El 25 de septiembre de 1066 se producía en el condado de Yorkshire (al norte de Inglaterra) la batalla de Stamford Bridge, una histórica batalla en la que el ejército inglés del rey Harold Godwinson (Haroldo II de Inglaterra) se enfrentó a una fuerza invasora vikinga liderada por el rey noruego Harald Hardrada (Harald Sigurdsson), quien contaba además con el apoyo de Tostig Godwinson, hermano del rey de Inglaterra.
La sangrienta batalla involucró a miles de guerreros de ambos bandos y su resultado, con una severa derrota para los noruegos y la muerte del rey Harald III de Noruega (considerado el último gran jefe vikingo), tuvo una importancia clave en la historia, marcando el final de la era vikinga.
Inglaterra sufrió durante siglos constantes ataques e intentos de invasión de la isla por parte de guerreros nórdicos. Una de los más importantes de todos fue la invasión vikinga del denominado "Gran Ejército Pagano", cuando a finales del siglo IX una coalición de guerreros procedentes de Escandinavia se lanzaron a invadir los reinos anglosajones durante el reinado de Alfredo el Grande.
Liderados por los hijos de Ragnar Lodbrok, el legendario jefe vikingo, este gran ejército de guerreros del norte no llegó a conseguir totalmente su objetivo. Sin embargo, aunque no llegaron a dominar por completo los reinos anglosajones, consiguieron establecerse en la isla e imponer durante siglos sus costumbres y sus leyes en los territorios que controlaban mediante el denominado "Danelaw".
En todo caso, las aspiraciones vikingas por conquistar Inglaterra continuaron, siendo Canuto el Grande (Cnut the Great) quien lo conseguiría finalmente en el año 1016, convirtiéndose en rey de Dinamarca, Inglaterra y Noruega, provocando también que se cruzaran las líneas o derechos sucesorios entre diferentes reinos y familias anglosajonas y noruegas.
En enero de 1066 la muerte del rey Eduardo el Confesor, el último rey de la casa de Wessex, desencadenó una lucha por la sucesión en la que contendientes de todo el noroeste de Europa aspiraban a conseguir el trono de Inglaterra.
Tras la muerte de Eduardo, se coronó el 5 de enero de 1066 en la Abadía de Westminster a Harold Godwinson como rey de Inglaterra. Su derecho sucesorio se basaba en que Haroldo era cuñado del Rey Eduardo el Confesor, y provenía de una prominente familia anglosajona vinculada a Canuto el Grande (Canuto II de Dinamarca).
El otro gran demandante para el trono era Harald Hardrada (Harald III), otro legendario jefe vikingo que permaneció en el exilio durante varios años tras participar en la histórica batalla de Stiklestad (1030), donde cayó derrotado junto a su hermano Olaf Haraldsson frente a las tropas leales a Canuto el Grande, aunque posteriormente acabó convirtiéndose en rey de Noruega en el año 1046.
Harald intentó también durante años conseguir el trono de Dinamarca, aunque sin éxito. Cuando finalmente renunció a sus aspiraciones, Tostig Godwinson, hermano del recién elegido rey inglés Harold Godwinson, que había sido expulsado como conde de Northumbria y enviado al exilio, prometió su lealtad a Harald y lo invitó a reclamar el trono inglés.
Según la Crónica anglosajona, una histórica colección de textos y manuscritos antiguos que narran el origen de Britania, la historia de los anglosajones y la colonización la isla, el rey Harald III de Noruega reunió una flota de 300 barcos para invadir Inglaterra. Al llegar a la costa inglesa en septiembre de 1066, al ejército vikingo de Harald se unieron otras fuerzas reclutadas en Flandes y Escocia por Tostig Godwinson, sumando en total un ejército de entre 7.000 y 9.000 hombres (cerca de 10.000 según otras fuentes).
Los ataques iniciales fueron victorias rápidas. Harald avanzó e invadió el norte de Inglaterra, derrotando el 20 de septiembre a las fuerzas inglesas de los reinos de Northumbria y Mercia en la batalla de Fulford, cerca de York. Ante las noticias de la derrota, la ciudad de York se rindió a las fuerzas invasoras.
