Annie Edson Taylor fue una maestra de escuela cuya vida habría pasado de puntillas por la historia de no ser porque, en 1901 y la edad de 63 años, se convirtió en la primera persona que fue lanzada dentro de un barril a las cataratas del Niágara y consiguió sobrevivir. Sus motivos para esta intrépida hazaña, que le valieron el apodo de "la reina de la niebla" (Queen of the Mist), fueron principalmente económicos, pero curiosamente apenas ganó dinero con ello.
Unos años después, Annie completó sus estudios para convertirse en profesora de escuela. Mientras cursaba sus estudios (en los que se tituló con honores), conoció a quien seria su futuro marido, David Taylor. Tras casarse, Annie pasó a llamarse con el nombre completo de Annie Edson Taylor. El matrimonio tendría un hijo que fallecería durante la infancia y muy poco tiempo después también moriría su marido David combatiendo en la Guerra de Secesión estadounidense.
Tras la tragedia familiar, Annie intentó salir a delante trabajando en diferentes negocios locales durante varios años hasta que en 1890 decidió mudarse a Bay City (Michigan), donde esperaba encontrar trabajo como profesora de baile. Al tratarse de una ciudad pequeña, en aquella época Bay City no contaba con ninguna escuela de danza, por lo que abrió la suya propia.
Un tiempo después, en 1900, se trasladaría a la cercana ciudad de Sault Ste. Marie, también en Michigan, para trabajar como profesora de música. Posteriormente probaría suerte en otras ciudades como San Antonio (Texas) o Ciudad de México, pero tampoco la fue mucho mejor y acabó regresando finalmente a Bay City.
Viuda, sexagenaria, sin ninguna fuente estable de ingresos y sin apenas ahorros, Annie Edson Taylor estaba atravesando un momento muy difícil y le preocupaba cómo asegurar económicamente su vejez. Pasó de esta forma a convertirse en una temeraria aventurera (daredevil), lo que le serviría para ganar dinero y alcanzar la fama. Para lograrlo, necesitaba hacer algo que nadie había intentado aún, o al menos que se haya documentado que lo consiguiese. Así que decidió que sería la primera persona en saltar y atravesar con éxito las cataratas del Niágara dentro de un barril.Otros intrépidos temerarios y aventureros habían desafiado anteriormente las cataratas del Niágara subidos en botes, haciendo equilibrio en una cuerda floja, e incluso uno intentó superarlas a nado, pero nadie habían intentado la hazaña dentro de un barril.
Trabajó en varios bocetos y contactó con una empresa local que fabricaba barriles de cerveza. Finalmente, diseñó y fabricó su propio barril a medida para su aventura, eligiendo personalmente cada pieza de madera de roble y hierro para su construcción. En su interior colocó un colchón para amortiguar los golpes y un arnés para sujetarla. El barril tenía una altura de poco más de metro y medio y cerca de un metro de diámetro. También se colocó un yunque de metal de cerca de 90 kilos de peso para que el barril permaneciera erguido mientras atravesaba los rápidos.
En su viaje atravesaría la famosa catarata Horseshoe (Horseshoe Falls), situada en la parte del río Niágara que hace frontera entre Estados Unidos y Canadá, conocida también como catarata canadiense, donde la caída del agua alcanza una altura de 53 metros. Cuando informó a la prensa de lo que pensaba hacer, mintió sobre su edad y dijo que tenía 40 años. No se supo hasta después de conseguirlo su verdadera edad.
La fecha prevista para el lanzamiento del barril con Annie Edson Taylor en su interior se tuvo que retrasar varias veces, debido principalmente a que los hombres que inicialmente se ofrecieron como voluntarios para ayudarla se retractaron en el último momento pensando que sería un suicidio y no querían verse involucrados.Para probar que el barril resistiría la fuerza de la caída y que sobreviviría, Taylor decidió hacer primero un lanzamiento de prueba con su gato. Metió al animal dentro del barril y lo lanzó por las cataratas del Niágara un par de días antes de hacerlo ella misma. Inicialmente se reportó que el gato había muerto, y aunque sangraba ligeramente por la cabeza, el animal sobrevivió. Unos minutos después de sacarlo del agua, se tomó una foto del gato encima del barril al lado de Annie.
Coincidiendo con su 63 cumpleaños, el 24 de octubre de 1901, fue el día elegido por Annie Edson Taylor para llevar a cabo su hazaña. A las 4 de la tarde, cuando las aguas parecía que estaban más calmadas, se subió el barril a un costado de un bote de remos y la mujer se metió dentro, llevando consigo una pequeña almohada en forma de corazón como símbolo de suerte.
