Se conoce como la masacre del día de San Valentín (Saint Valentine's Day Massacre), a un suceso ocurrido en Chicago el 14 de febrero de 1929, cuando siete miembros y asociados de la Pandilla North Side de Chicago fueron asesinados en un garaje de la ciudad situado en Lincoln Park.
Los
asesinatos del día de San Valentín fueron el resultado de la fuerte rivalidad y competencia por el control del
crimen organizado en la ciudad durante la
época de la Prohibición (
Ley seca) entre la banda de
North Siders, en su mayor parte formada por irlandeses y encabezados por
George "Bugs" Moran; y la banda de italianos del
Chicago Outfit liderados por
Al Capone. Los siete hombres fueron ejecutados contra una pared por cuatro individuos, los cuales nunca llegaron a ser identificados, y el suceso ha pasado a la historia como un
crimen sin resolver.
Según el informe oficial del caso, a las 10:30 de la mañana del día de San Valentín, jueves 14 de febrero de 1929, siete hombres fueron asesinados en el garaje propiedad de la compañía SMC Cartage, situado en el número 2122 de North Clark Street, en el barrio Lincoln Park del North Side de Chicago. Los responsables del tiroteo fueron cuatro hombres que les dispararon con armas entre las que se identificaron dos metralletas Thompson. Dos de los tiradores vestían uniformes de policía, mientras que el resto vestían traje, corbata, abrigo y sombrero. Los testigos vieron a los hombres con uniformes de policía sacando a punta de pistola a los otros hombres del garaje después del tiroteo.
Entre las víctimas se encontraban cinco miembros de la pandilla North Side, liderada por George "Bugs" Moran. El segundo al mando y cuñado de Moran, Albert Kachellek (alias James Clark), fue asesinado junto con Adam Heyer, el contador y gerente comercial de la pandilla; Albert Weinshank, quien dirigió varias operaciones blanqueo de dinero para Moran; y los sicarios Frank Gusenberg y Peter Gusenberg. Otros dos hombres relaciones con la banda, Reinhardt H. Schwimmer y John May, también fueron ejecutados.
Cuando los agentes de policía de Chicago llegaron al lugar, descubrieron que una de las víctimas,
Frank Gusenberg, aún seguía con vida a pesar de haber sufrido 14 heridas de bala. Lo llevaron inmediatamente al hospital, donde los médicos consiguieron estabilizarlo. Cuando la policía le preguntó quién lo hizo, según los informes, respondió: "Nadie me disparó". Murió tres horas después.
La policía concluyó que la masacre del día de San Valentín fue un intento de eliminar a Bugs Moran como jefe de la banda de North Side. Se asumió además que Al Capone, quien estaba en su casa de Florida en ese momento, fue el responsable de ordenar la masacre.
Por aquella época, Moran y Capone habían estado compitiendo por el control del lucrativo comercio de contrabando en Chicago, y su rivalidad no era únicamente respecto a la venta ilegal de alcohol. Moran también se había metido en un hipódromo dirigido por Capone en los suburbios de Chicago, y se había hecho cargo de varias cantinas dirigidas por Capone, insistiendo en que estaban en su territorio. Por otro lado, a principios de ese mismo año, dos miembros de la banda de North Side, Frank Gusenberg y su hermano Peter, intentaron sin éxito asesinar a Jack McGurn, un conocido mafioso relacionado con Capone. The North Side Gang había sido también cómplice de los asesinatos de Pasqualino "Patsy" Lolordo y Antonio "The Scourge" Lombardo. Ambos habían sido presidentes de la Unione Siciliana, la mafia local, y colaboradores cercanos de Capone.
El plan al parecer era atraer a Moran al almacén de SMC Cartage en North Clark Street el 14 de febrero de 1929 para matarlo a él y quizás a dos o tres de sus lugartenientes. Para conseguirlo, los North Siders fueron atraídos al garaje con la promesa de un envío de whisky robado a precio reducido, suministrado por la Purple Gang de Detroit, que estaba asociada con Capone.