El rey Harold Godwinson se encontraba en esos momentos en el sur de Inglaterra, en una posición defensiva ante un posible ataque desde Francia por parte de Guillermo el Conquistador (William the Conqueror), Duque de Normandía por entonces, y que también aspiraba al trono de Inglaterra. Al llegar las noticias de la invasión noruega se dirigió inmediatamente hacia el norte con la mayor cantidad de gente que pudo reunir, viajando día y noche. Hizo el viaje de Londres a Yorkshire, una distancia de aproximadamente 300 kilómetros, en solo cuatro días, lo que le permitió tomar a los noruegos por sorpresa.
Cuando Harold se enteró de que los noruegos iban a recibir suministros y provisiones adicionales desde Northumbria, decidió atravesar York para atacarles en Stamford Bridge el 25 de septiembre. Al parecer los invasores noruegos no descubrieron la presencia del ejército inglés en las cercanías hasta que los tuvieron a la vista.
Si bien se conoce con exactitud la fecha de la batalla de Stamford Bridge, el 25 de septiembre de 1066, la ubicación exacta donde se desarrolló esta histórica batalla es aún motivo de discusión entre los historiadores. Tradicionalmente, los lugareños han ubicado el campo de batalla en una zona conocida como "Battle Flats", situada al sureste de la actual ciudad de Stamford Bridge (condado de Yorkshire), al este del río Derwent.
Tampoco se sabe con certeza cuál era la ubicación del ejército noruego al comenzar la batalla, aunque se cree que en ese momento estaban situados en dos áreas diferentes, con una parte de los guerreros nórdicos en el lado oeste del río Derwent, mientras que el grueso del ejército se encontraba en la orilla este.
La llegada repentina del ejército inglés, formado por cerca de 10.500 soldados y otros 2.000 de caballería, pilló por sorpresa a los vikingos que se encontraban al lado oeste del río. Fueron rápidamente masacrados por los ingleses, por lo que muchos intentaron huir a través del puente de Stamford.
Según recogen las Crónicas anglosajonas, el avance inglés se vio interrumpido debido a que un enorme guerrero vikingo armado con un hacha, bloqueó el estrecho paso del puente, haciendo frente él solo a los ingleses. En el texto se detalla que el guerrero nórdico llegó a matar hasta 40 ingleses sin ayuda, y no fue derrotado hasta que un soldado inglés se escabulló por debajo del puente y lo lanceó desde el agua.
Este acto heroico sirvió para que los noruegos ganaran tiempo y se reorganizaran, formando un muro de escudos para hacer frente al ejército inglés. Cuando el ejército de Harold consiguió cruzar el puente, rápidamente crearon una línea de ataque frente a los noruegos y se lanzaron al ataque.
La batalla del puente de Stamford se prolongó durante horas, extendiéndose más allá del propio puente. La aparición del ataque inglés por sorpresa les dio además otra enorme ventaja que decantaría la batalla, ya que la mayoría de los noruegos no llevaban ninguna armadura. A medida que avanzaba la batalla, el ejército nórdico comenzó a fragmentarse, lo que permitió a las tropas inglesas abrirse paso y romper finalmente el muro de escudo de los escandinavos.
Con los guerreros del norte totalmente flanqueados, su líder principal Harald Hardrada muerto por una flecha en la tráquea, y Tostig Godwinson también caído durante la batalla, el ejército noruego acabó desintegrándose, siendo prácticamente aniquilado.
En los compases finales de la batalla los noruegos recibieron refuerzos de los hombres que se habían quedado a vigilar los barcos en tropas que habían estado vigilando los barcos anclados en Riccall (a 20 kilómetros de distancia). Este grupo estaba liderado por Eystein Orre, quien iba a convertirse en el futuro yerno de Hardrada.
Tras recorrer la larga distancia para ayudar a sus compañeros, algunos de los hombres simplemente colapsaron y murieron de agotamiento al llegar al campo de batalla, mientras que los que aguantaron llegaron completamente armados para el combate.
Este contraataque noruego se conoció posteriormente en las crónicas noruegas como "la tormenta de Orre", y aunque inicialmente sirvió para detener el avance inglés, pronto fueron sobrepasados, muriendo también Orre en la batalla. El ejército noruego fue completamente derrotado, muriendo varios guerreros ahogados cuando trataban de cruzar los ríos en su huida del ejército inglés.
