The Terror, los hechos reales de la serie basada en la expedición perdida de Franklin

The Terror es una serie de televisión de AMC estrenada en 2018 y basada en la novela homónima publicada por el escritor Dan Simmons en 2007. Tanto la trama del libro como la serie The Terror se inspiran en los hechos reales ocurridos a mediados del siglo XIX con la expedición perdida en el Ártico comandada por el capitán Sir John Franklin.

Los hechos reales de la serie The TerrorEn 1845 la Armada Real británica envía a los barcos HMS Erebus y HMS Terror a un territorio inexplorado en busca del Paso del Noroeste, que permitiría a las naves inglesas encontrar una nueva ruta hacia China y la India, entre el Atlántico Norte y el océano Pacífico.

Con el veterano capitán Sir John Franklin (interpretado en la serie por Ciarán Hinds) al frente de la expedición polar, los barcos pronto quedan atrapados y aislados en el hielo, con una tripulación que debe sobrevivir a las duras condiciones climáticas mientras son acosados por una especie de oso gigantesco, denominado "Tuunbaq" según la mitología inuit.

A pesar de contar con elementos ficticios en la trama, la verdadera historia de la serie The Terror, los hechos acaecidos durante la denominada "expedición perdida de Franklin" (Franklin's lost expedition), fue una auténtica historia de aventura, supervivencia y terror para sus protagonistas, en plena época Victoriana del Imperio británico.

Nota: Debido al tema del artículo, avisamos al lector que se pueden desvelar partes de la trama de la serie y de la novela.

Desde la época de Cristobal Colón, los europeos buscaron durante siglos una ruta occidental navegable desde Europa a Asia, que pudieran utilizar como atajo, ahorrándose miles de kilómetros de travesía. Durante el siglo XVIII, antiguos exploradores como James Knight, Christopher Middleton, Samuel Hearne, James Cook, Alexander MacKenzie o George Vancouver, demostraron que no existía ningún Paso del Noroeste navegable por barco en las latitudes templadas entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Fotografía real del capitán Sir John FranklinCuando en 1804 Sir John Barrow se convirtió en Secretario del Almirantazgo, comenzó a impulsar expediciones por parte de la Royal Navy para completar el Paso del Noroeste sobre la parte superior de Canadá y navegar hacia el Polo Norte. Durante las siguientes décadas, numerosos exploradores realizaron varias travesías por el Artico canadiense. Entre estos exploradores se encontraba también John Franklin, quien realizó varias expediciones en barco y por tierra a lo largo de la costa ártica de Canadá en la década de 1820, y se convirtió en un famoso explorador, cuyos diarios de expedición se pueden leer gratuitamente al estar en Dominio Público: Works by John Franklin

Para 1845, los descubrimientos de estas expediciones habían reducido el área desconocida del ártico canadiense, siendo esta la región por la que la expedición de John Franklin debería navegar para completar la ruta marítima del Paso del Noroeste, teniendo que recorrer una distancia de aproximadamente 1.670 kilómetros.

Tal como se indica en la serie, en realidad John Franklin no fue la primera opción elegida para liderar la expedición. La elección le correspondía a Sir John Barrow, quien designó originalmente a William Edward Parry para que tomara el mando, sin embargo Parry dijo estar cansado del Ártico y rechazó amablemente la petición. La segunda opción fue James Clark Ross, quien también rechazó la propuesta.

Los barcos HMS Erebus y HMS TerrorBarrow propuso entonces como tercera opción a James Fitzjames (interpretado por Tobias Menzies), y aunque acabó participando en la expedición, el Almirantazgo lo rechazó como comandante de la empresa debido a su juventud. Finalmente, Barrow decidió que sería el capitán Sir John Franklin, de 59 años de edad en ese momento, quien lideraría la expedición polar.

La expedición consistiría en dos naves, el "HMS Erebus" y el "HMS Terror". El capitán Sir John Franklin recibió el mando del barco Erebus, y el capitán de origen irlandés Francis Crozier (el actor Jared Harris en la serie), que había comandado anteriormente el buque Terror durante la expedición antártica con James Clark Ross en 1841, fue nombrado comandante del Terror. Franklin recibió su órdenes para liderar la expedición el 7 de febrero de 1845 y sus instrucciones oficiales el 5 de mayo de 1845.

