Brutus o Brute of Troy (Bruto de Troya), es un conocido personaje de las leyendas británicas medievales, considerado como el fundador y primer rey de Britania (nombre dado por los romanos a parte de la isla de Gran Bretaña).
Supuestamente descendiente del héroe troyano Aeneas, el mito de Bruto de Troya aparece reflejado en dos compilaciones de la Edad Media: el Historia Brittonum y en el Historia Regum Britanniae. Estas dos antiguas crónicas, son de los pocos documentos originales que se conservan sobre los primeros siglos de la historia de Gran Bretaña y hasta la denominada "Edad Oscura", la Britania posromana. Sin embargo, el nombre de Bruto de Troya no aparece reflejado en ningún otro texto clásico, por lo que es considerado un personaje de leyenda y no una figura histórica.
El Historia Brittonum (Historia de los bretones) es un documento del siglo IX atribuido al monje galés Nennius (Nennio), y que se cree fue escrito entre los años 828 y 830. En los textos se relata la supuesta historia del origen de Gran Bretaña, desde su fundación por un asentamiento de troyanos expatriados hace 2.000 años, hasta varios siglos después, llegando hasta los siglos V y VI, donde aparecen los últimos reyes legendarios de Britania, entre ellos el Rey Arturo (Arthur Pendragon). El documento es de Dominio Público y se puede consultar online: Historia Brittonum (en inglés)
Según este libro, el nombre de la isla de Gran Bretaña deriva de Brutus, un cónsul romano. Aludiendo a fuentes romanas como el historiador Tito Livio o el poeta Virgilio, la historia se inicia con Eneas (Aeneas), un héroe troyano de la mitología griega y romana, hijo de Venus (Afrodita) y antepasado de Rómulo y Remo, los fundadores de Roma.
Uno de los hijos de Eneas, Ascanius (Ascanio), se casó y tuvo un hijo, muriendo la madre en el parto. El niño, llamado Brutus (Bruto), mató accidentalmente a su padre con un flecha, por lo que fue expulsado de Italia. Tras vagar entre las islas del Mar Tirreno y la Galia, donde fundó la ciudad de Tours, Brutus llegó finalmente a Gran Bretaña. Llenó la isla con sus descendientes y la llamó en homenaje a su propio nombre, Britania (Britannia en latín).
Este reinado de Brutus de Troya, primer rey de Gran Bretaña, duró 24 años, desarrollándose en el siglo XII a.C., y según señala Nennio, se correspondería en el tiempo con Eli, el sumo sacerdote y juez de Israel mencionado en la Biblia, o la época en la que el Arca de la Alianza fue tomada por los filisteos.
En el propio Historia Brittonum, se señalan otras variantes de la historia sobre el origen de Brutus. En una de ellas, Brutus sería nieto de Ascanius y su árbol genealógico llegaría hasta Cam, hijo de Noé. En otro capítulo, Brutus sería descendiente de Numa Pompilio, segundo rey de Roma y sucesor de Rómulo. Una última versión sugiere que Brutus era un cónsul romano que conquistó España, la convirtió en una provincia romana y posteriormente viajó a la Isla de Gran Bretaña donde sometió a sus habitantes, convirtiéndose a partir de entonces en britanos.
Claramente influenciado por el Historia Brittonum, en el siglo XII (cerca del año 1136), el historiador Godofredo de Monmouth (Geoffrey of Monmouth) escribía su crónica Historia Regum Britanniae (Historia de los reyes de Britania). Se trata de uno de los documentos más importantes que se conservan que narra la historia temprana de Gran Bretaña, popularizado mundialmente por contener la historia del Rey Arturo como un personaje histórico, un líder britano que luchó contra las invasiones anglosajonas a finales del siglo V y principios del siglo VI. El documento es también de Dominio Público: Historia Regum Britanniae
La historia que se narra en el Historia Regum Britanniae es similar a la del Historia Brittonum aunque en mayor detalle. Según Godofredo de Monmouth, Bruto es nieto de Ascanio, quien a su vez es hijo de Silvius (hijo de Eneas). En esta versión Brutus también mata a su padre y es desterrado.
