Menos de un año después del histórico desastre de la Armada Invencible (en agosto de 1588 el rey de España, Felipe II, fracasó estrepitosamente en su intento de invadir Inglaterra), la monarca inglesa intentó vengarse. En la primavera de 1589, Isabel I de Inglaterra envió una poderosa flota contra la Monarquía española conocida como la Contraarmada o la Invencible inglesa (English Armada, Counter Armada).
Fue comandada por el conocido corsario inglés Sir Francis Drake y al igual que le sucedió a la Armada Invencible Española, sufrió una enorme derrota, con decenas de buques hundidos y miles de muertos. El desastre fue tal, que la expedición de la Contraarmada está considerada como uno de los mayores desastres militares de la historia de la Gran Bretaña.
Entre 1585 y 1604 se desarrollaba la guerra entre España e Inglaterra (guerra anglo-española) por motivos tanto económicos y políticos como religiosos. Tras el desastre sufrido por la "Grande y Felicísima Armada" en el Canal de la Mancha en 1588, donde la flota española perdió 37 barcos (un tercio de la flota) y miles de hombres, Isabel I de Inglaterra vio una gran oportunidad estratégica de asestar un golpe definitivo a Felipe II y quizás ganar la guerra, obligando a España a firmar un tratado de paz con unas condiciones impuestas por Inglaterra.
Los ingleses se propusieron tres objetivos con esta empresa: destruir el resto de la flota de la Armada Invencible, que estaba siendo reparada por toda la Costa Cantábrica, principalmente en Santander, San Sebastián y La Coruña; atacar y tomar Lisboa, para intentar desequilibrar la corona española provocando una revuelta de Portugal (anexionada en 1581 con la coronación de Felipe II como Felipe I de Portugal); y ocupar las Azores, para fortalecer la presencia de Inglaterra en el Atlántico y controlar las rutas comerciales hacia América.
Además, se esperaba obtener grandes beneficios por lo que se financió la expedición como si se tratase de una sociedad, en la cual una cuarta parte del capital lo aportó la Reina de Inglaterra, una octava parte fue aportada por el gobierno holandés (en esos momentos luchando en la Guerra de los ochenta años frente a Felipe II), y el resto se rapartía entre nobles, mercaderes y gremios de comerciantes.
Sir Francis Drake, afamado corsario y explorador, que había dirigido anteriormente numerosos ataques contra barcos españoles (considerado un pirata por la corona española), fue el elegido para tomar el mando de la Contraarmada Inglesa, acompañado en el mando por el general (y amigo personal de la reina) Sir John Norreys. Por este motivo, la "English Armada" fue conocida también como la Expedición Drake-Norris.
De forma similar a lo sucedido a la Armada Invencible un año antes, desde el primer momento comenzaron a surgir también las complicaciones con la denominada "Invencible Inglesa". La pésima organización y el mal tiempo provocaron que la flota inglesa partiera más tarde de lo previsto, lo que provocó que se redujeran buena parte de las provisiones previstas para el viaje. No fue el único problema: los holandeses no enviaron todos los buques de guerra que habían prometido; de los más de 20.000 hombres que se unieron a la expedición, únicamente 1.800 eran soldados experimentados, el resto eran voluntarios; tampoco se llevaron suficientes armas de asedio ni caballería.
A pesar de los contratiempos, la Contraarmada finalmente partió del puerto de Plymouth el 13 de abril de 1589 rumbo a las costas españolas. La flota inglesa estaba compuesta por más de 150 naves, entre las que destacaban seis imponentes galeones de guerra.
Junto a las tropas, embarcaron también 4.000 marineros y cerca de 1.500 oficiales y caballeros en busca de aventura. Aunque las cifras varían (según si las fuentes son españolas o inglesas), en total se unieron a la expedición entre 23.000 y 27.000 hombres.
Usando una táctica parecida a la empleada el año anterior, que le había proporcionado la victoria frente a los españoles, Drake asignó sus buques a cinco escuadrones: Francis Drake dirigiría el galeón inglés "HMS Revenge"; Sir John Norreys el "Nonpareil"; su hermano, Edward Norreys el "Foresight"; Thomas Fenner el "Dreadnought" y Roger Williams al mando del "Swiftsure". Además se unió también a la expedición el conde de Essex, en contra de las órdenes expresas de la reina Isabel I.
