Creada y producida por Joe Weisberg, un antiguo agente de la CIA, la
serie de televisión "The Americans" está ambientada en la década de 1980, durante la
época de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Su trama nos cuenta la historia de
Elizabeth (Keri Russell) y
Philip Jennings (Matthew Rhys), dos agentes de la
KGB soviética, que trabajan
infiltrados como espías, haciéndose pasar por un matrimonio estadounidense que vive en las afueras de Washington D.C. junto con sus hijos y su nuevo vecino, el agente del FBI
Stan Beeman (Noah Emmerich) que trabaja en
contraespionaje (contrainteligencia).

Si bien el argumento de la serie es (supuestamente) ficticio, la
serie The Americans está
inspirada en espías reales rusos que trabajaron como "
agentes dormidos" en Estados Unidos durante años.
Verdaderos superespías que fueron investigados por el
FBI dentro del denominado "
Programa de Ilegales" (Illegals Program) con el nombre en clave de "
Operation Ghost Stories" (Operación historias de fantasmas).
El creador de la serie,
Joe Weisberg, se basó además en
historias reales tras su experiencia como
agente de la CIA, incluyendo algunos varios elementos que aprendió durante su formación, como los protocolos de comunicación. El
programa de ilegales del FBI culminó en 2010, produciéndose un gran escándalo con numerosas detenciones, que impactó a la sociedad americana, por lo que Weisberg decidió
ambientar la historia en los años 80, con
Ronald Reagan de presidente.
Durante años, varios
espías rusos utilizaron países como Canadá para crearse una historia con antecedentes que les sirvieran de
coartada, y convertirse en ciudadanos "occidentales". Llegado el momento, recibirían la orden de ser desplegados en los países objetivo, habitualmente Estados Unidos y Gran Bretaña. Estos "ilegales", fueron implantados en Estados Unidos por el
Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (
SVR), usando
documentos falsificados o asumiendo identidades robadas a estadounidenses.
Superespías que se presentaban como ciudadanos corrientes, matriculándose en Universidades y uniéndose a organizaciones profesionales para establecer contacto con académicos o políticos. El objetivo era
infiltrarse en círculos gubernamentales y obtener acceso así a la inteligencia del Gobierno.
Según la investigación que destapó toda la trama, Moscú encargó a los
agentes rusos que
informaran sobre la política de Estados Unidos en América Central, así como obtener información de la política exterior americana respecto a Rusia, la política militar del país y sobre la política de EEUU en relación con el uso de Internet por los terroristas.
Estos espías fueron objeto de una investigación que duró varios años, llevada a cabo por la
Oficina Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos. La investigación del FBI, denominada
Operation Ghost Stories, culminó en 2010 con la
detención de diez personas en el país y otro sospechoso en Chipre. Diez considerados "
agentes durmientes" que fueron acusados de llevar a cabo misiones de agentes encubiertos a largo plazo en los Estados Unidos en nombre de la Federación Rusa.
Para sus
comunicaciones secretas, los agentes rusos usaban habitualmente redes Wifi de establecimientos como cafeterías o centros comerciales, tarjetas de memoria Flash y
mensajes de texto ocultos en imágenes gráficas y fotos digitales. Para ello, utilizaban un programa informático desarrollado en Moscú que insertaba los mensajes ocultos en los archivos, indetectables a simple vista. El programa se iniciaba con la combinación de teclas
Control+Alt+E y una contraseña de 27 caracteres (el FBI la encontró escrita durante la investigación). Además usaban
transmisores de radio de onda corta y tinta invisible. Para los intercambios, el método era mediante bolsas idénticas en lugares públicos como estaciones de tren.
Entre los detenidos, destacan casos como el de
Anna Chapman. Nacida en Volvogrado, su verdadero nombre era
Anya Kushchenko, y tras conocer a Alex Chapman, el hijo de un ejecutivo de negocios británico, se casó con él poco después. Durante años, Anna transmitía información los miércoles a los rusos a través de
redes cifradas de ordenador, habitualmente en algún Starbucks.

