Durante siglos, la existencia de seres mitológicos se han transmitido en las diferentes culturas y civilizaciones como parte de leyendas o mitos de la cultura popular. Gran parte de estos animales mitológicos son seres fantásticos y criaturas sobrenaturales creadas por el imaginario colectivo para intentar dar una explicación a fenómenos que no podían explicar. Sin embargo los descubrimientos arqueológicos y científicos empiezan a demostrar que algunos de estos animales considerados mitológicos pueden tener detrás un trasfondo de realidad y estar basado el mito en animales que realmente existieron.
De forma genérica, los animales considerados ocultos, extintos o desconocidos pero presentes en la mitología se denominan críptidos y de su búsqueda se ocupa la criptozoología, un pseudociencia que surgió a mediados del Siglo XX. Entre el gran listado de animales críptidos que están en estudio, los criptzoólogos cuentan ya con algunos éxitos destacables como el celacanto o el okapi. Demostrar la existencia de animales mitológicos es un reto más difícil para los investigadores, aunque gracias al descubrimiento de nuevas especies y de restos arqueológicos por todo el mundo, en muchos casos el mito puede estar más cerca de la realidad de lo que se pensaba.
El Kraken (palabra noruega que significa “monstruo marino legendario”) es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que aparece en testimonios y avistamientos en todos los mares, especialmente en el Norte de Europa. Según la leyenda del Kraken, este animal mitológico emergía de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos. Medía más de dos millas, poseía fuertes y largos tentáculos, capaces de enroscarse con facilidad en los mástiles de los barcos y así, llevarlos al fondo del mar.
Con el tiempo, el mito se fue suavizando y aún manteniéndose como una criatura mitológica, se le dio al Kraken un tamaño más reducido en las historias con el paso de los siglos. La leyenda pudo haberse originado en el avistamiento de calamares gigantes reales que con un tamaño estimado de 13 a 15 metros de largo incluyendo los tentáculos, eran consideradas unas criaturas míticas hasta que se demostró su existencia. Son animales de inmersión profunda que pueden descender hasta zonas abisales a pesar de alcanzar dimensiones extraordinarias: recientes estimaciones dan un máximo de 15 metros para machos y de 17-19 metros para las hembras. Aunque se ha especulado con la existencia de ejemplares de mucho más de veinte metros y media tonelada de peso, no está constatado. Uno de los mayores especímenes fue una hembra, cuyo cadáver quedó varado en una playa de Nueva Zelanda, en 1887, que medía en torno a los 18 metros de largo. También se habla de otro ejemplar capturado accidentalmente en el año 1933, en aguas neozelandesas, de 21 metros y 275 kilos de peso.
En mitologías como la hinduista y la budista las apariciones en sus relatos de serpientes gigantes son habituales. Se les denomina Nagas o Phaya Naga a un tipo de dioses que toman la forma de serpientes gigantes. La más conocida de todas ellas es la conocida como Serpiente Gigante de Naga del río Mekong que según la mitología local es la responsable del extraño fenómeno de las bolas de Fuego de Naga (Luces del río Mekong) que se produce todos los años en algunos tramos del río sin que se haya encontrado aún alguna explicación científica al fenómeno.
No faltan testimonios a lo lago de los siglos de lugareños que afirman haber visto al mítico dios Naga reencarnado en un gigantesco animal en el Mekong. Se cree que esta leyenda de la serpiente de Naga podría estar basada en un animal real, una gigantesca serpiente ya extinta del género Madtsoiidae que pudo alcanzar los 11 metros de largo. Incluso se han encontrado restos en otros lugares del planeta de serpientes aún mayores como la Titanoboa con cerca de 14 metros de largo que podrían estar detrás de otros mitos basados en enormes serpientes en la cultura popular.
Estos seres mitológicos aparecen en numerosas historias y leyendas de diferentes culturas y en épocas muy distintas. El concepto de Unicornio que nos ha quedado es el de un caballo totalmente blanco con un mágico cuerno en la frente, sin embargo el aspecto que se le daba antiguamente difería un poco, el unicornio era una especie de caballo blanco con barba de chivo, patas de antílope, su característico cuerno en la frente, e incluso en algunos casos con cola de león o de jabalí.