Por varios retrasos imprevistos, el mal tiempo y el temor a quedar varado en la bahía del Golfo de Vizcaya, Drake decidió no dirigirse a Santander, donde se encontraba la mayor parte de la flota española que estaba siendo reparada, en su lugar navegó hacia Galícia para atacar la ciudad de La Coruña.
El 5 de mayo de 1589, más de 8.000 ingleses desembarcaron en las costas de la ciudad de La Coruña. Norreys tomó la parte baja de la ciudad rápidamente, matando a 500 españoles y saqueando las bodegas de vino, mientras Drake atacaba los buques españoles en el puerto, destruyendo varios de ellos. Cuando atacaron la parte alta de La Coruña, se encontraron con una ciudad fortificada y una férrea defensa que no consiguieron superar. Tras dos semanas de asedio, más de 1.000 ingleses muertos en la batalla y las noticias de que dos galeras españolas habían conseguido traspasar las líneas inglesas reabasteciendo a los defensores, los asaltantes ingleses decidieron abandonar el sitio a La Coruña.
Las pérdidas de esta primera batalla de la Armada Invencible Inglesa fueron considerables. Habían perdido a cuatro capitanes, varios barcos y cerca de 1.300 hombres que murieron en el combate. A estas pérdidas se sumaron también 3.000 desertores que regresaron a Inglaterra tras la derrota, entre ellos, muchos holandeses.
Tampoco consiguieron apenas provisiones en la ciudad y las epidemias comenzaban a hacer mella en las tropas inglesas, sin embargo, el 19 de mayo, la flota de Drake ponía rumbo a Lisboa, su siguiente objetivo.
El plan de Inglaterra consistía en atacar Lisboa para provocar un levantamiento portugués contra España. Portugal había sido anexionado por el Imperio Español pocos años antes, en 1580, por lo que existía una gran inestabilidad política, con varios pretendientes al trono de Portugal reclamando aún sus derechos. Entre ellos, se encontraba Prior de Crato, apoyado por Isabel I de Inglaterra y a quien pretendían colocar como rey de Portugal.
La flota inglesa desembarcó a 75 kilómetros de Lisboa, en la ciudad de Peniche, el 26 de mayo de 1589. La estrategia prevista era que Norreys iría con el ejército por tierra (más de 10.000 hombres) hasta Lisboa para tomar la ciudad, aprovisionándose por el camino y sumando más hombres que se unirían al levantamiento. Francis Drake navegaría hasta el puerto y atacaría Lisboa por mar.
La expedición por tierra hasta Lisboa fue mucho más dura de lo previsto. Los ingleses perdieron cientos de hombres en los continuos ataques de tropas españolas y portuguesas, tampoco consiguieron aprovisionarse de armas, municiones o pólvora, y apenas se sumaron adeptos a su causa. Por si fuera poco, cuando llegaron finalmente a Lisboa, la ciudad en vez de rendirse como esperaban los ingleses, se estaba preparando para la defensa. Más de 7.000 soldados portugueses y españoles aguardaban dentro de sus muros para proteger la ciudad, apoyados por cerca de 60 barcos preparados para el combate, fondeados en el puerto de Lisboa.
Tras varios días de luchas, y hostigados continuamente por los ataques de las galeras españolas, las expectativas inglesas de tomar Lisboa comenzaron a desvanecerse. Drake no había llegado a tomar parte en la batalla por lo diezmada que estaba su tripulación y las fuertes defensas españolas, por lo que decidió no arriesgarse a entrar en combate. A pesar de que Norreys llegó hasta las puertas de la ciudad, los ingleses no podían tomar Lisboa sin la artillería ni el apoyo portugués. El 11 de junio llegaron 9 galeras españolas más con más de 1.000 soldados de refuerzo lo que hundió definitivamente las pretensiones inglesas, el 16 de junio de 1589, Sir John Norreys ordenó la retirada.
El Conde Essex recibió órdenes de Isabel I de regresar a la corte junto con una negativa de enviar refuerzos para realizar un sitio a la ciudad. No se quería entrar en una guerra terrestre con Portugal, por lo que se decidió ir a por el siguiente objetivo de la expedición, establecer una base permanente en las Azores. Sin embargo, la campaña había pasado factura.