La mayor parte de la pandilla de Moran llegó al almacén aproximadamente a las 10:30 de la mañana, pero Moran no se encontraba entre ellos porque había salido tarde de su apartamento en el Parkway Hotel. Cuando Moran y su acompañante Ted Newberry se acercaron a la parte trasera del almacén desde una calle lateral, vieron un coche de policía que se aproximaba al edificio. Inmediatamente se dieron la vuelta y se refugiaron en una cafetería cercana. En su camino se encontraron con el pandillero
Henry Gusenberg en la calle y le advirtieron que algo extraño estaba sucediendo, así que se tampoco llegó al almacén. Otro de los miembros de la pandilla de North Side,
Willie Marks, también vio el vehículo policial en su camino al garaje y decidió anotar el número de licencia antes de abandonar el lugar.
Según declararon los testigos, vieron un Cadillac detenerse frente al garaje. Cuatro hombres salieron del coche, dos de ellos vestidos con uniforme de policía. Los dos falsos policías portaban escopetas cuando entraron por la parte trasera del garaje, donde encontraron a los miembros de la pandilla de Moran y sus asociados, Reinhart Schwimmer y John May, que estaban arreglando uno de los camiones.
Los falsos policías ordenaron a los hombres que se alinearan contra la pared y luego hicieron señas a la pareja vestida de civil que los había acompañado. Dos de los asesinos abrieron fuego con metralletas Thompson, uno con un cargador de caja de 20 balas y el otro con un tambor de 50 balas. Fueron particularmente minuciosos en la ejecución e incluso continuaron disparando después de que los siete habían caído al suelo. Dos disparos de escopeta casi borraron por completo los rostros de John May y James Clark, según el informe del forense.
Para hacer creer a los posibles testigos que todo estaba bajo control y no había sucedido nada fuera de lo común, los hombres vestidos de calle salieron con las manos en alto, empujados por los dos policías uniformados. Dentro del garaje, los únicos supervivientes en el almacén fueron el perro de John May y Frank Gusenberg, a pesar de las 14 heridas de bala. Todavía estaba consciente, pero murió tres horas después, negándose a identificar a los asesinos.
La
masacre del día de San Valentín llenó rápidamente los titulares de los periódicos, y fue un suceso tan brutal que provocó una protesta pública, lo que comenzó a ser un gran problema para todos los
jefes de la mafia. Pocos días después, Capone recibió además una citación para testificar ante un gran jurado de Chicago por cargos de violaciones de la
Prohibición federal, pero alegó que no se encontraba bien para asistir.
Todo el mundo en Chicago sabía que Moran estaba secuestrando los envíos de licor con base en Detroit de Capone, por lo que la policía centró su atención en la banda de esa ciudad, conocida como Purple Gang y predominantemente judía. Sin embargo, tras hacer varias pesquisas, no se les pudo relacionar con el crimen. Muchos también creían que la policía estaba involucrada en la masacre, lo que de hecho pudo haber sido de paso la intención de los asesinos para crear una mayor confusión y dividir a la opinión pública.
Durante las siguientes semanas, la policía siguió diversas pistas que llevaron a varias detenciones de personas relacionadas con el entorno de Al Capone. Sin embargo, no pudieron encontrar ninguna prueba definitiva que los conectara con los asesinatos y todos acabaron liberados. Entre algunos de los hombres detenidos se encontraban John Scalise, Albert Anselmi y Jack McGurn, tres pistoleros de Capone miembros de la Cosa Nostra. Poco después de ser liberados por falta de pruebas, Capone acabó asesinando a Scalise y Anselmi en mayo de 1929 tras enterarse de que estaban conspirando con el mafioso rival Joe Aiello para traicionarle. La policía acabó retirando también los cargos de asesinato contra Jack McGurn al no contar con evidencias para acusarle.
