La guerra ha estado asociada al ser humano desde tiempos inmemoriales. De una forma u otra, la historia se ha ido construyendo por el resultado de las
grandes batallas de la humanidad, dejando en muchos casos un terrible saldo de bajas.
En la antigüedad podemos encontrar
batallas realmente sangrientas, con un número de bajas muy importante, especialmente si tenemos en cuenta la menor población de la época, sin embargo es en el
siglo XX donde encontramos
las batallas más mortíferas de la historia.
Conflictos como las
Guerras Napoleónicas o la época de las conquistas mongolas, están entre
las guerras más sangrientas de la humanidad, pero fue a partir de 1914, con el inicio de la
Primera Guerra Mundial, cuando el número de muertos se disparó, contándose por millones.
Los avances en la tecnología y el armamento, desarrollándose nuevas formas de conseguir más bajas en el enemigo, hizo que las
batallas durante el siglo XX fueran mucho más mortíferas que nunca. La
Primera Guerra Mundial marcó un punto de inflexión, aunque con el tiempo sería solo el antecedente de lo que estaba por venir. En 1939 comenzaba la
Segunda Guerra Mundial, el conflicto más sanguinario de la humanidad, y la guerra en la que se producirían
las batallas más sangrientas de la historia.
Changping
En el año 262 a.C. se desarrollaba en
China la denominada
Batalla de Changping, considerada por los historiadores como
la mayor batalla de la Antigüedad.
Este conflicto enfrentó al estado de
Zhao con el estado de
Qin, dos de los siete provincias que formaban la
antigua China durante el período histórico conocido como "
Período de los Reinos Combatientes".
Tras la invasión del
estado de Han por el estado de Qin, el reino de Zhao se preparó para hacer frente a un posible invasión, poniendo al mando del ejército a
Lian Po, el mejor general de Zhao. Ambos ejércitos se encontraron en
Changping en el año 262 a.C., produciéndose una sangrienta batalla que se alargó varios meses.
Las estrategias del general Lian Po no surtieron el efecto esperado, acumulando pequeñas derrotas, por lo que fue sustituido por el general
Zhao Kuo, quien asumió el mando de un ejército de más de 400.000 hombres.
Zhao Kuo pasó a la ofensiva, atacando el campamento de Qin, sin embargo fue emboscado mediante una estrategia militar conocida como "
movimiento de pinza". Tras batirse en retirada, se protegieron en una fortaleza donde quedaron atrapados y asediados por los más de
medio millón de soldados invasores que conformaban el ejército del estado de Qin en ese momento, ya que habían recibido refuerzos mientras tanto.
El
ejército de Zhao sufrió una gran derrota por el estado de Qin, dejando una terrible cifra de muertos en ambos bandos, especialmente en el estado de Zhao como el gran derrotado. Se estima que buena parte del ejército de Zhao pereció en la batalla, a los que se suman las cerca de 200.000 bajas que tuvo el ejército de Qin.
Las fuentes antiguas que documentaron este
histórico conflicto armado, estiman la
cifra de muertes en la batalla de Changping en 700.000, y aunque es probable que no se alcanzaran estas cifras, el resultado fue igualmente terrible, siendo por ello considerada
la batalla más sangrienta de la Antigüedad.
La batalla de Berlín
La última
gran batalla de la Segunda Guerra Mundial en Europa se libró en
Berlín, la capital del Tercer Reich. La guerra estaba ya perdida para Alemania, con las fuerzas aliadas acercándose por el oeste tras el conocido como "
Día D", el gran desembarco de Normandía en junio de 1944, mientras el
ejército rojo se acercaba rápidamente a Berlín avanzando por el este.
Tras los éxitos conseguidos por la
Unión Soviética en el frente oriental los meses anteriores, con la
Operación Bagration como una de las más destacadas, el 16 de abril de 1945 el ejército rojo lanzaba una
gran ofensiva sobre la ciudad de Berlín, en la que participaron más de dos millones de soldados soviéticos, incluyendo cerca de 200.000 soldados polacos, de los que aproximadamente un millón participaron en el asalto a la ciudad.