Se atornilló la tapa del barril y se utilizó una manguera de goma y una bomba manual de bicicleta para comprimir el aire en su interior. Taylor calculó que necesitaría al menos una hora de aire para sobrevivir, aunque esperaba que su aventura durara mucho menos tiempo. Posteriormente se tapó este agujero con un corcho y Taylor quedó a la deriva cerca de la ribera estadounidense, en la zona de la isla de la Cabra (Goat Island).
Las corrientes del río llevaron el barril sobre las cataratas canadienses Horseshoe, que desde entonces se convirtió en el lugar preferido por todo tipo de temerarios en busca de fama en las Cataratas del Niágara.Los espectadores que habían acudido al lugar para presenciar el truco, vieron como el barril se balanceaba a través del agua y desaparecía en la niebla de las cataratas. Tras precipitarse los 53 metros del salto de agua, el barril se hundió en el agua y emergió aproximadamente diez segundos después disparado a la superficie, quedando a la vista de los espectadores que comenzaron a lanzar vítores. Siguió flotando por el río hasta que se detuvo unos minutos después junto a una roca. Los equipos de rescate llegaron al barril tras la zambullida y pudieron comprobar rápidamente que Taylor estaba viva y relativamente ilesa, a excepción de una pequeña herida en la cabeza y algunos golpes en el cuerpo.
El viaje por el río no llevó más de veinte minutos, parte de los cuales la mujer estaba inconsciente, pero pasó algún tiempo antes de que se abriera el barril. Taylor fue ayudada a salir del barril por Carlisle Graham, uno de sus mejores amigos y otro conocido aventurero y temerario, ya que fue el primer hombre en recorrer los rápidos del río Niágara en una balsa, una intrépida hazaña que estuvo a punto de costarle la vida.
Desde el primer salto de Annie en 1901, se han contabilizado oficialmente 15 intentos de saltos parecidos en las cataratas. De todos ellos, 10 lograron sobrevivir a este truco mortal. La segunda persona que sobrevivió a la caída en las cataratas Horseshoe fue Bobby Leach, quien lo consiguió en 1911 dentro de un barril construido principalmente de acero.
Durante los años siguientes a su histórico salto, Annie ganó algo de dinero relatando su experiencia, aunque en realidad nunca llegó a obtener demasiados beneficios de su hazaña. Se especuló con la posibilidad de crear una película sobre su historia, y aunque el proyecto nunca salió adelante, llegó a escribir un libro con sus memorias que publicó en 1902 con el título de "Over the Falls Annie Edson Taylor's story of her trip, how the Horseshoe Fall was conquered" (disponible en Amazon). Posteriormente regresó a las Cataratas del Niágara para vender el libro a los turistas y curiosos.
Uno de los problemas que tuvo para hacer dinero fue que su representante, Frank M. Russell, la robó el barril y huyó con él. Annie gastó buena parte del dinero que había conseguido en detectives privados para localizarle, pero jamás se volvió a encontrar el barril ni se supo nada más de su manager. Algunos rumores de la época apuntaban a que el representante de Annie estaba haciendo giras por el país exhibiendo el barril con una mujer más joven que se hacía pasar por Annie Edson Taylor, la auténtica heroína de las cataratas.
Los últimos años de su vida los pasó en las propias Cataratas del Niágara posando en fotografías para los turistas. También invirtió en la Bolsa de Nueva York, e incluso comentó la posibilidad de dar un segundo salto a las cataratas en 1906, aunque se trataba más bien de una forma de intentar atraer de nuevo la atención de la prensa.
No gozaba de muy buena salud y apenas podía ver, algo que siempre achacó a su viaje por las cataratas. Finalmente, el 29 de abril de 1921, Annie Edson Taylor, la reina de la niebla, moría en la enfermería del condado de Niágara (Nueva York), a la edad de 82 años. Debido a su difícil situación financiera, sus amigos recaudaron dinero para rendir un verdadero homenaje a la reina de la niebla.
Fue enterrada junto a su amigo Carlisle D. Graham, en una sección especial del cementerio Oakwood en Niagara Falls dedicado a los acróbatas y temerarios denominada (Stunter's Rest). La tumba de Annie Edson Taylor se puede visitar hoy en día al lado de las Cataratas del Niágara donde logró la mayor hazaña de su vida, y el lugar donde pasó también a ser conocida en la historia como "la reina de las cataratas".