Viaja a Grecia donde encuentra a un grupo de troyanos que han sido convertidos en esclavos, se convierte en su líder y lucha en una serie de batallas contra el rey griego Pandrasus (Pandrasos). Consigue vencerle y capturarle como rehén, obligándole a liberar a los troyanos. Además, a Brutus se le ofrece en matrimonio la hija del rey, Ignoge, se le facilitan también barcos y provisiones para el viaje.
Los troyanos acaban llegando a una isla desierta, donde descubren un templo abandonado a Diana (diosa de la caza y protectora de la naturaleza). Tras realizar un ritual en honor de la diosa, Bruto se queda dormido delante de la estatua de Diana y allí se le aparece una visión de la tierra en la que está destinado a instalarse, una isla en el océano occidental habitada únicamente por unos pocos gigantes.
Tras varias aventuras en el norte de África y un encuentro con las sirenas, Bruto descubre otro grupo de troyanos exiliados que viven en las islas del Mar Tirreno, liderados por el legendario guerrero Corineus (fundador de Cornualles según el mito). En la Galia, Corineus provoca una guerra con Goffarius Pictus, rey de Aquitania, tras cazar en los bosques propiedad del rey sin permiso. Turonus, sobrino de Brutus, muere en la lucha y en el lugar en el que es enterrado se funda la ciudad de Tours.
Los troyanos ganan la mayoría de las batallas pero son conscientes de que los galos les superan en número, por lo que deciden volver a sus barcos y emprender el viaje a Gran Bretaña, conocida como Albion en aquella época. Desembarcan en la denominada "Litus Totonesium", en la costa del mar de Totnes, donde se encuentran con los gigantes de Albion que habitan la isla y los derrotan.
Brutus cambia el nombre de la isla por el de Britania y se convierte en su primer rey. Corineus pasa a ser el gobernante y fundador de Cornualles (Cornwall). Durante un festival de celebración, son atacados por los gigantes que han sobrevivido, los matan a todos excepto a su líder, Goemagot, el mayor gigante de todos, que lucha en combate contra Corineus, siendo derrotado y arrojado por un acantilado.
Posteriormente, Bruto funda una ciudad a orillas del río Támesis a la que llama Troia Nova (Nueva Troya). Con el tiempo el nombre irá evolucionando a Trinovantum y posteriormente Londres. Es también considerado según el mito, el fundador de Londres.
Crea las leyes para su pueblo y Brutus I gobierna como el primer rey de Britania durante 24 años. Tras su muerte, Bruto de Troya es enterrado en Trinovantum y la isla de Gran Bretaña se dividió entre sus tres hijos: Locrinus (Inglaterra), Albanactus (Escocia) y Kamber (Gales).
El Historia Brittonum y el Historia Regum Britanniae, son dos auténticos documentos medievales cuya importancia es fundamental, por ser de los pocos manuscritos antiguos que se han conservado, que reflejan este desconocido período de la historia de Gran Bretaña. En ellos se contiene una extensa genealogía de todos los reyes britanos, desde el fundador de Britania en el siglo XII a.C., Bruto de Troya, a Cadwalader (siglo VII), el último rey que aparece en los textos.
Durante siglos, la veracidad de estos documentos no se puso en duda, sin embargo la inclusión de varios elementos de la mitología anglosajona y la falta de otras fuentes fiables, ha hecho que no se puedan considerar textos históricos. En todo caso, algunos historiadores opinan que al igual que sucede con parte de los mitos artúricos, basados probablemente en un personaje histórico real, tanto Brutus de Troya, como la larga y detallada lista de reyes legendarios de Britania, puedan tener también su parte de realidad tras el mito, estando basados en los verdaderos reyes que gobernaron la isla hace siglos.
Un período de tiempo de varios siglos escasamente documentado y del que se tiene un gran desconocimiento. A falta de otros documentos que puedan corroborar cuál es la versión correcta o cuál es la auténtica historia, los orígenes de Gran Bretaña seguirán formando de momento parte de la leyenda, con Brutus I como el primer rey de Britania.