Para defender Berlín, el
Tercer Reich contaba con 750.000 soldados para evitar que los soviéticos entraran en la ciudad. En la propia
batalla de Berlín en las calles, únicamente pudieron participar aproximadamente 45.000 soldados, ayudados por varios miles de milicianos (
Volkssturm), policías, y miembros de las juventudes hitlerianas.
La
decisión de Hitler de no rendirse y defender Berlín a toda costa hizo la lucha en las calles especialmente cruenta. La derrota era inevitable y el ejército soviético avanzaba cada día mientras miles intentaban abandonar Berlín hacia el oeste para
rendirse a las fuerzas estadounidenses en lugar de caer en manos soviéticas.
Con la ciudad ya prácticamente perdida, Hitler se suicidaba en el
búnker de la Cancillería el 30 de abril de 1945 junto a su amante Eva Braun, y dos días después, el dos de mayo de 1945, finalmente los defensores se rindieron.
Las
cifras de la Batalla de Berlín dejó un saldo de entre 500.000 y un millón de bajas en total, aunque algunas estimaciones son mucho mayores. Según los datos que se consideraron válidos tras la ofensiva, las fuerzas soviéticas sufrieron más de 350.000 bajas, de los cuáles 80.000 habrían resultado muertos durante el combate.
En el lado alemán, se estimó la cifra en 100.000 soldados muertos, 220.000 heridos, casi medio millón de prisioneros, y más de 20.000 civiles muertos durante la batalla. No fue la batalla más sangrienta de la
Segunda Guerra Mundial pero fue la definitiva para Alemania, llevando a su rendición incondicional pocos días después.
Batalla del Somme
El 1 de julio de 1916,
tropas francesas y británicas se enfrentaban a las fuerzas alemanas para intentar romper sus líneas cerca del
río Somme, al norte de Francia, durante la
Primera Guerra Mundial, participando en total entre ambos bandos más de tres millones de soldados.
La
Batalla del Somme se alargó durante varios meses, siendo
una de las batallas más largas de la Primera Guerra Mundial, y probablemente la más sangrienta, ya que cuando acabó la batalla en noviembre de 1916 tras varias ofensivas, el resultado fue de
más de un millón de bajas en ambos bandos.
Solo el primer día de
la Batalla del Somme murieron casi 60.000 soldados británicos,
la batalla más mortífera de la historia para el ejército británico. Fue también la primera batalla en la que se usaba una nueva arma moderna por entonces, el
carro de combate (tanque), un vehículo que fue mucho menos eficaz de lo esperado cuando se desplegó en el campo de batalla por primera vez.
Cuando se dio por concluida la batalla en noviembre de 1916, el resultado fue bastante incierto, ya que los aliados habían conseguido avanzar cerca de ocho kilómetros sobre las líneas alemanas entre el barro, el humo y la lluvia de fuego, pero mucho menos de lo esperado, y a un
coste terrible de bajas.
Según las cifras estimadas, en la
batalla del Somme los británicos sufrieron 450.000 bajas, mientras que los franceses sumaron otras 200.000 entre muertos, heridos y desaparecidos. En el bando alemán la cifra de bajas se estimó entre 400.000 y 500.000. Esta
histórica batalla de la Primera Guerra Mundial demostró también al mundo el mortífero coste que tendría en los años venideros la "guerra moderna".
Stalingrado
La
Batalla de Stalingrado fue la mayor confrontación de la
Segunda Guerra Mundial, en la que Alemania y sus aliados lucharon contra la Unión Soviética por el control de la ciudad de Stalingrado (actualmente Volgogrado) en el sur de Rusia, en la que es considerada
la batalla más sangrienta de la historia de la humanidad.
La ofensiva alemana para capturar Stalingrado comenzó el 23 de agosto de 1942, utilizando para ello el 6º Ejército de la
Wehrmacht, y buena parte del 4º
Ejército Panzer, siendo apoyado el ataque por un intenso bombardeo de la
Luftwaffe que redujo gran parte de la ciudad a escombros. La férrea defensa soviética, decididos a no perder la ciudad, convirtió la lucha en
feroces combates callejeros, alargando también la batalla durante meses.