Los dos barcos, el Erebus y el Terror, eran dos barcos sólidamente construidos y equipados con los inventos más avanzados de la época. El HMS Erebus tenía un peso de 378 toneladas, mientras que el HMS Terror era algo menor, con 331 toneladas. Ambas naves llevaban incorporadas motores de vapor, y eran capaces de alcanzar una velocidad de 7,4 km/h (4 nudos).

Además de los víveres y utensilios habituales como cargamento para este tipo de travesías, como varias toneladas de galletas, harina y carne de res, los barcos llevaban en su interior un extensa biblioteca compuesta por más de mil libros, y latas en conserva para tener provisiones para tres años.

Fotografía de Francis Crozier, capitán del HMS TerrorEstas provisiones enlatadas fueron adjudicadas a última hora por un nuevo proveedor pocas semanas antes de zarpar la expedición. La velocidad a la que se tuvo que organizar un pedido de más de 8.000 latas en conserva afectó a la calidad de las latas fabricadas, y posteriormente se descubrió que las latas tenían una soldadura de plomo defectuosa que goteaba en el interior de la lata.

La mayoría de la tripulación de la expedición eran ingleses, principalmente del norte de Inglaterra, así como un pequeño número de irlandeses y escoceses. Aparte de John Franklin, Francis Crozier y el teniente Graham Gore, los únicos oficiales que eran veteranos del Ártico eran James Read y Thomas Blanky, dos marineros expertos en navegar en mares helados, y uno de los cirujanos asistentes. Entre otros miembros destacados de la tripulación se encontraban el comandante James Fitzjames, el cirujano Stephan S. Stanley, el teniente Henry Le Vesconte, el asistente de cirujano Harry Goodsir, o el teniente John Irving.

La expedición de Sir John Franklin zarpó del puerto de Greenhithe, Inglaterra, en la mañana del 19 de mayo de 1845, con una tripulación de 24 oficiales y 110 hombres. Los barcos se detuvieron brevemente en el puerto de Stromness en las islas Orkney (Orcadas) en el norte de Escocia, y desde allí navegaron a Groenlandia acompañados del buque de guerra HMS Rattler y un barco de transporte.

Mapa de la ruta de la expedición de FranklinEn las Islas Whalefish en la Bahía de Disko, en la costa oeste de Groenlandia, diez bueyes que iban a bordo del barco de transporte fueron sacrificados para obtener carne fresca, como suministros transferidos al Erebus y al Terror. Los miembros de la tripulación escribieron sus últimas cartas a casa, donde indicaban cómo el capitán Franklin prohibió emborracharse.

Como curiosidad, en la época era habitual que los marineros recibieran una ración de Grog al final de cada jornada, una bebida con alcohol que además incluía cítricos y servía para prevenir el escorbuto.

Antes de la partida final de la expedición, cinco hombres fueron enviados a su casa en las dos naves que acompañaron la expedición hasta ese punto, lo que redujo el tamaño final de la tripulación a 129 hombres.

La expedición de Sir John Franklin fue vista por última vez por europeos a finales de julio de 1845, cuando el capitán Dannett del ballenero Príncipe de Gales y el capitán Robert Martin del ballenero Enterprise se encontraron con el Terror y el Erebus en la bahía de Baffin, esperando buenas condiciones para cruzar el Estrecho de Lancaster (Lancaster Sound).

Después de dos años sin noticias de la expedición, comenzó a aumentar la preocupación pública por el destino de los hombres, y Lady Franklin, al igual que los miembros del Parlamento y los periódicos británicos, instó al Almirantazgo a enviar un grupo de búsqueda.