Las más conocidas son las leyendas de la Edad Media que hacen referencia a esta mítica criatura, aunque sus orígenes se remontan a la Antigua Grecia cuando Ctesias, un historiador y médico griego, relataba en el siglo V a.C. como había llegado a ver a este animal en sus viajes a la India. Hay además cierta controversia sobre si también aparece este mítico ser en la Biblia ya que no se sabe con certeza si se habla directamente de un unicornio o es una interpretación incorrecta de algún otro animal como el rinoceronte. En todo caso, los unicornios han sido protagonistas de numerosos mitos e historias a lo largo de los siglos, especialmente en la Edad Media, cuando se creía que su cuerno tenía ciertas propiedades curativas y protectoras.
Algunos investigadores apuntan a que no se puede descartar que haya podido existir alguna especie de caballos con un cuerno en la frente y que no haya sido aún descubierta, sin embargo hasta que no se encuentre algún resto que lo puede confirmar, queda como una hipótesis minoritaria. La mayoría de historiadores e investigadores creen que hay tres grandes hipótesis que podrían explicar la realidad tras el mito del unicornio:
Los primeros en mencionar unicornios fueron las expediciones griegas a la India, quienes llamaban "caballo de mar" a los hipopótamos y hablaron de un extraño ser al que denominaron "unicornio". La mayoría de investigadores de textos antiguos interpretan que es muy probable que estuvieran haciendo referencia a los rinocerontes indios.
Respecto al comercio de cuernos de unicornio que parecía existir en la Edad Media. Se cree que proviene de las expediciones vikingas, quienes conocían y cazaban narvales para vender posteriormente su cuerno como auténticos cuernos del mítico unicornio. En el castillo-palacio de Rosenborg, en Copenhague, podemos encontrar el Trono de Unicornio mandado construir por el Rey Federico III de Dinamarca. La leyenda de este trono construido con supuestos cuernos de unicornios perduró durante mucho tiempo, hoy en día quienes han podido analizar el trono confirman que está fabricado con cuernos de narvales.
La última hipótesis es la más reciente, cuando se descubrió en el año 2008 en Italia un corzo con un cuerno en el centro de la frente. Si esta peculiaridad se ha producido más veces a lo largo de la historia, es posible que sea el animal tras el mito del unicornio en Europa.
Conocido como Migou, Yeti o el Abominable Hombre de las Nieves, todas las historias sobre este mítico ser hablan de una especie de simio gigante con el cuerpo cubierto de pelo que habita en la Cordillera del Himalaya. Su leyenda varía ligeramente en cada mitología local e incluso los mismos tibetanos hablan de tres tipos diferentes de Yetis: el considerado Gran Yeti que mediría más de dos metros y medio: el pequeño Yeti llamado por los tibetanos yeh-teh o mi-teh que no llegaría al metro y medio de altura con un pelaje de color rojizo; y el nyalmo o mi-chen-po, un gigantesco yeti de más de 4 metros que aparece en algunas historias tibetanas cuyas huellas serían de cerca de 60 centímetros.
El primero de ellos, el Gran Yeti, es el más conocido por la cultura popular y está relacionado con otros mitos similares fuera de Asia, como el Bigfoot o Sasquatch en América del Norte, el Kunk en los Andes o el Yowie en Australia. Se han encontrado durante años huellas y algunas pruebas como videos y forografías de dudosa credibilidad pero ningún resto o prueba válida para demostrar la existencia de esta mítica criatura. Por ello se ha considerado tradicionalmente que el animal tras el mito del Yeti podía ser algún tipo de oso lanudo.
Sin embargo, lo restos hallados por el paleontólogo alemán Ralph von Koenigswald en Hong Kong pertenecientes a una especie gigante de homínido hasta entonces desconocida ha abierto nuevas posibilidades.
Estos restos corresponden al Gigantopithecus blacki, un gran primate de 3 metros de altura y cerca de 600 kg que se estima extinto desde hace 100.000 años. Tras este descubrimiento, algunos investigadores desarrollaron la teoría del Bigfoot (Pies grandes), según la cual la especie Gigantopithecus blacki no se habría llegado a extinguir y tras cruzar el estrecho de Bering este animal habría conseguido llegar a los bosques de Norteamérica hasta convertirse en el ser mitológico de aspecto simiesco que sigue siendo uno de los grandes misterios de la criptozoología.
Por el momento, tanto el Yeti como el Bigfoot seguirán formando parte del folclore popular y del mito hasta que no aparezca alguna prueba tangible que demuestre su existencia. Asociarlos al Gigantopithecus blacki es por el momento una simple teoría especulativa sobre un animal que se sabe con certeza que existió pero que se considera extinguido. Quizás la ciencia nos depare alguna nueva sorpresa en el futuro.