Para los vikingos, la sangrienta batalla de Stamford Bridge fue una derrota catastrófica. Según las cifras de la batalla que recogen las Crónicas anglosajonas, más de 8.000 guerreros noruegos y rebeldes ingleses murieron durante la batalla, mientras que no se indica la cifra de bajas en las tropas de Harold Godwinson.
El desastre para el ejército de Harald Hardrada fue tal, que únicamente necesitaron 24 barcos (de los 300 que formaba su flota original) para llevar a los supervivientes de vuelta a casa. Según una leyenda local, se acumularon tantos cadáveres en una área tan pequeña que el campo aún estaba blanqueado debido a los huesos hasta 50 años después de la batalla.
Harold aceptó una tregua con los noruegos sobrevivientes, entre los que se encontraba Olaf Haraldsson, el hijo de Harald. Se les permitió irse con la promesa de no volver a atacar Inglaterra. Pasaron el invierno en las islas Orcadas (Orkney) y en primavera Olaf regresó a Noruega, convirtiéndose en el rey Olaf III de Noruega hasta su muerte.
Por su parte, el rey Haroldo II de Inglaterra apenas pudo disfrutar de su victoria en la batalla de Stamford Bridge. Tres días después, el 28 de septiembre de 1066, un ejército comandado por William, duque de Normandía, desembarcaba en la bahía de Pevensey, Sussex, en la costa sur de Inglaterra.
Harold tuvo que dar la vuelta inmediatamente a sus tropas y forzarlas a marchar hacia el sur para interceptar al ejército normando, produciéndose el 14 de octubre de 1066, la histórica batalla de Hastings, donde encontró su muerte mientras el ejército inglés era derrotado de forma decisiva, comenzando así la conquista normanda de Inglaterra.
El característico modo de vida de los vikingos llevaba ya tiempo en decadencia antes de la batalla de Stamford Bridge. Sus tradiciones paganas estaban siendo paulatinamente reemplazadas por el cristianismo, un proceso que comenzó en el siglo IX con la conversión al cristiansimo de Guthrum, un legendario rey vikingo.
La muerte de Harald Hardrada, quien a pesar de ser ya católico está considerado el último gran jefe vikingo, supuso según la mayoría de los historiadores, el fin de la era vikinga, ya que la derrota en Stamford Bridge fue también el final de las grandes invasiones vikingas en Europa.
La sangrienta batalla involucró a miles de guerreros de ambos bandos y su resultado, con una severa derrota para los noruegos y la muerte del rey Harald III de Noruega (considerado el último gran jefe vikingo), tuvo una importancia clave en la historia, marcando el final de la era vikinga.
Inglaterra sufrió durante siglos constantes ataques e intentos de invasión de la isla por parte de guerreros nórdicos. Una de los más importantes de todos fue la invasión vikinga del denominado "Gran Ejército Pagano", cuando a finales del siglo IX una coalición de guerreros procedentes de Escandinavia se lanzaron a invadir los reinos anglosajones durante el reinado de Alfredo el Grande.
Liderados por los hijos de Ragnar Lodbrok, el legendario jefe vikingo, este gran ejército de guerreros del norte no llegó a conseguir totalmente su objetivo. Sin embargo, aunque no llegaron a dominar por completo los reinos anglosajones, consiguieron establecerse en la isla e imponer durante siglos sus costumbres y sus leyes en los territorios que controlaban mediante el denominado "Danelaw".
En todo caso, las aspiraciones vikingas por conquistar Inglaterra continuaron, siendo Canuto el Grande (Cnut the Great) quien lo conseguiría finalmente en el año 1016, convirtiéndose en rey de Dinamarca, Inglaterra y Noruega, provocando también que se cruzaran las líneas o derechos sucesorios entre diferentes reinos y familias anglosajonas y noruegas.
En enero de 1066 la muerte del rey Eduardo el Confesor, el último rey de la casa de Wessex, desencadenó una lucha por la sucesión en la que contendientes de todo el noroeste de Europa aspiraban a conseguir el trono de Inglaterra.
Tras la muerte de Eduardo, se coronó el 5 de enero de 1066 en la Abadía de Westminster a Harold Godwinson como rey de Inglaterra. Su derecho sucesorio se basaba en que Haroldo era cuñado del Rey Eduardo el Confesor, y provenía de una prominente familia anglosajona vinculada a Canuto el Grande (Canuto II de Dinamarca).