Su última operación y por la que fue capturada, Chapman tenía que
recoger un pasaporte falso de Estados Unidos para otro agente "durmiente", sin embargo el FBI estaba enterado de esta entrega "cara a cara" por un informante y vigiló toda la operación. Chapman sospechaba de que algo no iba bien y compró un nuevo móvil y varias tarjetas de teléfono, haciendo una llamada a Moscú alertando del riesgo. El
FBI monitoreó la llamada y encontró en un cubo de basura la factura del teléfono que Chapman había usado y registrado con un nombre y dirección falsos.
Tras su detención en 2010, el mayor temor de Chapman era ser
deportada a Rusia, aunque la expulsión de Estados Unidos era inminente. Solicitó ir a Londres por tener pasaporte del Reino Unido pero Gran Bretaña le revocó la nacionalidad y fue finalmente deportada a Rusia. Como parte de la
leyenda y el misterio que acompaña siempre al
mundo de los espías, hay informes (sin confirmar) sobre que en su viaje de regreso a Rusia, al hacer escala en Viena, el
MI6 (el Servicio de Inteligencia Secreto británico), interceptó el vuelo, ofreciendo a Chapman la posibilidad de regresar a Reino Unido, devolviéndole la nacionalidad, si ayudaba a
destapar otras células espía escondidas en el país. Anna se negó y dijo que prefería volver a Rusia.
También llamativo fue el caso de
Donald Howard Heathfield y
Tracey Lee Ann Foley, una pareja cuyos verdaderos nombres eran
Andrey Bezrukov y
Yelena Vavilova, un matrimonio de
agentes rusos encubiertos que vivían en Cambridge, Massachusetts.

El marido afirmaba ser hijo de un diplomático canadiense y llegó a sacarse un
máster en la Universidad de Harvard, intentando mantener siempre una estrecha relación con sus compañeros, entre los que se encontraba también el
ex presidente de México, Felipe Calderón. Bezrukov llegó a ocupar puestos de gran responsabilidad, siendo miembro de la
World Future Society, donde se codeó con algunos de los mejores científicos del país, y director ejecutivo
Future Map, una compañía consultora de Cambridge que realizaba trabajos para el gobierno.
Cuando fueron detenidos, se interrogó también a los hijos, de 16 y 20 años, quienes aseguraron que
desconocían la doble vida de sus padres, aunque se cree que la pareja pudo haber desvelado su auténtica identidad al hijo mayor, antes de su arresto o incluso
prepararle como futuro espía. Tanto los padres (de origen ruso) como los hijos (nacidos en Canadá y con pasaporte canadiense), fueron
deportados a Rusia y no pueden volver a Estados Unidos, siendo rechazados también por Canadá, que les retiró la ciudadanía.
Junto con ellos, en la
operación del FBI se detuvo también a más
agentes encubiertos dentro del denominado
Programa de Ilegales:
Juan Lazaro (Mikhail Anatolyevich Vasenkov) y
Vicky Peláez, una
pareja de espías "atípica", ya que mientras la mujer trabajaba con su verdadera identidad como reportera y periodista,
el marido había usurpado la identidad de un niño fallecido en Uruguay en 1947. A pesar de ser descubierto y haber confesado, tras ser deportado a Rusia, el marido recurrió la decisión con su abogado en Estados Unidos, alegando que él era Juan Lázaro y que ni hablaba ruso ni tenía nada que ver con Rusia, y que quería volver a su país natal para estar con su esposa.
Richard Murphy (Vladimir Guryev) y
Cynthia Murphy (Lidiya Guriyeva), dos espías rusos que vivían en Nueva Jersey. Ambos con
identidades falsas, entre sus misiones obtuvieron información sobre la política estadounidense en Afganistán o el
programa nuclear de Irán. En el momento de ser detenidos, la pareja tenía dos hijas de 9 y 11, quienes tampoco sabían nada acerca de la verdadera identidad de sus padres.
Michael Zottoli (Mikhail Kutsik) y
Patricia Mills (Natalia Pereverzeva) que trabajaron como
agentes rusos en Seattle y en Arlington (Virginia) haciéndose pasar por canadienses. Según la investigación del FBI, estuvieron
espiando para Rusia en Estados Unidos desde el año 2004, encontrándose en su casa números y códigos utilizados para decodificar los mensajes. Mantuvieron además contacto con otros agentes rusos como
Richard Murphy. Fueron también deportados a Rusia.