El ataque a La Coruña había pillado por sorpresa a los españoles pero en el ataque a Lisboa, España ya había preparado sus defensas, con Alonso de Bazán y Martín de Padilla al frente de varias escuadras que causaron cuantiosas pérdidas en la Armada Inglesa.
Tras la derrota sufrida, la flota inglesa en retirada fue perseguida por los españoles, causando más bajas y hundiendo o capturando más barcos ingleses. Drake hizo un último intento de recuperar la misión. Mientras el Conde de Essex y Norris se dirigían a Inglaterra, él navegó por el Atlántico hacia las Azores con una flota ya muy diezmada y poco más de 2.000 hombres.
Las tormentas golpearon a la flota inglesa, la cual quedó dispersada perdiendo también varias naves más por el mal tiempo. Ante lo precario de la situación, Drake finalmente desistió y puso rumbo de regreso a Inglaterra. Sir Francis Drake llegó finalmente el 10 de julio de 1589 al puerto de Plymouth en Inglaterra con su buque insignia, "HMS Revenge" muy dañado y las manos vacías. La expedición de la Contraarmada había fracasado, y al igual que le sucedió a la flota española un año antes, la "Armada Invencible Inglesa" acabó en desastre, siendo considerado uno de los mayores desastres navales y militares de la historia de Inglaterra.
Aunque es difícil saber las cifras del desastre la Armada Invencible Inglesa con exactitud, las diferentes fuentes inglesas y españolas estiman que murieron entre 11.000 y 15.000 hombres, perdieron cerca de 40 buques de guerra y hubo un número indeterminado de desertores (hasta 5.000). Unas cifras curiosamente muy similares con la catástrofe ocurrida un año antes en el Canal de la Mancha a la Grande y Felicísima Armada española.
El coste económico para la corona inglesa fue enorme, agotando gran parte del tesoro que Isabel I había acumulado durante su reinado. Las autoridades inglesas investigaron las causas de la derrota, y aunque no se llegó a encontrar culpables, Francis Drake fue señalado por muchos, quedando su imagen y posición social muy dañada (acabó muriendo en 1595 en el Mar Caribe en una batalla contra barcos españoles).
La guerra entre España e Inglaterra se prolongó durante unos años más, hasta que en 1604 se firmaba la paz entre ambas potencias con el Tratado de Londres, que comprendía unas condiciones favorables para España siempre que se comprometiera a no intentar restaurar el catolicismo en Inglaterra.
Fue comandada por el conocido corsario inglés Sir Francis Drake y al igual que le sucedió a la Armada Invencible Española, sufrió una enorme derrota, con decenas de buques hundidos y miles de muertos. El desastre fue tal, que la expedición de la Contraarmada está considerada como uno de los mayores desastres militares de la historia de la Gran Bretaña.
Entre 1585 y 1604 se desarrollaba la guerra entre España e Inglaterra (guerra anglo-española) por motivos tanto económicos y políticos como religiosos. Tras el desastre sufrido por la "Grande y Felicísima Armada" en el Canal de la Mancha en 1588, donde la flota española perdió 37 barcos (un tercio de la flota) y miles de hombres, Isabel I de Inglaterra vio una gran oportunidad estratégica de asestar un golpe definitivo a Felipe II y quizás ganar la guerra, obligando a España a firmar un tratado de paz con unas condiciones impuestas por Inglaterra.
Los ingleses se propusieron tres objetivos con esta empresa: destruir el resto de la flota de la Armada Invencible, que estaba siendo reparada por toda la Costa Cantábrica, principalmente en Santander, San Sebastián y La Coruña; atacar y tomar Lisboa, para intentar desequilibrar la corona española provocando una revuelta de Portugal (anexionada en 1581 con la coronación de Felipe II como Felipe I de Portugal); y ocupar las Azores, para fortalecer la presencia de Inglaterra en el Atlántico y controlar las rutas comerciales hacia América.
Además, se esperaba obtener grandes beneficios por lo que se financió la expedición como si se tratase de una sociedad, en la cual una cuarta parte del capital lo aportó la Reina de Inglaterra, una octava parte fue aportada por el gobierno holandés (en esos momentos luchando en la Guerra de los ochenta años frente a Felipe II), y el resto se rapartía entre nobles, mercaderes y gremios de comerciantes.