El otro gran demandante para el trono era Harald Hardrada (Harald III), otro legendario jefe vikingo que permaneció en el exilio durante varios años tras participar en la histórica batalla de Stiklestad (1030), donde cayó derrotado junto a su hermano Olaf Haraldsson frente a las tropas leales a Canuto el Grande, aunque posteriormente acabó convirtiéndose en rey de Noruega en el año 1046.
Harald intentó también durante años conseguir el trono de Dinamarca, aunque sin éxito. Cuando finalmente renunció a sus aspiraciones, Tostig Godwinson, hermano del recién elegido rey inglés Harold Godwinson, que había sido expulsado como conde de Northumbria y enviado al exilio, prometió su lealtad a Harald y lo invitó a reclamar el trono inglés.
Según la Crónica anglosajona, una histórica colección de textos y manuscritos antiguos que narran el origen de Britania, la historia de los anglosajones y la colonización la isla, el rey Harald III de Noruega reunió una flota de 300 barcos para invadir Inglaterra. Al llegar a la costa inglesa en septiembre de 1066, al ejército vikingo de Harald se unieron otras fuerzas reclutadas en Flandes y Escocia por Tostig Godwinson, sumando en total un ejército de entre 7.000 y 9.000 hombres (cerca de 10.000 según otras fuentes).
Los ataques iniciales fueron victorias rápidas. Harald avanzó e invadió el norte de Inglaterra, derrotando el 20 de septiembre a las fuerzas inglesas de los reinos de Northumbria y Mercia en la batalla de Fulford, cerca de York. Ante las noticias de la derrota, la ciudad de York se rindió a las fuerzas invasoras.
El rey Harold Godwinson se encontraba en esos momentos en el sur de Inglaterra, en una posición defensiva ante un posible ataque desde Francia por parte de Guillermo el Conquistador (William the Conqueror), Duque de Normandía por entonces, y que también aspiraba al trono de Inglaterra. Al llegar las noticias de la invasión noruega se dirigió inmediatamente hacia el norte con la mayor cantidad de gente que pudo reunir, viajando día y noche. Hizo el viaje de Londres a Yorkshire, una distancia de aproximadamente 300 kilómetros, en solo cuatro días, lo que le permitió tomar a los noruegos por sorpresa.
Cuando Harold se enteró de que los noruegos iban a recibir suministros y provisiones adicionales desde Northumbria, decidió atravesar York para atacarles en Stamford Bridge el 25 de septiembre. Al parecer los invasores noruegos no descubrieron la presencia del ejército inglés en las cercanías hasta que los tuvieron a la vista.
Si bien se conoce con exactitud la fecha de la batalla de Stamford Bridge, el 25 de septiembre de 1066, la ubicación exacta donde se desarrolló esta histórica batalla es aún motivo de discusión entre los historiadores. Tradicionalmente, los lugareños han ubicado el campo de batalla en una zona conocida como "Battle Flats", situada al sureste de la actual ciudad de Stamford Bridge (condado de Yorkshire), al este del río Derwent.
Tampoco se sabe con certeza cuál era la ubicación del ejército noruego al comenzar la batalla, aunque se cree que en ese momento estaban situados en dos áreas diferentes, con una parte de los guerreros nórdicos en el lado oeste del río Derwent, mientras que el grueso del ejército se encontraba en la orilla este.
La llegada repentina del ejército inglés, formado por cerca de 10.500 soldados y otros 2.000 de caballería, pilló por sorpresa a los vikingos que se encontraban al lado oeste del río. Fueron rápidamente masacrados por los ingleses, por lo que muchos intentaron huir a través del puente de Stamford.
Según recogen las Crónicas anglosajonas, el avance inglés se vio interrumpido debido a que un enorme guerrero vikingo armado con un hacha, bloqueó el estrecho paso del puente, haciendo frente él solo a los ingleses. En el texto se detalla que el guerrero nórdico llegó a matar hasta 40 ingleses sin ayuda, y no fue derrotado hasta que un soldado inglés se escabulló por debajo del puente y lo lanceó desde el agua.
