El ser humano siempre ha sentido una gran fascinación por el mar y la inmensidad de los océanos, motivo por el que se ha lanzado a su exploración desde tiempos tan remotos como la prehistoria, utilizando para ello todo tipo de embarcaciones e instrumentos rudimentarios, que fueron evolucionando con el tiempo.
Desde grandes navegantes de la Antigüedad como los fenicios, los romanos o los griegos, pasando posteriormente por los vikingos o unos siglos más tarde con España, Portugal o Inglaterra durante la denominada Era de los Descubrimientos, la historia de la humanidad está inevitablemente ligada a la navegación marítima.
Y si hay un factor común que han sufrido todas las culturas y civilizaciones que han surcado los mares a lo largo de los siglos, son los naufragios. Ya sea por accidentes, errores humanos, catastróficos fenómenos meteorológicos, batallas o la piratería, en el fondo de los océanos de todo el planeta existe una cantidad ingente de pecios hundidos como resultado de alguna catástrofe marítima, muchos de ellos albergando aún fabulosos tesoros en su interior.
Según las estimaciones de Naciones Unidas, hay aproximadamente 3 millones de pecios hundidos en los fondos marinos y la mayoría de ellos aún no han sido descubiertos. El estado de muchos de estos pecios, particularmente los mas antiguos, es tan deplorable que son ya difícilmente identificables debido a la erosión y el paso del tiempo.
Pero la exploración submarina de las últimas décadas nos ha proporcionado también espectaculares imágenes de históricos pecios hundidos en diferentes épocas, desde impresionantes galeones del siglo XVII a buques de guerra de la Segunda Guerra Mundial o fotografías del que seguramente sea el pecio más famoso de todos, el RMS Titanic.
Pecio de Dokós (2.200 a. C.)
Se cree que el naufragio de Dokos es el pecio más antiguo encontrado hasta la fecha. A juzgar por el cargamento que transportaba, se estima que el pecio data de entre el 2.200 a. C. al 2.700 a. C. Fue descubierto por Peter Throckmorton en 1975 a una profundidad de quince a treinta metros cerca de la isla griega de Dokos, y posteriormente fue excavado por el Instituto Helénico de Arqueología Marítima entre 1989 y 1992.
El cargamento de cerámica del famoso naufragio de Dokós incluía tazas, jarrones, ánforas, jarras, salseras y otros artículos del hogar, presumiblemente para comerciar a lo largo de la costa y las islas. Es interesante observar que, tanto las cerámicas como las salseras, provienen de hasta siete regiones diferentes de Grecia, y todas ellas se sitúan en una época tan temprana como el período minoico. Además de la gran cantidad de cerámica recuperada, este histórico pecio también contenía lingotes de plomo para el comercio.
Barco fenicio Mazarrón 2 (siglo VII a. C.)
Este barco fenicio tiene 8 metros de largo y más de 2.500 años de antigüedad. Renombrado como Mazarrón 2, fue descubierto en el año 1995 por unos arqueólogos españoles a 60 metros de la playa de la Isla de Mazarrón, en Murcia, al sureste de España. Entre su carga, este antiguo barco fenicio llevaba lingotes de mineral de plomo, un ancla, un ánfora y diversos objetos hechos de esparto.
El pecio Mazarrón 2 tiene una importancia fundamental para la arqueología, ya que se trata de una pieza única de ingeniería marítima antigua que permite a los investigadores entender mejor cómo era la vida de los fenicios en el Mar Mediterráneo y su relación con la Península Ibérica.
Mary Rose (1545)
El Mary Rose fue uno de los buques de guerra más rápidos y fuertemente armados de la flota inglesa durante el siglo XVI. Se hundió en 1545 mientras lideraba el ataque a una flota de invasión francesa en el puerto de Portsmouth. Las causas de su hundimiento siguen siendo hoy en día motivo de debate entre los historiadores, si bien la teoría mayormente aceptada es que su naufragio se debió a la excesiva sobrecarga de soldados, armas y municiones. De los 400 tripulantes y soldados a bordo, menos de 40 personas consiguieron escapar debido a que el barco se llenó rápidamente de agua y se hundió en muy poco tiempo.