Sir Francis Drake, afamado corsario y explorador, que había dirigido anteriormente numerosos ataques contra barcos españoles (considerado un pirata por la corona española), fue el elegido para tomar el mando de la Contraarmada Inglesa, acompañado en el mando por el general (y amigo personal de la reina) Sir John Norreys. Por este motivo, la "English Armada" fue conocida también como la Expedición Drake-Norris.
De forma similar a lo sucedido a la Armada Invencible un año antes, desde el primer momento comenzaron a surgir también las complicaciones con la denominada "Invencible Inglesa". La pésima organización y el mal tiempo provocaron que la flota inglesa partiera más tarde de lo previsto, lo que provocó que se redujeran buena parte de las provisiones previstas para el viaje. No fue el único problema: los holandeses no enviaron todos los buques de guerra que habían prometido; de los más de 20.000 hombres que se unieron a la expedición, únicamente 1.800 eran soldados experimentados, el resto eran voluntarios; tampoco se llevaron suficientes armas de asedio ni caballería.
A pesar de los contratiempos, la Contraarmada finalmente partió del puerto de Plymouth el 13 de abril de 1589 rumbo a las costas españolas. La flota inglesa estaba compuesta por más de 150 naves, entre las que destacaban seis imponentes galeones de guerra.
Junto a las tropas, embarcaron también 4.000 marineros y cerca de 1.500 oficiales y caballeros en busca de aventura. Aunque las cifras varían (según si las fuentes son españolas o inglesas), en total se unieron a la expedición entre 23.000 y 27.000 hombres.
Usando una táctica parecida a la empleada el año anterior, que le había proporcionado la victoria frente a los españoles, Drake asignó sus buques a cinco escuadrones: Francis Drake dirigiría el galeón inglés "HMS Revenge"; Sir John Norreys el "Nonpareil"; su hermano, Edward Norreys el "Foresight"; Thomas Fenner el "Dreadnought" y Roger Williams al mando del "Swiftsure". Además se unió también a la expedición el conde de Essex, en contra de las órdenes expresas de la reina Isabel I.
Por varios retrasos imprevistos, el mal tiempo y el temor a quedar varado en la bahía del Golfo de Vizcaya, Drake decidió no dirigirse a Santander, donde se encontraba la mayor parte de la flota española que estaba siendo reparada, en su lugar navegó hacia Galícia para atacar la ciudad de La Coruña.
El 5 de mayo de 1589, más de 8.000 ingleses desembarcaron en las costas de la ciudad de La Coruña. Norreys tomó la parte baja de la ciudad rápidamente, matando a 500 españoles y saqueando las bodegas de vino, mientras Drake atacaba los buques españoles en el puerto, destruyendo varios de ellos. Cuando atacaron la parte alta de La Coruña, se encontraron con una ciudad fortificada y una férrea defensa que no consiguieron superar. Tras dos semanas de asedio, más de 1.000 ingleses muertos en la batalla y las noticias de que dos galeras españolas habían conseguido traspasar las líneas inglesas reabasteciendo a los defensores, los asaltantes ingleses decidieron abandonar el sitio a La Coruña.
Las pérdidas de esta primera batalla de la Armada Invencible Inglesa fueron considerables. Habían perdido a cuatro capitanes, varios barcos y cerca de 1.300 hombres que murieron en el combate. A estas pérdidas se sumaron también 3.000 desertores que regresaron a Inglaterra tras la derrota, entre ellos, muchos holandeses.
Tampoco consiguieron apenas provisiones en la ciudad y las epidemias comenzaban a hacer mella en las tropas inglesas, sin embargo, el 19 de mayo, la flota de Drake ponía rumbo a Lisboa, su siguiente objetivo.
El plan de Inglaterra consistía en atacar Lisboa para provocar un levantamiento portugués contra España. Portugal había sido anexionado por el Imperio Español pocos años antes, en 1580, por lo que existía una gran inestabilidad política, con varios pretendientes al trono de Portugal reclamando aún sus derechos. Entre ellos, se encontraba Prior de Crato, apoyado por Isabel I de Inglaterra y a quien pretendían colocar como rey de Portugal.
La flota inglesa desembarcó a 75 kilómetros de Lisboa, en la ciudad de Peniche, el 26 de mayo de 1589. La estrategia prevista era que Norreys iría con el ejército por tierra (más de 10.000 hombres) hasta Lisboa para tomar la ciudad, aprovisionándose por el camino y sumando más hombres que se unirían al levantamiento. Francis Drake navegaría hasta el puerto y atacaría Lisboa por mar.