La investigación del caso quedó casi totalmente estancada, hasta que el 14 de diciembre de 1929 se produjo un suceso que lo reactivó. Aquel día, el departamento del Sheriff del condado de Berrien (Michigan) allanó un bungalow, situado en la localidad de St. Joseph, para investigar un tiroteo en el que había acabado muerto el patrullero Charles Skelly tras un incidente de tráfico. El automóvil, con el que su dueño se había dado a la fuga, fue encontrado destrozado y abandonado en las afueras de St. Joseph y, tras rastrearlo, se descubrió que el propietario era un tal Fred Dane. Las fotos de la policía confirmaron que Dane era de hecho Fred Burke, quien estaba en busca y captura por la policía de Chicago por su supuesta participación en la Masacre del Día de San Valentín.
Cuando la policía entró en el bungalow, encontró un baúl grande que contenía un chaleco antibalas, casi 320,000 dólares en bonos robados recientemente de un banco de Wisconsin,
dos metralletas Thompson, pistolas, dos escopetas y una gran cantidad de munición. Las autoridades de St. Joseph notificaron de inmediato el hallazgo a la policía de Chicago, que solicitó ambas ametralladoras para investigarlas.
Utilizando la ciencia de balística forense más avanzada de la época, consiguieron identificar las armas como las utilizadas en la masacre de Chicago. También descubrieron que una de las armas había sido utilizada un año y medio antes para asesinar a Frankie Yale, un conocido mafioso de Nueva York. Burke fue capturado más de un año después en una granja de Missouri, pero fue juzgado en Michigan por el asesinato del oficial Skelly y posteriormente condenado a cadena perpetua. Murió en prisión en 1940 y nunca llegó a ser juzgado por su participación en la masacre de San Valentín.
La última gran pista sobre lo que realmente sucedió aquel sangriento día de San Valentín en Chicago llegó inesperadamente en 1935. El 8 de enero de ese año, agentes del FBI rodearon un edificio de apartamentos de Chicago en 3920 North Pine Grove en busca de los miembros de una violenta banda de la ciudad conocida como "Baker Gang". Se produjo un tiroteo en el que murió el ladrón de bancos Russell Gibson y fueron detenidos Doc Barker, Byron Bolton y dos mujeres.
La detención de Bolton interesaba especialmente al
FBI, ya que era un asociado de la banda de
Egan's Rats y un colaborador habitual del asesino a sueldo de Chicago,
Fred Goetz. Bolton conocía por tanto muchos de los crímenes cometidos por la Barker Gang y llegó a identificar el escondite en Florida de Ma Barker y Freddie Barker, quienes murieron en un tiroteo con el FBI una semana después. En el interrogatorio, Bolton confesó que participó en la
Masacre del Día de San Valentín junto a Goetz, Fred Burke y otros pistoleros.
Sucedía sin embargo que el FBI no tenía jurisdicción en ese caso, por lo que mantuvo la confesión como confidencial, hasta que se filtró al periódico Chicago American, el cual publicó una versión de estas revelaciones. El periódico anunció que el crimen del día de San Valentín había sido "resuelto" pese a la obstrucción en la investigación de J. Edgar Hoover y el FBI, que no querían involucrarse en el caso de la masacre. Esto provocó que se comenzaran a publicar en diferentes medios versiones confusas y diferentes de la historia de Bolton.
Según las declaraciones de Bolton, el plan para asesinar a Bugs Moran se había planeado entre octubre y noviembre de 1928, en un centro turístico de Wisconsin propiedad de Fred Goetz. En esta reunión estuvieron presentes Goetz, Al Capone, Frank Nitti, Fred Burke, Gus Winkler, Louis Campagna, Daniel Serritella, William Pacelli y Bolton.