Los restos del naufragio fueron redescubiertos en 1971 por un equipo de buzos. Durante los siguientes diez años se realizaron trabajos para sacar el barco del fondo marino, participando en las labores más de 500 buzos voluntarios. En 1982 el buque de guerra británico fue sacado a la superficie y desde 1986 se exhibe gran parte del casco original del barco en el Museo Mary Rose, en los astilleros de la ciudad de Portsmouth, Reino Unido.
Los extraordinarios hallazgos que se encontraron en su interior abarcan más de 28.000 artefactos, incluyendo armas de mano, herramientas, cañones y armaduras, y artículos personales como monedas, ropa y cartas que detallan la vida durante la era Tudor inglesa. Los restos humanos hallados en el pecio del naufragio indican que muchos de sus tripulantes habían sufrido desnutrición infantil, mientras que los miembros de la tripulación mostraban signos de artritis y fracturas óseas.
Vasa (1628)
Botado en 1628, el histórico galeón Vasa se convirtió en uno de los buques de guerra más poderosos del mundo y en el barco insignia de la Armada sueca. Sin embargo, en su viaje inaugural, apenas había recorrido una milla cuando fue golpeado súbitamente por una racha de viento tan fuerte que volcó el barco, hundiéndose frente a la multitud que se había reunido en la costa para vitorear su partida.
Los restos del poderoso Vasa fueron redescubiertos en el puerto de Estocolmo en la década de 1950 y fueron trasladados finalmente a un dique seco tras un extenso trabajo. Desde 1990, los restos del naufragio se exhiben en Estocolmo. Sorprendentemente, gran parte de su casco y muchos detalles en madera siguen intactos después de siglos sumergido. Una teoría al respecto sostiene que el buen estado de conservación se debe probablemente a que el agua contaminada del puerto impide que sobrevivan los microorganismos que comen madera.
Nuestra Señora de las Mercedes (1804)
La fragata Nuestra Señora de las Mercedes era un barco de la Armada española que cubría habitualmente la ruta comercial entre España y sus territorios en América. El 5 de octubre de 1804, cuando el barco español se encontraba cerca de las costas de Cádiz, fue atacado por una escuadra inglesa, a pesar de que en esos momentos había establecido un acuerdo de paz entre ambas potencias.
Dos siglos después, la empresa Odyssey Marine Exploration anunció en 2007 que había descubierto un pecio hundido en la zona del Golfo de Cádiz, del que extrajo más de 500.000 monedas de oro y plata. La empresa estadounidense dio originalmente el nombre de "Black Swan Project" (Proyecto Cisne Negro) al rescate, alegando que el pecio correspondía con el barco británico Sussex, hundido en la misma zona en 1694.
El Gobierno de España rápidamente sospechó que se trataba de un buque español y emprendió una batalla legal ante los tribunales de Tampa (Estados Unidos). En 2012, los tribunales estadounidenses dieron la razón a España y comenzó la devolución del cargamento, entre los que se encontraban cerca de medio millón de monedas de oro y plata, principalmente Reales de a Ocho y escudos de la época de Carlos IV, así como barras de cobre y estaño y dos cañones de bronce. Nuestra Señora de las Mercedes es, hasta la fecha, el mayor tesoro marino descubierto en la historia.
RMS Titanic (1912)
El Titanic es sin duda uno de los barcos más famosos y lujosos de todos los tiempos. Cuando se construyó a principios del siglo XX, costó el equivalente a 180 millones de dólares en la actualidad y se consideraba “insumergible”. Sin embargo, después de chocar contra un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912, en el casco del barco se abrieron varias vías de agua y el Titanic comenzó a hundirse rápidamente. La terrible combinación de una falta de protocolo de emergencia y un número reducido de botes salvavidas provocó finalmente la muerte de 1.517 personas.
En 1985, los restos del Titanic fueron descubiertos a una profundidad de 3.800 metros bajo el agua y a 600 kilómetros al sureste de la costa de Newfoundland (Canadá). Además de tomare varias impresionantes fotografías del pecio del Titanic, en el lugar se recuperaron numerosos tesoros de la bodega de carga de los pasajeros de primera clase, junto con otros objetos fascinantes.
