el Livyatan Melvillei no fue el único cachalote prehistórico que rivalizó con el Megalodon. El Brygmophyseter shigensis, aunque de menor tamaño, era capaz de organizarse socialmente y en algunos de sus restos fósiles se han encontrado indicios de mordeduras de Megalodontes.
Mosasaurus
Este enorme animal vivió en el período cretácico (hace entre 70 y 65 millones de años) en lo que hoy es Europa y Norteamérica. La mayor especie conocida del género, el Mosasaurus hoffmanni, podía llegar a alcanzar cerca de 18 metros de longitud.
Se cree que los Mosasaurus vivían cerca de la superficie de los océanos, donde cazaban a sus presas principales como peces, tortugas y otros mosasaurus más pequeños. Rara vez se adentraba en las profundidades marinas.
Aunque tenía un cráneo relativamente pequeño en comparación al tamaño de su cuerpo, era un animal muy robusto y contaba con unas poderosas mandíbulas con grandes dientes muy afilados en forma cónica, similar a las mandíbulas de los cocodrilos. Tenía además una gran y fuerte aleta al final de su cuerpo, lo que probablemente le servía para maniobrar de forma ágil y nadar a una gran velocidad.
Liopleurodon
El Liopleurodon ("dientes de caras lisas") es un género de plesiosaurios pliosáuridos que vivieron en el Jurásico Medio (hace aproximadamente 160 y 155 millones de años), en lo que hoy es Europa. La especie más grande, el Liopleurodon Ferox, está entre los mayores carnívoros que han existido.
A pesar de su enorme tamaño, los liopleurodontes eran unos nadadores muy ágiles, con un cuerpo musculoso e hidrodinámico, con cuatro aletas muy potentes.
Para avanzar, empujaba para abajo las aletas delanteras, y para aumentar la velocidad accionaba hacia atrás las aletas traseras, lo que sugiere que el Liopleurodon podía alcanzar una gran velocidad. Era capaz de perseguir velozmente y por largos períodos a su presa, e incluso podía sumergirse a grandes profundidades sin problema.
Desde su descubrimiento a finales del siglo XIX, se ha especulado mucho sobre el tamaño que podía llegar a alcanzar este impresionante animal. Su tamaño adulto podía estar entre los 6 y los 12 metros de longitud. Un extraño ejemplar de plesiosaurio gigante aparecido en México ("monstruo de Aramberri)", ha hecho que se revisen estos datos. Se cree que podría tratarse de un enorme Liopleurodon que podía llegar a medir entre 15 y 25 metros, con un peso estimado de alrededor de 50 toneladas.
En todo caso, el Liopleurodon era sin duda el superdepreador de su época, sin ningún rival capaz de hacerle frente, muy probablemente su único enemigo natural era la competencia con otros liopleurodontes.
Thalattoarchon Saurophagis
Una especie descubierta en el año 2010 cuyo nombre significa "gobernante de los mares" o "devorador de reptiles". El Thalattoarchon vivió durante el período Triásico, hace 244 millones de años y podía alcanzar los 9 metros de longitud, siendo uno de los primeros grandes depredadores marinos que podía devorar presas de un tamaño similar al suyo.
Su cuerpo era muy alargado, con un gran cráneo y una fuerte mandíbula con dientes grandes de bordes cortantes, adaptado para la caza de reptiles marinos o de otros ictiosaurios.
El descubrimiento del Thalattoarchon ha sido de gran importancia para la ciencia. Este animal vivió 5 millones de años después de la peor extinción masiva que se haya viso en la tierra, la Extinción masiva del Pérmico-Triásico. Para que un animal tan grande como el Thalattoarchon pudiera haber evolucionado hasta ese tamaño tras una extinción que acabó con más del 95% de las especies del planeta, solo puede ser posible si las presas evolucionaron con él. El Thalattoarchon es la prueba, como señalan varios científicos, de que en unos pocos millones de años tras la gran extinción, la vida en muchos ambientes marinos se recuperó y evolucionó muy rápidamente.