Supuestamente descendiente del héroe troyano Aeneas, el mito de Bruto de Troya aparece reflejado en dos compilaciones de la Edad Media: el Historia Brittonum y en el Historia Regum Britanniae. Estas dos antiguas crónicas, son de los pocos documentos originales que se conservan sobre los primeros siglos de la historia de Gran Bretaña y hasta la denominada "Edad Oscura", la Britania posromana. Sin embargo, el nombre de Bruto de Troya no aparece reflejado en ningún otro texto clásico, por lo que es considerado un personaje de leyenda y no una figura histórica.
El Historia Brittonum (Historia de los bretones) es un documento del siglo IX atribuido al monje galés Nennius (Nennio), y que se cree fue escrito entre los años 828 y 830. En los textos se relata la supuesta historia del origen de Gran Bretaña, desde su fundación por un asentamiento de troyanos expatriados hace 2.000 años, hasta varios siglos después, llegando hasta los siglos V y VI, donde aparecen los últimos reyes legendarios de Britania, entre ellos el Rey Arturo (Arthur Pendragon). El documento es de Dominio Público y se puede consultar online: Historia Brittonum (en inglés)
Según este libro, el nombre de la isla de Gran Bretaña deriva de Brutus, un cónsul romano. Aludiendo a fuentes romanas como el historiador Tito Livio o el poeta Virgilio, la historia se inicia con Eneas (Aeneas), un héroe troyano de la mitología griega y romana, hijo de Venus (Afrodita) y antepasado de Rómulo y Remo, los fundadores de Roma.
Uno de los hijos de Eneas, Ascanius (Ascanio), se casó y tuvo un hijo, muriendo la madre en el parto. El niño, llamado Brutus (Bruto), mató accidentalmente a su padre con un flecha, por lo que fue expulsado de Italia. Tras vagar entre las islas del Mar Tirreno y la Galia, donde fundó la ciudad de Tours, Brutus llegó finalmente a Gran Bretaña. Llenó la isla con sus descendientes y la llamó en homenaje a su propio nombre, Britania (Britannia en latín).
Este reinado de Brutus de Troya, primer rey de Gran Bretaña, duró 24 años, desarrollándose en el siglo XII a.C., y según señala Nennio, se correspondería en el tiempo con Eli, el sumo sacerdote y juez de Israel mencionado en la Biblia, o la época en la que el Arca de la Alianza fue tomada por los filisteos.
En el propio Historia Brittonum, se señalan otras variantes de la historia sobre el origen de Brutus. En una de ellas, Brutus sería nieto de Ascanius y su árbol genealógico llegaría hasta Cam, hijo de Noé. En otro capítulo, Brutus sería descendiente de Numa Pompilio, segundo rey de Roma y sucesor de Rómulo. Una última versión sugiere que Brutus era un cónsul romano que conquistó España, la convirtió en una provincia romana y posteriormente viajó a la Isla de Gran Bretaña donde sometió a sus habitantes, convirtiéndose a partir de entonces en britanos.
Claramente influenciado por el Historia Brittonum, en el siglo XII (cerca del año 1136), el historiador Godofredo de Monmouth (Geoffrey of Monmouth) escribía su crónica Historia Regum Britanniae (Historia de los reyes de Britania). Se trata de uno de los documentos más importantes que se conservan que narra la historia temprana de Gran Bretaña, popularizado mundialmente por contener la historia del Rey Arturo como un personaje histórico, un líder britano que luchó contra las invasiones anglosajonas a finales del siglo V y principios del siglo VI. El documento es también de Dominio Público: Historia Regum Britanniae
La historia que se narra en el Historia Regum Britanniae es similar a la del Historia Brittonum aunque en mayor detalle. Según Godofredo de Monmouth, Bruto es nieto de Ascanio, quien a su vez es hijo de Silvius (hijo de Eneas). En esta versión Brutus también mata a su padre y es desterrado.