De forma genérica, los animales considerados ocultos, extintos o desconocidos pero presentes en la mitología se denominan críptidos y de su búsqueda se ocupa la criptozoología, un pseudociencia que surgió a mediados del Siglo XX. Entre el gran listado de animales críptidos que están en estudio, los criptzoólogos cuentan ya con algunos éxitos destacables como el celacanto o el okapi. Demostrar la existencia de animales mitológicos es un reto más difícil para los investigadores, aunque gracias al descubrimiento de nuevas especies y de restos arqueológicos por todo el mundo, en muchos casos el mito puede estar más cerca de la realidad de lo que se pensaba.
El Kraken
El Kraken (palabra noruega que significa “monstruo marino legendario”) es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que aparece en testimonios y avistamientos en todos los mares, especialmente en el Norte de Europa. Según la leyenda del Kraken, este animal mitológico emergía de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos. Medía más de dos millas, poseía fuertes y largos tentáculos, capaces de enroscarse con facilidad en los mástiles de los barcos y así, llevarlos al fondo del mar.
Con el tiempo, el mito se fue suavizando y aún manteniéndose como una criatura mitológica, se le dio al Kraken un tamaño más reducido en las historias con el paso de los siglos. La leyenda pudo haberse originado en el avistamiento de calamares gigantes reales que con un tamaño estimado de 13 a 15 metros de largo incluyendo los tentáculos, eran consideradas unas criaturas míticas hasta que se demostró su existencia. Son animales de inmersión profunda que pueden descender hasta zonas abisales a pesar de alcanzar dimensiones extraordinarias: recientes estimaciones dan un máximo de 15 metros para machos y de 17-19 metros para las hembras. Aunque se ha especulado con la existencia de ejemplares de mucho más de veinte metros y media tonelada de peso, no está constatado. Uno de los mayores especímenes fue una hembra, cuyo cadáver quedó varado en una playa de Nueva Zelanda, en 1887, que medía en torno a los 18 metros de largo. También se habla de otro ejemplar capturado accidentalmente en el año 1933, en aguas neozelandesas, de 21 metros y 275 kilos de peso.
La Serpiente Gigante de Naga
En mitologías como la hinduista y la budista las apariciones en sus relatos de serpientes gigantes son habituales. Se les denomina Nagas o Phaya Naga a un tipo de dioses que toman la forma de serpientes gigantes. La más conocida de todas ellas es la conocida como Serpiente Gigante de Naga del río Mekong que según la mitología local es la responsable del extraño fenómeno de las bolas de Fuego de Naga (Luces del río Mekong) que se produce todos los años en algunos tramos del río sin que se haya encontrado aún alguna explicación científica al fenómeno.
No faltan testimonios a lo lago de los siglos de lugareños que afirman haber visto al mítico dios Naga reencarnado en un gigantesco animal en el Mekong. Se cree que esta leyenda de la serpiente de Naga podría estar basada en un animal real, una gigantesca serpiente ya extinta del género Madtsoiidae que pudo alcanzar los 11 metros de largo. Incluso se han encontrado restos en otros lugares del planeta de serpientes aún mayores como la Titanoboa con cerca de 14 metros de largo que podrían estar detrás de otros mitos basados en enormes serpientes en la cultura popular.
Unicornios
Estos seres mitológicos aparecen en numerosas historias y leyendas de diferentes culturas y en épocas muy distintas. El concepto de Unicornio que nos ha quedado es el de un caballo totalmente blanco con un mágico cuerno en la frente, sin embargo el aspecto que se le daba antiguamente difería un poco, el unicornio era una especie de caballo blanco con barba de chivo, patas de antílope, su característico cuerno en la frente, e incluso en algunos casos con cola de león o de jabalí.
Las más conocidas son las leyendas de la Edad Media que hacen referencia a esta mítica criatura, aunque sus orígenes se remontan a la Antigua Grecia cuando Ctesias, un historiador y médico griego, relataba en el siglo V a.C. como había llegado a ver a este animal en sus viajes a la India. Hay además cierta controversia sobre si también aparece este mítico ser en la Biblia ya que no se sabe con certeza si se habla directamente de un unicornio o es una interpretación incorrecta de algún otro animal como el rinoceronte. En todo caso, los unicornios han sido protagonistas de numerosos mitos e historias a lo largo de los siglos, especialmente en la Edad Media, cuando se creía que su cuerno tenía ciertas propiedades curativas y protectoras.
