Tras la victoria de Japón sobre China, el 17 de abril de 1895 se firmaba en Shimonoseki el tratado de paz que ponía fin a la primera guerra chino-japonesa. En el acuerdo se establecía que China reconocía la independencia de Corea y cedía su dominio sobre Taiwán, pasando ambos a estar bajo protectorado japonés.
Los navegantes portugueses fueron los primeros europeos en avistar esta pequeña isla de Asia a finales del siglo XVI, a la que llamaron Formosa (Hermosa), el nombre con el que se conocería históricamente. Potencias europeas de la época como Holanda y España vieron rápidamente su importancia estratégica para el comercio. Holanda establecería un gobierno al sur de la isla, la llamada Formosa Holandesa (Formosa neerlandesa) entre 1624 y 1662; mientras que España haría lo propio en la parte norte del territorio, creando la Gobernación de Formosa española, una colonia del imperio español que estuvo vigente entre 1626 y 1642.
Poco a poco comenzaron también a asentarse en la isla un gran número de comerciantes chinos, aumentando la población china de Taiwán rápidamente. Como resultado, se produjo una rebelión liderada por Koxina (Zheng Chenggong) contra el gobierno holandés, que resultó en una victoria de la población china que obligó a los holandeses a abandonar la isla en febrero de 1662.
Se estableció una dinastía de gobernantes chinos sobre Taiwán, afines a la recientemente derrocada dinastía Ming, por lo que no se reconoció la legitimidad sobre la isla de la dinastía Qing que gobernaba China, y en la práctica Taiwán fue brevemente un reino independiente (reino de Tungning) que mantenía relaciones diplomáticas y comerciales con Japón y las potencias europeas.
Sin embargo, esta situación duró poco tiempo, y en 1683 la dinastía Qing (dinastía manchú) conquistó las islas Pescadores, un archipiélago de islas de la zona, además de la propia Taiwán. La antigua Formosa pasaría a estar bajo poder de China por primera vez, y este dominio se alargaría durante dos siglos, hasta 1895.A mediados del siglo XIX, la derrota de China en las sucesivas guerras del Opio, primero contra el imperio británico y posteriormente contra Francia, provocaron que se abrieran nuevos puertos en Taiwán para el comercio internacional. Poco después se trasladó la capital a Taipéi. Por su parte, el recién creado imperio de Japón, comenzaba a mostrar su interés por hacerse con el control de la isla.
En su búsqueda por ampliar sus territorios y conseguir colonias y recursos, a imitación de las potencias europeas, el naciente imperio de Japón se enfrentó a China en la Primera guerra sino-japonesa, que se libró entre agosto de 1894 y abril de 1895. El histórico conflicto es conocido en China como la guerra de Jiawu, mientras que en Japón se denomina simplemente la guerra de Japón-Qing.
La contienda resultó en una humillante derrota de la dinastía Qing. China acabó solicitando la paz a Japón en febrero de 1895, que se ratificaría con el Tratado de Shimonoseki en abril del mismo año.
Las conversaciones de paz comenzaron en marzo de 1895, con un objetivo claro por parte de Hirobumi Ito, el primer ministro japonés, y Munemitsu Mutsu, el ministro de asuntos exteriores de Japón: reducir el poder de la dinastía Qing en la península de Corea y en la isla de Taiwán. El emperador Qing por su parte, dio órdenes a sus embajadores de no ceder Taiwán en las negociaciones, ya que lo consideraba de una importancia fundamental para el comercio con occidente.
El 20 de marzo de 1895 se reunían por primera vez los representantes del Japón imperial, Ito y Mutsu, con los embajadores chinos de la dinastía Qing, Li Hongzhang y Li Jingfang. Las conversaciones de paz tuvieron lugar en el hotel Shunpanrō, en la localidad japonesa de Shimonoseki, y se alargaron durante un mes.La primera mitad de la conferencia fue relativamente sencilla, ya que se acordó simplemente un alto el fuego entre las dos partes. Sin embargo, cuando se comenzó a negociar el contenido del tratado y las condiciones del acuerdo de paz cuando comenzaron a surgir las discrepancias.
Japón solicitó que China reconociera la independencia de Joseon (reino de Corea), y entregara la soberanía de las islas Pescadores, la parte oriental de la península de Liaodong, así como la soberanía total de Taiwán.
Los representantes chinos aceptaron casi todas las condiciones, pero se negaron en rotundo a la cesión de Taiwán, alegando que la isla nunca había sido un campo de batalla durante el enfrentamiento entre ambos países y era de facto una provincia china. Tras la aplastante derrota, la posición para negociar de la dinastía Qing era muy débil. Japón se reafirmó en sus pretensiones y afirmó que la cesión de la isla era una condición absoluta para que se llegara a un acuerdo, de forma que China acabó renunciando a Taiwán.
El 17 de abril de 1895 se firmaba pues el Tratado de Shimonoseki, el acuerdo de paz de entre el Japón imperial y la dinastía Qing que marcó el final del gobierno chino en Taiwán tras más de 200 años. Este histórico tratado tendría además una importancia clave en las décadas venideras, no solo para la historia de Taiwán, sino también para la configuración política, comercial y geo-estratégica en Asia Oriental.
Junto a las cesiones territoriales, el Tratado de Shimonoseki también obligaba a China a pagar a Japón una indemnización de 200 millones de taeles (el equivalente a 150 millones de dólares de la época), y tratar al imperio de Japón como un socio comercial preferente.
Esta humillante derrota de China frente a Japón, junto a las duras condiciones del tratado que se había firmado, crearon un enorme malestar entre la población china y llevó a un período de gran inestabilidad que haría caer a la dinastía Qing y la creación de la República Popular China en 1949, vigente en la actualidad.
La derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial acabaría con el dominio japonés sobre Corea y Taiwán, pero también dio lugar a una compleja situación política en ambos territorios que se resolvió de diferentes formas.
Las fuerzas soviéticas entraron en Corea del Norte y se hicieron con el control de varias provincias, hasta entonces bajo dominio japonés. Esto llevó a que se se estableciera el paralelo 38º como una zona de división en el país, con Estados Unidos apoyando por su parte a Corea del Sur y la posterior celebración de elecciones. La situación desembocó poco después en la guerra de Corea (1950-1953), con la participación de la China comunista en apoyo de Corea del Norte y cuyo resultado fue volver a la situación anterior, con la histórica separación de las dos Coreas.
El ejército y los miembros principales del partido nacionalista opositor, el Kuomintang, liderado por Chiang Kai-shek, se refugiaron en Taiwán, pasando la isla a convertirse desde octubre de 1945 en la República de China, nombre con el que se conoce al país oficialmente, si bien es denominada internacionalmente también como Taiwán.
A causa de todos estos antecedentes, el país estuvo en estado de guerra oficialmente hasta 1987, y en la actualidad el estatus político y legal de Taiwán es muy complejo. El país se encuentra en una especie de limbo legal en el que no pertenece a casi ninguna organización internacional. Si bien la mayoría de los países del mundo mantienen contactos económicos y políticos con Taiwán, solo unos pocos lo reconocen oficialmente como estado.
Taiwán no es un estado miembro de la ONU y es reclamada por la República Popular China como parte de su territorio. A nivel interno, en el país hay además una gran división política entre los partidos que promueven la reunificación con China y quienes abogan por la independencia de Taiwán como una nación de identidad propia.
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