Recompensa ofrecida por encontrar la expedición perdida de John FranklinEn respuesta, el Almirantazgo británico envió en la primavera de 1848 un grupo de rescate terrestre, liderado por Sir John Richardson y John Rae, por el río MacKenzie hasta la costa ártica canadiense. También se lanzaron dos expediciones por mar, una por el archipiélago ártico canadiense a través del Estrecho de Lancaster, y otra entrando desde el lado del Pacífico. Además, el Almirantazgo ofreció una recompensa de 20.000 libras (de la época), a cualquiera que prestara asistencia a las tripulaciones de las naves bajo el mando de Sir John Franklin. Ninguna de estas primeras expediciones de rescate encontraron nada.

A partir de 1850 se comenzaron a unir más expediciones de rescate a la búsqueda, entre las que se incluyeron once barcos británicos y dos naves estadounidenses que cruzaron el Ártico canadiense, encontrándose frente a la costa este de la isla de Beechey. Allí se hallaron los primeros indicios de la expedición perdida de John Franklin: los restos de un campamento de invierno de 1845 a 1846 y las tumbas con los cuerpos de John Torrington, John Hartnell y William Braine, aunque no se encontraron mensajes de la expedición Franklin en este sitio.

En la primavera de 1851, los pasajeros y la tripulación a bordo de varios barcos observaron un enorme iceberg frente a Terranova, que tenía dos embarcaciones, una en posición vertical y otra en sus extremos. No se llegó a examinar los barcos de cerca y se sugirió en un primer momento que podrían haber sido el Erebus y el Terror, sin embargo se confirmó posteriormente que no lo eran, siendo probablemente barcos balleneros abandonados.

En 1852, Edward Belcher recibió el mando de la expedición ártica del gobierno en busca de Sir John Franklin. Su operación de búsqueda acabó en desastre, perdiendo en el hielo cuatro de los cinco barcos durante su viaje ártico.

Los barcos atrapados en el hieloLa siguiente noticia sobre el posible destino final de la expedición se tuvo en 1854, cuando el explorador John Rae, que estaba inspeccionando la península de Boothia conoció a un inuk (inuit) cerca de la bahía de Pelly (actualmente Nunavut) el 21 de abril de 1854. El esquimal le contó que un grupo de 35 a 40 hombres blancos habían muerto de inanición cerca de la desembocadura del río Back. Otros inuit confirmaron esta historia, reportándose también informes de canibalismo entre los marineros moribundos.

Los inuit le mostraron a Rae muchos objetos que se identificaron como pertenecientes a Franklin y sus hombres. En particular, Rae encontró varios tenedores y cucharas de plata identificadas posteriormente como pertenecientes a Franklin, Fitzjames, Crozier y Robert Osmer. El informe de Rae fue enviado al Almirantazgo, que en octubre de 1854 instó a enviar una expedición por el río Back para buscar otras señales de Franklin y sus hombres.

La siguiente expedición de búsqueda, enviada en 1855, confirmó la historia de Rae con otro grupo de inuits, encontrando además una pieza de madera con la inscripción "Erebus" y otra que decía "Mr. Stanley" (cirujano a bordo del Erebus) en la isla de Montreal.

Gran Bretaña consideró oficialmente fallecida en servicio a la tripulación del HMS Erebus y del HMS Terror el 31 de marzo de 1854. Lady Franklin sin embargo no se rindió en su búsqueda, y al no lograr convencer al gobierno británico para que financiara otra operación de rescate, encargó personalmente una expedición bajo el mando de Francis Leopold McClintock. El barco de esta nueva expedición de búsqueda fue la goleta de vapor Fox, partiendo desde Aberdeen el 2 de julio de 1857.

Nota original encontrada por la expedición de McClintockEn abril de 1859, varias partidas de trineo salieron del barco Fox para buscar en la isla del Rey Guillermo (King William Island), y el 5 de mayo encontraron un documento en un montículo dejado por Crozier y Fitzjames que contenía dos mensajes. El primero de los mensajes, fechado el 28 de mayo de 1847, decía que el Erebus y el Terror habían invernado en el hielo frente a la costa noroeste de la isla de King William, con un escueto texto: "Sir John Franklin al mando de la Expedición. Todo bien".