El 19 de noviembre de 1942, el Ejército Rojo lanzó la
Operación Urano, un ataque doble dirigido a los ejércitos húngaros y rumanos más débiles que protegían los flancos del 6º Ejército alemán. Las
fuerzas del Eje en los flancos fueron invadidas y el 6º Ejército fue cortado y rodeado en el área de Stalingrado.
Adolf Hitler ordenó que el ejército se quedara en Stalingrado y no intentara escapar; en su lugar, se hicieron intentos de
abastecer al ejército por aire y romper el cerco desde el exterior. Los combates continuaron durante otros dos meses. A principios de febrero de 1943, las fuerzas del Eje en Stalingrado habían agotado sus municiones y alimentos, por lo que finalmente se rindieron.
La
Batalla de Stalingrado duró cinco meses, y
participaron más de 2 millones de personas, dejando como resultado unas terribles pérdidas humanas para ambos bandos. Las fuerzas el Eje sufrieron entre 600.000 y 850.000 bajas entre muertos, de las cuales más de la mitad fueron soldados alemanes. El saldo de bajas fue aún mayor para la Unión Soviética, estimándose en
más de un millón de bajas en total entre soldados y civiles, con cerca de medio millón de muertos.
La
derrota del Tercer Reich en Stalingrado marcó también punto de inflexión en la
Segunda Guerra Mundial. El Alto Mando alemán tuvo que retirar enormes fuerzas militares del Frente Occidental para reemplazar sus pérdidas, y la batalla supuso el comienzo del fin para la
Alemania Nazi.
El sitio de Leningrado
Aunque no es propiamente una batalla, ya que se trata del asedio a una ciudad, también se produjeron combates en su desarrollo, y dado su mortífero resultado, hay que hacer referencia obligatoria a este histórico acontecimiento, ya que el
asedio de Leningrado es uno de los asedios más largos y seguramente
el más sangriento de la historia.
Durante el transcurso de la
invasión alemana de la Unión Soviética como parte de la
operación Barbarroja, tomar Leningrado (actual San Petersburgo) era para Hitler un golpe a la moral soviética, ya que la ciudad era la
antigua capital del Imperio ruso y uno de los símbolos de la
URSS.
El 8 de septiembre de 1941 el ejército alemán llegó a Leningrado, y ante la fuerte defensa soviética que encontraron,
Adolf Hitler ordenó que se sitiara la ciudad, dejando morir a la población en su interior de hambre y frío a los más de 3 millones de habitantes.
Al cerco alemán se unió parte del
ejército finlandés, quienes estaban deseosos de venganza tras la denominada "
Guerra de invierno", por la que la URSS arrebató territorios de Finlandia.
Durante meses se produjeron constantes ataques alemanes para intentar entrar finalmente en Leningrado , pero chocaban una y otra vez contra los
defensores soviéticos, que consiguieron mantener a raya a los alemanes. Los contraataques soviéticos para intentar romper el cerco tampoco tuvieron éxito, y el hambre, el frío y las enfermedades comenzaban a hacer estragos entre la población.
Debido a la falta de alimentos durante el
sitio de Leningrado, la población se alimentaba de cualquier cosa que encontraran, incluyendo perros, gatos, caballos, cuervos o ratas. También se dieron casos de canibalismo (
antropofagia), e incluso se creó un mercado negro en el que se podía comprar grasa y carne humana.
Con el ejército alemán ya en horas bajas, finalmente el 27 de enero de 1944
los soviéticos consiguieron levantar el cerco a la ciudad. El sitio de Leningrado había durado casi 900 días, y el balance final de muertos fue desolador.
Según las cifras oficiales que se facilitaron durante los
Juicios de Núremberg, 642.000 civiles murieron durante el sitio de Leningrado, aunque la Unión Soviética amplió estas cifra a un millón, debido a que cerca de 400.000 personas murieron durante las evacuaciones de la ciudad. Sin embargo la mayoría de estudios sugieren que
la cifra de muertos fue mucho mayor, estimándose entre 1,2 y 1,5 millones.
Con gran parte de la ciudad destruida por los bombardeos, las evacuaciones y la masacre de su población,
Leningrado se convirtió en un ciudad fantasma, reduciendo su población a poco más de 700.000 habitantes. Muchos historiadores han calificado
el sitio de Leningrado como un auténtico genocidio.