Bolton dijo que él y Jimmy Moran fueron los encargados de vigilar la entrada al garaje y de avisar por teléfono a los asesinos en el Circus Café cuando
Bugs Moran llegara a la reunión. Aunque no sabía quienes eran los
verdaderos asesinos, Bolton dijo que muy probablemente los encargados de apretar el gatillo habían sido un grupo conocido como "
American Boys" que Capone solía contratar para algunos trabajos especiales, formado por Burke, Winkeler, Goetz, Bob Carey, Raymond "Crane Neck" Nugent y Claude Maddox (cuatro tiradores y los dos conductores que se dieron a la fuga).
Por otro lado, el relato de Bolton sobre la masacre era algo diferente a la versión generalmente aceptada por los historiadores, ya que apuntaba a que los asesinos utilizaron un segundo automóvil, algo que no cuadraba con la versión de algunos testigos. Bolton también confesó que habían confundido a Moran con uno de sus hombres por su gran parecido físico, motivo principal por el que el plan siguió adelante, ya que Morán era el objetivo principal del golpe.
Los asesinos esperaban matar a Moran y a dos o tres de sus hombres como máximo, pero inesperadamente se enfrentaron a siete hombres, así que simplemente decidieron matarlos a todos y huir rápidamente del lugar. Bolton además afirmó dijo que Capone se puso furioso con él por su error y la presión policial resultante. Al parecer llegó incluso a amenazar con matarlo y únicamente se libró gracias a la intervención de Fred Goetz.
La historia de Bolton planteaba ciertas dudas, pero era ciertamente plausible, y de hecho fue corroborada durante los siguientes años por varias personas, como Georgette, la viuda de Gus Winkeler; William Drury, un detective de Chicago que estudió el caso durante años; y Alvin Karpis, un ladrón de bancos que fue compañero de Capone en la prisión de Alcatraz y dijo haber escuchado al capo mafioso reconocer que Goetz había sido el verdadero planificador de la masacre.
A pesar de las declaraciones de Byron Bolton, el FBI no tomó ninguna medida, ya que casi todos los hombres a los que había nombrado ya estaban muertos en 1935, a excepción de Burke y Maddox. Los documentos oficiales con la investigación del FBI son de dominio público, y se pueden consultar online gratis: St. Valentine's Day Massacre - FBI
La
masacre del día de San Valentín quedó oficialmente como un
crimen sin resolver en los archivos, aunque pocos historiadores dudan que, independientemente de quienes apretaran el gatillo,
los asesinatos fueron ordenados por Al Capone. El gran capo mafioso en el Chicago de los años 20 acabaría en la cárcel por evasión de impuestos unos años después, pero nunca pudo ser declarado culpable de asesinato en ningún juicio.
El garaje en 2122 N. Clark Street donde se produjo la masacre, fue demolido en 1967, pero los ladrillos del muro norte contra el que dispararon a las víctimas fueron comprados por un empresario canadiense. Durante muchos años se exhibieron en varias exhibiciones relacionadas con el crimen, y varios de ellos acabaron vendiéndose. La mayor parte de los ladrillos que conformaban el muro son ahora propiedad del Mob Museum (Museo de la Mafia) en Las Vegas.
Dada la gran repercusión e impacto mediático que tuvo el caso, la masacre del Día de San Valentín acabó formando parte de la cultura popular durante las siguientes décadas, y el suceso ha sido representado o referenciado en numerosas películas, como "Scarface" (1932), "Con faldas y a lo loco" (1959), "Al Capone" (1959), "Los Intocables" (1987), "Oscar" (1991); o incluso en el videojuego "Mafia 3" (2016).
Quizás la película más fiel a los hechos reales sea el film "La matanza del día de San Valentín" (disponible en Amazon), una película de 1967 dirigida por Roger Corman y que es considerada uno de los films más exactos y fieles a la historia sucedida aquel día y un referente entre las películas de gánsteres y mafiosos.
A continuación puedes ver algunas de las fotografías de la masacre del día de San Valentín tomadas por la policía en el lugar del crimen (imágenes explícitas que pueden herir la sensibilidad):