Mikhail Semenko, uno de los pocos agentes rusos que
utilizó su propio nombre. Como
tapadera de su doble vida, trabajaba en una
agencia de viajes y era capaz de de hablar con fluidez cuatro idiomas, inglés, ruso, chino mandarín y español. Levantó sospechas cuando el FBI detectó que estaba enviando
mensajes cifrados desde el ordenador de un restaurante a un coche del aparcamiento con placas diplomáticas rusas. El FBI le tendió una trampa con un
agente encubierto del FBI que se hizo pasar por agente ruso que le debía entregar dinero. En cuanto Semenko acudió a la cita fue capturado.
Christopher Metsos (no se sabe su verdadero nombre), era la persona que ejercía de
intermediario entre Servicio Ruso de Inteligencia (SVR) y los
agentes encubiertos, quien les facilitaba también el dinero necesario para las operaciones. Fue detenido en el aeropuerto de
Chipre por la
Interpol el 29 de junio de 2010, sin embargo tras pagar la fianza por su arresto fue puesto en libertad y huyó rápidamente del país. Metsos tenía pasaporte canadiense que le fue revocado y aunque no se sabe con exactitud su paradero, se cree que podría ser un
agente doble, trabajando posteriormente para Estados Unidos.
Tras ser arrestados, los
fiscales federales buscaron una solución rápida al caso para evitar que se filtrara información sensible acerca de las técnicas de recopilación de información. Se llegó a un
trato con los acusados, se declararían culpables de cargos menores y serían deportados a Rusia.
Los diez detenidos se declararon culpables de
conspirar en secreto como agentes del gobierno ruso y todos excepto Vicky Peláez, admitieron ser en realidad ciudadanos rusos.

Como parte del trato, no fueron acusados de espionaje y se
intercambiaron prisioneros entre Rusia y Estados Unidos. Los diez ilegales
fueron deportados a Rusia a cambio de Alexander Zaporozhsky, Sergei Skripal, Gennadiy Vasilenko y el especialista nuclear Igor Sutyagin, condenados en Rusia por espionaje para Estados Unidos y Gran Bretaña.
El asunto causó una
gran polémica en Estados Unidos, en una sociedad que pensaba que este tipo de acciones eran más típicas de la
KGB que de la
Rusia postsoviética. En Moscú la sensación era más de vergüenza, no tanto por el hecho de haber sido descubiertos espiando a Estados Unidos, sino por considerar que habían sido poco profesionales y cuidadosos. A pesar del escándalo, no se llegó a expulsar a ningún diplomático del país.
Ambientada en una época diferente, a principios de los 80, las similitudes entre la
serie The Americans y estos
auténticos espías rusos son evidentes, tanto en los métodos para pasar información o la forma de llevar su
doble vida, como las referencias a algunos
hechos reales del Programa de Ilegales de Estados Unidos y la "operación historias de fantasmas".
Según antiguos agentes de la CIA expertos en espionaje, la serie incluye también muchos
elementos de ficción, pensadas para el espectáculo de la gran pantalla, con numerosas escenas de acción o violencia. Los
agentes durmientes intentan pasar totalmente
desapercibidos, cualquier asesinato o acción violenta deja un rastro forense que aumenta enormemente el riesgo de ser detectados.
Para evitar en la medida de lo posible esta parte "hollywoodiense" de la serie, su creador, Joe Weisberg, ahonda con la trama en las
relaciones personales de estos agentes de inteligencia rusos, su vida diaria, y las mentiras constantes a sus hijos para mantener su auténtica identidad en secreto. Una combinación de
ficción y hechos reales,
basada en
historias de auténticos espías, que han convertido a
The Americans en un éxito.
Como
curiosidad, debido a varias solicitudes basándose en la
Ley de Libertad de Información de Estados Unidos, el 31 de octubre de 2011, el
FBI dio a conocer públicamente docenas de imágenes, videos de vigilancia, y varios documentos relacionados con su investigación de la
Operación Historias de Fantasmas:
FBI Ghost Stories Operation Images