Algunos investigadores apuntan a que no se puede descartar que haya podido existir alguna especie de caballos con un cuerno en la frente y que no haya sido aún descubierta, sin embargo hasta que no se encuentre algún resto que lo puede confirmar, queda como una hipótesis minoritaria. La mayoría de historiadores e investigadores creen que hay tres grandes hipótesis que podrían explicar la realidad tras el mito del unicornio:
Los primeros en mencionar unicornios fueron las expediciones griegas a la India, quienes llamaban "caballo de mar" a los hipopótamos y hablaron de un extraño ser al que denominaron "unicornio". La mayoría de investigadores de textos antiguos interpretan que es muy probable que estuvieran haciendo referencia a los rinocerontes indios.
Respecto al comercio de cuernos de unicornio que parecía existir en la Edad Media. Se cree que proviene de las expediciones vikingas, quienes conocían y cazaban narvales para vender posteriormente su cuerno como auténticos cuernos del mítico unicornio. En el castillo-palacio de Rosenborg, en Copenhague, podemos encontrar el Trono de Unicornio mandado construir por el Rey Federico III de Dinamarca. La leyenda de este trono construido con supuestos cuernos de unicornios perduró durante mucho tiempo, hoy en día quienes han podido analizar el trono confirman que está fabricado con cuernos de narvales.
La última hipótesis es la más reciente, cuando se descubrió en el año 2008 en Italia un corzo con un cuerno en el centro de la frente. Si esta peculiaridad se ha producido más veces a lo largo de la historia, es posible que sea el animal tras el mito del unicornio en Europa.
El Yeti y el Bigfoot
Conocido como Migou, Yeti o el Abominable Hombre de las Nieves, todas las historias sobre este mítico ser hablan de una especie de simio gigante con el cuerpo cubierto de pelo que habita en la Cordillera del Himalaya. Su leyenda varía ligeramente en cada mitología local e incluso los mismos tibetanos hablan de tres tipos diferentes de Yetis: el considerado Gran Yeti que mediría más de dos metros y medio: el pequeño Yeti llamado por los tibetanos yeh-teh o mi-teh que no llegaría al metro y medio de altura con un pelaje de color rojizo; y el nyalmo o mi-chen-po, un gigantesco yeti de más de 4 metros que aparece en algunas historias tibetanas cuyas huellas serían de cerca de 60 centímetros.
El primero de ellos, el Gran Yeti, es el más conocido por la cultura popular y está relacionado con otros mitos similares fuera de Asia, como el Bigfoot o Sasquatch en América del Norte, el Kunk en los Andes o el Yowie en Australia. Se han encontrado durante años huellas y algunas pruebas como videos y forografías de dudosa credibilidad pero ningún resto o prueba válida para demostrar la existencia de esta mítica criatura. Por ello se ha considerado tradicionalmente que el animal tras el mito del Yeti podía ser algún tipo de oso lanudo.
Sin embargo, lo restos hallados por el paleontólogo alemán Ralph von Koenigswald en Hong Kong pertenecientes a una especie gigante de homínido hasta entonces desconocida ha abierto nuevas posibilidades.
Estos restos corresponden al Gigantopithecus blacki, un gran primate de 3 metros de altura y cerca de 600 kg que se estima extinto desde hace 100.000 años. Tras este descubrimiento, algunos investigadores desarrollaron la teoría del Bigfoot (Pies grandes), según la cual la especie Gigantopithecus blacki no se habría llegado a extinguir y tras cruzar el estrecho de Bering este animal habría conseguido llegar a los bosques de Norteamérica hasta convertirse en el ser mitológico de aspecto simiesco que sigue siendo uno de los grandes misterios de la criptozoología.
Por el momento, tanto el Yeti como el Bigfoot seguirán formando parte del folclore popular y del mito hasta que no aparezca alguna prueba tangible que demuestre su existencia. Asociarlos al Gigantopithecus blacki es por el momento una simple teoría especulativa sobre un animal que se sabe con certeza que existió pero que se considera extinguido. Quizás la ciencia nos depare alguna nueva sorpresa en el futuro.
Gracias!!!
ResponderEliminarMuy interesante y me ayudo mucho.
Saludos