El segundo mensaje estaba escrito en los márgenes de la misma hoja de papel, y fechado el 25 de abril de 1848. En el mensaje se informaba que el HMS Erebus y el HMS Terror habían quedado atrapados en el hielo durante un año y medio y que la tripulación había abandonado los barcos el 22 de abril.

Veinticuatro personas, tanto oficiales como parte de la tripulación habían muerto, confirmando también la muerte del capitán Sir John Franklin el 11 de junio de 1847, solo dos semanas después de la fecha de la primera nota. Crozier estaba a partir de entonces al mando de la expedición, y los 105 supervivientes planeaban comenzar el día siguiente, dirigiéndose hacia el sur, hacia el río Back.

La expedición de McClintock también encontró un esqueleto humano en la costa sur de la isla del Rey Guillermo. Se encontraba aún vestido, con el uniforme de uno de los mayordomos del barco, por lo que se que el cuerpo fuera el de Thomas Armitage, mayordomo de la sala de armas en el Terror. En el extremo occidental de la isla, se halló un bote salvavidas que contenía otros dos esqueletos y reliquias de la expedición de Franklin. En el bote había una gran cantidad de equipo abandonado, incluidas botas, pañuelos de seda, jabón perfumado, esponjas, zapatillas, peines para el cabello y muchos libros. McClintock también confirmó con los inuit el desastroso final de la expedición.

Fotografía de huesos encontrados de la expedición del Erebus y el TerrorDos expediciones posteriores, realizadas entre 1860 y 1869 por Charles Francis Hall (quien vivió un tiempo con los inuit), encontraron campamentos, tumbas y reliquias en la costa sur de King William Island. En 1869, los inuit locales lo llevaron a una tumba poco profunda que contenía restos de esqueletos bien conservados y fragmentos de ropa. Estos restos fueron llevados a Inglaterra y enterrados bajo el Monumento a Franklin en el Old Green Naval College de Greenwich, Londres.

El biólogo Thomas Henry Huxley examinó los restos y concluyó que eran los de Henry Le Vesconte, teniente en el HMS Erebus. Un examen forense de los restos realizado más de un siglo después, en 2009, sugirió que estos eran los restos de Harry Goodsir, cirujano asistente del HMS Erebus.

Charles Francis Hall llegó a la conclusión de que toda la tripulación de Franklin estaba muerta, aunque creía que los registros oficiales de la expedición aún se encontrarían bajo algún túmulo de piedra. Con la ayuda de dos guías, Hall reunió cientos de páginas de testimonios de los Inuit, recopilando relatos de visitas a los barcos de Franklin y un encuentro con un grupo de hombres blancos en la costa sur de la isla del Rey Guillermo. En la década de 1990, David C. Woodman investigó exhaustivamente este testimonio y fue la base de dos libros, "Unraveling the Franklin Mystery" (1992) y "Strangers Among Us" (1995), en los que reconstruye los últimos meses de la expedición perdida.

Las duras condiciones de la expedición en el Ártico canadienseCon la esperanza de encontrar los documentos perdidos de la expedición de Franklin, el teniente Frederick Schwatka del ejército de Estados Unidos organizó una expedición de búsqueda entre 1878 y 1880. Tras recorrer miles de kilómetros en trineo y convivir con los esquimales durante meses, no encontraron nada, aunque su expedición ártica fue el viaje más largo en trineo jamás realizado hasta entonces.

Después de más de dos décadas de búsqueda tras la desaparición de la expedición en julio de 1845, todos los restos hallados indicaban que el destino final de la tripulación de los barcos HMS Erebus y el HMS Terror fue una verdadera historia de supervivencia y terror, en un intento final por escapar del hielo, recurriendo incluso al canibalismo en su agonía final. Las operaciones de búsqueda cesaron ante los últimos hallazgos y las posteriores búsquedas infructuosas, y la expedición perdida de Franklin cayó en el olvido durante casi un siglo.