La expedición por tierra hasta Lisboa fue mucho más dura de lo previsto. Los ingleses perdieron cientos de hombres en los continuos ataques de tropas españolas y portuguesas, tampoco consiguieron aprovisionarse de armas, municiones o pólvora, y apenas se sumaron adeptos a su causa. Por si fuera poco, cuando llegaron finalmente a Lisboa, la ciudad en vez de rendirse como esperaban los ingleses, se estaba preparando para la defensa. Más de 7.000 soldados portugueses y españoles aguardaban dentro de sus muros para proteger la ciudad, apoyados por cerca de 60 barcos preparados para el combate, fondeados en el puerto de Lisboa.
Tras varios días de luchas, y hostigados continuamente por los ataques de las galeras españolas, las expectativas inglesas de tomar Lisboa comenzaron a desvanecerse. Drake no había llegado a tomar parte en la batalla por lo diezmada que estaba su tripulación y las fuertes defensas españolas, por lo que decidió no arriesgarse a entrar en combate. A pesar de que Norreys llegó hasta las puertas de la ciudad, los ingleses no podían tomar Lisboa sin la artillería ni el apoyo portugués. El 11 de junio llegaron 9 galeras españolas más con más de 1.000 soldados de refuerzo lo que hundió definitivamente las pretensiones inglesas, el 16 de junio de 1589, Sir John Norreys ordenó la retirada.
El Conde Essex recibió órdenes de Isabel I de regresar a la corte junto con una negativa de enviar refuerzos para realizar un sitio a la ciudad. No se quería entrar en una guerra terrestre con Portugal, por lo que se decidió ir a por el siguiente objetivo de la expedición, establecer una base permanente en las Azores. Sin embargo, la campaña había pasado factura.
El ataque a La Coruña había pillado por sorpresa a los españoles pero en el ataque a Lisboa, España ya había preparado sus defensas, con Alonso de Bazán y Martín de Padilla al frente de varias escuadras que causaron cuantiosas pérdidas en la Armada Inglesa.
Tras la derrota sufrida, la flota inglesa en retirada fue perseguida por los españoles, causando más bajas y hundiendo o capturando más barcos ingleses. Drake hizo un último intento de recuperar la misión. Mientras el Conde de Essex y Norris se dirigían a Inglaterra, él navegó por el Atlántico hacia las Azores con una flota ya muy diezmada y poco más de 2.000 hombres.
Las tormentas golpearon a la flota inglesa, la cual quedó dispersada perdiendo también varias naves más por el mal tiempo. Ante lo precario de la situación, Drake finalmente desistió y puso rumbo de regreso a Inglaterra. Sir Francis Drake llegó finalmente el 10 de julio de 1589 al puerto de Plymouth en Inglaterra con su buque insignia, "HMS Revenge" muy dañado y las manos vacías. La expedición de la Contraarmada había fracasado, y al igual que le sucedió a la flota española un año antes, la "Armada Invencible Inglesa" acabó en desastre, siendo considerado uno de los mayores desastres navales y militares de la historia de Inglaterra.
Aunque es difícil saber las cifras del desastre la Armada Invencible Inglesa con exactitud, las diferentes fuentes inglesas y españolas estiman que murieron entre 11.000 y 15.000 hombres, perdieron cerca de 40 buques de guerra y hubo un número indeterminado de desertores (hasta 5.000). Unas cifras curiosamente muy similares con la catástrofe ocurrida un año antes en el Canal de la Mancha a la Grande y Felicísima Armada española.
El coste económico para la corona inglesa fue enorme, agotando gran parte del tesoro que Isabel I había acumulado durante su reinado. Las autoridades inglesas investigaron las causas de la derrota, y aunque no se llegó a encontrar culpables, Francis Drake fue señalado por muchos, quedando su imagen y posición social muy dañada (acabó muriendo en 1595 en el Mar Caribe en una batalla contra barcos españoles).
La guerra entre España e Inglaterra se prolongó durante unos años más, hasta que en 1604 se firmaba la paz entre ambas potencias con el Tratado de Londres, que comprendía unas condiciones favorables para España siempre que se comprometiera a no intentar restaurar el catolicismo en Inglaterra.