Viaja a Grecia donde encuentra a un grupo de troyanos que han sido convertidos en esclavos, se convierte en su líder y lucha en una serie de batallas contra el rey griego Pandrasus (Pandrasos). Consigue vencerle y capturarle como rehén, obligándole a liberar a los troyanos. Además, a Brutus se le ofrece en matrimonio la hija del rey, Ignoge, se le facilitan también barcos y provisiones para el viaje.
Los troyanos acaban llegando a una isla desierta, donde descubren un templo abandonado a Diana (diosa de la caza y protectora de la naturaleza). Tras realizar un ritual en honor de la diosa, Bruto se queda dormido delante de la estatua de Diana y allí se le aparece una visión de la tierra en la que está destinado a instalarse, una isla en el océano occidental habitada únicamente por unos pocos gigantes.
Tras varias aventuras en el norte de África y un encuentro con las sirenas, Bruto descubre otro grupo de troyanos exiliados que viven en las islas del Mar Tirreno, liderados por el legendario guerrero Corineus (fundador de Cornualles según el mito). En la Galia, Corineus provoca una guerra con Goffarius Pictus, rey de Aquitania, tras cazar en los bosques propiedad del rey sin permiso. Turonus, sobrino de Brutus, muere en la lucha y en el lugar en el que es enterrado se funda la ciudad de Tours.
Los troyanos ganan la mayoría de las batallas pero son conscientes de que los galos les superan en número, por lo que deciden volver a sus barcos y emprender el viaje a Gran Bretaña, conocida como Albion en aquella época. Desembarcan en la denominada "Litus Totonesium", en la costa del mar de Totnes, donde se encuentran con los gigantes de Albion que habitan la isla y los derrotan.
Brutus cambia el nombre de la isla por el de Britania y se convierte en su primer rey. Corineus pasa a ser el gobernante y fundador de Cornualles (Cornwall). Durante un festival de celebración, son atacados por los gigantes que han sobrevivido, los matan a todos excepto a su líder, Goemagot, el mayor gigante de todos, que lucha en combate contra Corineus, siendo derrotado y arrojado por un acantilado.
Posteriormente, Bruto funda una ciudad a orillas del río Támesis a la que llama Troia Nova (Nueva Troya). Con el tiempo el nombre irá evolucionando a Trinovantum y posteriormente Londres. Es también considerado según el mito, el fundador de Londres.
Crea las leyes para su pueblo y Brutus I gobierna como el primer rey de Britania durante 24 años. Tras su muerte, Bruto de Troya es enterrado en Trinovantum y la isla de Gran Bretaña se dividió entre sus tres hijos: Locrinus (Inglaterra), Albanactus (Escocia) y Kamber (Gales).
El Historia Brittonum y el Historia Regum Britanniae, son dos auténticos documentos medievales cuya importancia es fundamental, por ser de los pocos manuscritos antiguos que se han conservado, que reflejan este desconocido período de la historia de Gran Bretaña. En ellos se contiene una extensa genealogía de todos los reyes britanos, desde el fundador de Britania en el siglo XII a.C., Bruto de Troya, a Cadwalader (siglo VII), el último rey que aparece en los textos.
Durante siglos, la veracidad de estos documentos no se puso en duda, sin embargo la inclusión de varios elementos de la mitología anglosajona y la falta de otras fuentes fiables, ha hecho que no se puedan considerar textos históricos. En todo caso, algunos historiadores opinan que al igual que sucede con parte de los mitos artúricos, basados probablemente en un personaje histórico real, tanto Brutus de Troya, como la larga y detallada lista de reyes legendarios de Britania, puedan tener también su parte de realidad tras el mito, estando basados en los verdaderos reyes que gobernaron la isla hace siglos.
Un período de tiempo de varios siglos escasamente documentado y del que se tiene un gran desconocimiento. A falta de otros documentos que puedan corroborar cuál es la versión correcta o cuál es la auténtica historia, los orígenes de Gran Bretaña seguirán formando de momento parte de la leyenda, con Brutus I como el primer rey de Britania.
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