No hay referencias en ninguno de los restos o documentos encontrados a "Tuunbaq", el monstruo con aspecto de oso gigante y terrorífico que acosa a la tripulación de los barcos. Tuunbaq es en realidad una creación parcial de Dan Simmons, autor de la novela "El terror", que se inspiró en la mitología Inuit, convirtiéndole en un "espíritu asesino", un monstruo devorador de almas que nació durante una guerra entre los dioses inuit antes de ser desterrado al páramo congelado.

Tuunbaq en la serie The TerrorParticularmente aficionado a cazar humanos, Tuunbaq solo puede ser derrotado por los "gobernadores espirituales", el chamán inuit elegido dotado de habilidades psíquicas, representado en la serie por "Lady Silence", y anteriormente su padre.

Tuunbaq es un monstruo de ficción basado en mamíferos prehistóricos gigantescos que realmente existieron, o en los actuales osos polares, animales que pueden alcanzar tamaños increíbles, superando los tres metros de altura y la tonelada de peso en algunos casos. Tanto en la novela como en la serie, se hace una adaptación del animal mitológico a la realidad, inspirándose en los grandes depredadores que cazan en esta región polar.

En junio de 1981, Owen Beattie, profesor de antropología en la Universidad de Alberta, comenzó el Proyecto de Antropología Forense de la expedición de Franklin 1845-48 (FEFAP). Beattie y su equipo de investigadores viajaron desde Edmonton a King William Island, atravesando el costa occidental de la isla como lo hicieron los hombres de Franklin 132 años antes. Su objetivo era encontrar artefactos y restos esqueléticos para usar análisis forenses modernos y establecer las identidades causas de la muerte de los 129 hombres perdidos.

Latas de comida originales de la expedición de FranklinNo encontraron restos nuevos, sin embargo el equipo examinó los huesos de la tripulación de Franklin, hallando casos de deficiencia de vitamina C, la causa del escorbuto. También se detectaron patrones de canibalismo, incluyendo los huesos pulidos y agrietados que sugieren etapas finales de canibalismo de supervivencia, cuando los huesos se hierven para su médula. En los análisis, se hallaron restos de plomo muy por encima de lo habitual, causados según se determinó posteriormente, por la soldadura de plomo de las latas de conserva. Otra investigación sugirió que el envenenamiento por plomo provenía del sistema de destilación de agua de los barcos.

En todo caso, se exhumaron varios cadáveres en sus tumbas cubiertas por el permafrost, y en las autopsias realizadas se determinó que la tripulación se envenenó lentamente por el plomo, siendo agravado el problema por los efectos del escorbuto, lo que provocó a los hombres severos daños físicos y problemas mentales.

Durante los siguientes años se realizaron nuevas expediciones a los lugares donde se habían encontrado restos de los hombres de Franklin más de un siglo atrás, aunque la mayoría apenas encontraron nuevos restos o pequeños artefactos, y simplemente confirmaron lo que ya se sabía sobre la expedición.

El pecio del HMS Erebus en el fondo del marEl 9 de septiembre de 2014, una nueva expedición anunció que había localizado uno de los dos barcos de Franklin. El barco se conserva en muy buenas condiciones, por lo que se pudo ver en el sonar de barrido lateral que recoge incluso el entablado de la cubierta.

El pecio se encuentra en la parte este del golfo de la Reina Maud (Queen Maud), al oeste de la isla O'Reilly. El 1 de octubre en la Cámara de los Comunes, el primer ministro Stephen Harper confirmó que el naufragio es el HMS Erebus.

Dos años después, el 12 de septiembre de 2016, se anunció que la expedición de Arctic Research Foundation había encontrado los restos del HMS Terror al sur de la isla del Rey Guillermo (King William Island), en Terror Bay, Canadá.

Tras la desaparición de la expedición en julio de 1845, durante más de 150 años, fueron otras expediciones, exploradores y científicos quienes finalmente descubrirían lo sucedido realmente a la tripulación del HMS Erebus y el HMS Terror. Una historia basada en hechos reales en un que ha vuelto a levantar el interés del público gracias al libro de Dan Simmons en 2007 y especialmente a la popular serie "The Terror".