Aunque algunas empresas han propuesto planes para sacar el barco a la superficie, los restos son increíblemente frágiles debido a que están siendo destruidos por bacterias que se alimentan de hierro. Los científicos sugieren que dentro de los próximos 100 años los restos prácticamente habrán desaparecido. Hoy en día, los restos del Titanic están protegidos por la convención de la UNESCO.
Endurance (1915)
El Endurance fue un buque rompehielos que se hundió en 1915 aplastado por el hielo durante la Expedición Imperial Transantártica, el intento de Ernest Shackleton de convertirse en la primera persona en cruzar la Antártida.
A pesar de la catástrofe, todos la tripulación sobrevivió gracias a los heroicos esfuerzos de Shackleton. En marzo de 2022 se descubrieron los restos del naufragio a 3.000 metros de profundidad, en el lecho marino del Mar de Weddell. El pecio del Endurance se encuentra además en un buen estado de conservación y se espera que se pueda estudiar en detalle durante los próximos años.
HMHS Britannic (1916)
Bismarck (1941)
El acorazado Bismarck, nombrado así en honor del canciller Otto von Bismarck, fue construido para la Kriegsmarine de la Alemania nazi y botado en 1939, aunque los trabajos en el barco no se completarían hasta 1940, después de lo cual se unió a la flota alemana. El Bismarck y su gemelo Tirpitz fueron los acorazados más grandes jamás construidos por Alemania, y dos de los barcos más grandes construidos por una potencia europea en ese momento.
Sin embargo, el Bismarck acabaría en el fondo del Atlántico Norte solo un año después, el 27 de mayo de 1941. En mayo de 1941, el Bismarck participó en una batalla con el HMS Hood y el HMS Prince of Wales de la Royal Navy británica. Finalmente, el Bismarck hundió el Hood con su potencia de fuego, pero sufrió daños y se retiró a Francia para ser reparado.
La Royal Navy estaba decidida a hundir el buque insignia de la armada alemana, de manera que persiguió al acorazado lanzando una operación de búsqueda masiva. Después de unos días, el Bismarck fue localizado y atacado por 15 torpederos del portaaviones HMS Ark Royal. El barco fue alcanzado y su mecanismo de gobierno quedó inoperable. A la mañana siguiente, dos buques de guerra británicos y dos cruceros pesados atacaron al Bismarck, hundiendo finalmente el acorazado y llevándose consigo a la mayor parte de su tripulación en el naufragio.
El pecio del Bismarck fue descubierto el 8 de junio de 1989 por Robert Ballard, el oceanógrafo responsable del hallazgo del Titanic. El Bismarck descansa casi íntegro a una profundidad aproximada de 4.791 metros, a unos 650 km al oeste de Brest, Francia. Tras hundirse, se acabó posando en la ladera de un volcán submarino no activo llamado Pourcupine, donde actualmente descansan los restos de este histórico acorazado.
USS Yorktown (1942)
El USS Yorktown fue un portaaviones de la Armada estadounidense que operó durante la Segunda Guerra Mundial. Lleva el nombre de la Batalla de Yorktown de 1781 y se puso en servicio en 1937. Fue el barco líder de su clase y participó en muchas batallas importantes, como la Batalla de Midway y la Batalla del Mar de Filipinas.
El Yorktown hundió dos portaaviones japoneses durante la guerra, pero el 4 de junio de 1942, durante la batalla de Midway, quedó inutilizado por un avión japonés. Perdió energía y comenzaron los esfuerzos de rescate. Cuando estaba siendo remolcado a puerto, en la tarde del 6 de junio, el I-168, un submarino japonés disparó numerosos torpedos, de los cuales dos de ellos impactaron en el Yorktown, mientras que el tercer torpedo alcanzó el USS Hammann, un destructor de la Marina de los EE. UU. que proporcionaba energía auxiliar a Yorktown.
Cuando la situación se volvió irreversible, el equipo de reparación evacuó el Yorktown, que finalmente se hundió el 7 de junio de 1942. En mayo de 1998 el pecio del USS Yorktown fue hallado y fotografiado por el oceanógrafo Robert Ballard. Los restos en una sola pieza sobre su quilla, sumergidos a 5.168 metros de profundidad, se encuentran en un estado de conservación sorprendentemente bueno
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