Este acto heroico sirvió para que los noruegos ganaran tiempo y se reorganizaran, formando un muro de escudos para hacer frente al ejército inglés. Cuando el ejército de Harold consiguió cruzar el puente, rápidamente crearon una línea de ataque frente a los noruegos y se lanzaron al ataque.
La batalla del puente de Stamford se prolongó durante horas, extendiéndose más allá del propio puente. La aparición del ataque inglés por sorpresa les dio además otra enorme ventaja que decantaría la batalla, ya que la mayoría de los noruegos no llevaban ninguna armadura. A medida que avanzaba la batalla, el ejército nórdico comenzó a fragmentarse, lo que permitió a las tropas inglesas abrirse paso y romper finalmente el muro de escudo de los escandinavos.
Con los guerreros del norte totalmente flanqueados, su líder principal Harald Hardrada muerto por una flecha en la tráquea, y Tostig Godwinson también caído durante la batalla, el ejército noruego acabó desintegrándose, siendo prácticamente aniquilado.
En los compases finales de la batalla los noruegos recibieron refuerzos de los hombres que se habían quedado a vigilar los barcos en tropas que habían estado vigilando los barcos anclados en Riccall (a 20 kilómetros de distancia). Este grupo estaba liderado por Eystein Orre, quien iba a convertirse en el futuro yerno de Hardrada.
Tras recorrer la larga distancia para ayudar a sus compañeros, algunos de los hombres simplemente colapsaron y murieron de agotamiento al llegar al campo de batalla, mientras que los que aguantaron llegaron completamente armados para el combate.
Este contraataque noruego se conoció posteriormente en las crónicas noruegas como "la tormenta de Orre", y aunque inicialmente sirvió para detener el avance inglés, pronto fueron sobrepasados, muriendo también Orre en la batalla. El ejército noruego fue completamente derrotado, muriendo varios guerreros ahogados cuando trataban de cruzar los ríos en su huida del ejército inglés.
Para los vikingos, la sangrienta batalla de Stamford Bridge fue una derrota catastrófica. Según las cifras de la batalla que recogen las Crónicas anglosajonas, más de 8.000 guerreros noruegos y rebeldes ingleses murieron durante la batalla, mientras que no se indica la cifra de bajas en las tropas de Harold Godwinson.
El desastre para el ejército de Harald Hardrada fue tal, que únicamente necesitaron 24 barcos (de los 300 que formaba su flota original) para llevar a los supervivientes de vuelta a casa. Según una leyenda local, se acumularon tantos cadáveres en una área tan pequeña que el campo aún estaba blanqueado debido a los huesos hasta 50 años después de la batalla.
Harold aceptó una tregua con los noruegos sobrevivientes, entre los que se encontraba Olaf Haraldsson, el hijo de Harald. Se les permitió irse con la promesa de no volver a atacar Inglaterra. Pasaron el invierno en las islas Orcadas (Orkney) y en primavera Olaf regresó a Noruega, convirtiéndose en el rey Olaf III de Noruega hasta su muerte.
Por su parte, el rey Haroldo II de Inglaterra apenas pudo disfrutar de su victoria en la batalla de Stamford Bridge. Tres días después, el 28 de septiembre de 1066, un ejército comandado por William, duque de Normandía, desembarcaba en la bahía de Pevensey, Sussex, en la costa sur de Inglaterra.
Harold tuvo que dar la vuelta inmediatamente a sus tropas y forzarlas a marchar hacia el sur para interceptar al ejército normando, produciéndose el 14 de octubre de 1066, la histórica batalla de Hastings, donde encontró su muerte mientras el ejército inglés era derrotado de forma decisiva, comenzando así la conquista normanda de Inglaterra.
El característico modo de vida de los vikingos llevaba ya tiempo en decadencia antes de la batalla de Stamford Bridge. Sus tradiciones paganas estaban siendo paulatinamente reemplazadas por el cristianismo, un proceso que comenzó en el siglo IX con la conversión al cristiansimo de Guthrum, un legendario rey vikingo.
La muerte de Harald Hardrada, quien a pesar de ser ya católico está considerado el último gran jefe vikingo, supuso según la mayoría de los historiadores, el fin de la era vikinga, ya que la derrota en Stamford Bridge fue también el final de las grandes invasiones vikingas en Europa.
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