La expedición perdida de Franklin nunca llegó a conseguir su objetivo de encontrar el Paso del Noroeste, perdiéndose para siempre en un territorio helado e inhóspito. La hazaña de encontrar el Paso del Noroeste la lograría finalmente la expedición liderada por el noruego Roald Amundsen, encontrando un paso a través del Ártico entre 1903 y 1906.

Miembros de la expedición perdida de Franklin en 1845

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Cosmonautas perdidos, los astronautas anteriores a Gagarin

Se conocen como los Cosmonautas perdidos (Lost Cosmonauts) o los Cosmonautas fantasma (Phantom Cosmonauts), a una serie de astronautas (cosmonautas según el término ruso) que supuestamente podían haber llegado al espacio antes que Yuri Gagarin, el héroe soviético que se convirtió oficialmente en el primer hombre en viajar al espacio cuando orbitó la Tierra el 12 de abril de 1961 a bordo de la nave Vostok.

Teoría Cosmonautas perdidosEsta teoría se encuadra dentro de las teorías de la conspiración, y es conocida popularmente como la teoría de los Cosmonautas Perdidos. Sus defensores argumentan que la Unión Soviética lanzó al menos dos vuelos espaciales tripulados antes que Gagarin, muriendo dos cosmonautas en los intentos.

Ni las autoridades espaciales soviéticas de la época, ni las rusas posteriormente, han llegado a reconocer nunca sus existencia, sin embargo los seguidores de la teoría alegan diversas pruebas y testimonios que han servido para sembrar la duda sobre su veracidad y mantener viva la teoría a lo largo de los años.

En diciembre de 1959 un supuesto comunista checo de alto rango filtró información secreta sobre planes soviéticos espaciales extraoficiales. En ellos se mencionaba al cosmonauta Aleksei Ledovsky, quien supuestamente fue lanzado dentro de un cohete R-5A (R-5 Pobeda) adaptado para la misión. También se habla en los documentos de otros tres cosmonautas soviéticos que habrían perecido en pruebas similares, Andrei Mitkov, Sergei Shiborin y Maria Gromova. Sus declaraciones fueron recogidas por una agencia de noticias italiana.

Ese mismo año, Hermann Oberth, un ingeniero pionero en el desarrollo de cohetes espaciales, afirmó que un piloto había muerto en 1958 a bordo de un cohete lanzado en Kapustin Yar, en un vuelo balístico suborbital, aunque no proporcionó ninguna prueba ni fuentes para confirmar su historia.

Recuperación de la cápsula Korabl-SputnikEn 1960 el escritor estadounidense de ciencia ficción Robert A. Heinlein, escribió un artículo que posteriormente incluiría en su libro "Expanded Universe", que daría un nuevo impulso a la teoría de los "Cosmonautas fantasma". Heinlein afirmó que mientras estaba de viaje en Vilna, la capital de la antigua república soviética de Lituania, varios cadetes del Ejército Rojo le informaron que la Unión Soviética había lanzado un hombre al espacio el 15 de mayo de 1960, pero que poco después se negó el asunto de forma oficial.

Según especuló Heinlein, probablemente se trataba de la misión del lanzamiento del Korabl-Sputnik 1, un lanzamiento orbital que supuestamente no estaba tripulado y no se pudo recuperar la nave a su regreso por un fallo en los retrocohetes.

El propio Yuri Gagarin mencionó en su biografía estos rumores, indicando que probablemente se iniciaron debido a las misiones espaciales Vostok que iban equipadas con maniquís o dummies (a los que se nombró como Ivan Ivanovich), y se hicieron grabaciones de voz para comprobar que la radio funcionaba correctamente antes del vuelo de Gagarin.

Astronauta perdido en el espacioLas supuestas pruebas que más han alimentado la teoría de la conspiración de los Cosmonautas perdidos son las grabaciones de audio realizadas por los hermanos Judica-Cordiglia en Torre Bert.

En la década de 1960, los hermanos Achille y Giovanni Battista Judica-Cordiglia, dos operadores de radio aficionados, afirmaron haber escuchado comunicaciones de radio tomadas de las misiones espaciales secretas de la Unión Soviética, incluyendo los agónicos últimos sonidos de un "astronauta perdido".

Su grabación más famosa se realizó el 28 de noviembre de 1960, donde tras aproximadamente una hora de escuchar estática, los hermanos reconocieron una señal de socorro que parecía alejarse de la Tierra. Según dijeron, se trataba de una débil señal de SOS en Código Morse enviada desde una nave espacial con problemas que se estaba alejando de la órbita de la Tierra.

Los hermanos continuaron con sus grabaciones durante los siguientes años, recogiendo en febrero de 1961 el sofocante audio de un cosmonauta agonizando hasta su muerte, varios intentos fallidos de naves espaciales rusas que orbitaron la Tierra y se perdieron en el espacio profundo, o la espeluznante grabación de noviembre de 1963 donde una mujer cosmonauta envía un mensaje a la Tierra desde su nave espacial avisando del mal funcionamiento de la nave y de que se estaba quemando en el reingreso, muriendo finalmente en la misión. Audio: Lost Cosmonaut - Is this the first woman in space?

Las grabaciones de los hermanos Judica-Cordiglia han sido analizadas en numerosas ocasiones por expertos y aunque se han puesto en duda su procedencia o su veracidad, siguen siendo en la actualidad una de las pruebas fundamentales de los defensores de esta teoría de la conspiración, levantando el interés del público por la teoría de los Cosmonautas fantasma durante décadas.

Supuesta fotografía del cosmonauta Vladimir Ilyushin en vuelo orbital anterior a GagarinOtra de las teorías más relevantes es la que afirma que fue el cosmonauta ruso Vladimir Ilyushin el primer hombre en llegar al espacio, unos pocos días antes de que lo consiguiera Yuri Gagarin, pero el hecho fue ocultado por las autoridades.

Vladimir Ilyushin fue un conocido piloto soviético hijo del diseñador de aviones ruso Sergey Ilyushin, que supuestamente consiguió realizar un vuelo orbital el 7 de abril de 1961, convirtiéndose así en el primer ser humano en el espacio, cinco días antes que Gagarin.

Según esta teoría, tras el vuelo orbital de Ilyushin hubo un fallo en la nave, ya la cápsula de regreso acabó aterrizando en la República Popular de China. El piloto habría estado en manos de las autoridades chinas durante un año antes de regresar a la Unión Soviética, y la vergüenza internacional por el incidente e intentar evitar la mala publicidad en pleno apogeo de la Guerra Fría, habría sido el motivo por el que los soviéticos ocultaron el logro de Ilyushin. Debido a ello, se publicitó de forma oficial el vuelo de Gagarin, convirtiéndole en un héroe soviético gracias a su exitosa proeza.

Yuri Gagarin, el primer ser humano en viajar al espacioEsta teoría se ha puesto en duda argumentando que Ilyushin sufrió un accidente automovilístico en junio de 1960, resultando gravemente herido en sus piernas, por lo que recibió un tratamiento médico en Moscú y posteriormente fue enviado a China para su rehabilitación con tratamientos de medicina tradicional china. Vladimir Ilyushin murió en 2010 y nunca confirmó ni desmintió la teoría.

Las supuestas evidencias y pruebas que apoyan las teorías de los Cosmonautas Perdidos generalmente se consideran "no concluyentes", existiendo también algunos casos que se han confirmado como intentos de falsificación.

Tras la caída de la Unión Soviética, a principios de la década de 1990, salió a la luz mucha información que previamente estaba restringida. A pesar de todo el material de archivo soviético publicado y las diversas investigaciones realizadas, no se ha podido probar hasta la fecha la existencia de los supuestos astronautas perdidos que pudieron haber viajado al espacio antes que Yuri Gagarin.

Si bien es cierto que la teoría del "Cosmonauta fantasma" sigue contando con un buen número de seguidores en todo el mundo, por el momento se mantiene como una de las teorías de la conspiración sobre los programas espaciales de la antigua Unión Soviética.

Cosmonautas fantasmas, los astronautas perdidos de la Unión Soviética