La inteligencia de los árboles

¿Tienen los árboles o las plantas algún tipo de inteligencia? Aunque los árboles no tienen un cerebro como los seres humanos y otros animales, este debate lleva años planteado entre la comunidad científica, ya que muchos investigadores creen que los árboles tienen una particular forma de inteligencia y comunicación entre ellos, la cual se ha podido demostrar en parte a través de la investigación científica en varios estudios.

La inteligencia de los árboles
Como ejemplos de esta forma de inteligencia, los árboles y otras plantas utilizan una red de raíces y hongos para comunicarse entre sí y compartir recursos. A través de esta red, las plantas pueden compartir nutrientes y agua, y enviar señales de alerta a otras plantas cercanas cuando están bajo ataque de insectos o enfermedades. Además, los árboles pueden "recordar" eventos y condiciones ambientales pasadas y ajustar su crecimiento y desarrollo en consecuencia; e incluso tienen la capacidad de responder a estímulos externos, como la luz y el viento.

La idea de que los árboles tienen una forma de inteligencia y comunicación entre ellos se deriva de los diversos estudios en el campo de la ecofisiología vegetal y la biología molecular. Algunos de estos estudios han demostrado que las plantas y los árboles son organismos altamente sofisticados que tienen una amplia variedad de adaptaciones que les permiten responder a su entorno e interactuar con otros organismos.

Una de las formas en que los árboles se comunican entre sí es a través de una red de raíces y hongos conocida como micorrizas. Las micorrizas son una simbiosis entre las raíces de las plantas y ciertos hongos que actúan como una red subterránea de comunicación e intercambio de nutrientes entre los árboles y otras plantas. En un estudio de 2010 publicado en la revista Nature, se encontró que las micorrizas permiten a los árboles intercambiar carbono y nutrientes entre sí, lo que puede mejorar la supervivencia y el crecimiento de las plantas en entornos limitados de nutrientes.

También se llegó a una conclusión similar en el estudio "Mycorrhizal networks: Common goods of plants shared under unequal terms of service" (Redes de micorrizas: bienes comunes de las plantas compartidos en términos de servicio desiguales), publicado en la revista Ecology and Evolution en 2016.

Sistema de micorrizas para la comunicación entre árboles
Otra forma en que los árboles se comunican entre sí es a través de compuestos químicos volátiles que emiten en respuesta a situaciones de estrés, como la presencia de insectos depredadores o la falta de agua. 

En el estudio "Communication between plants: induced resistance in wild tobacco plants following clipping of neighbouring sagebrush" (Comunicación entre plantas: resistencia inducida en plantas de tabaco silvestre después de la poda de artemisa vecina), publicado en la revista Ecology Letters en 2013, se encontró que los árboles cercanos a otros que estaban siendo atacados por insectos depredadores emitían más compuestos químicos defensivos que los árboles que no estaban cercanos a ellos, lo que sugiere que los árboles pueden estar intercambiando información y alertándose mutuamente de peligros potenciales.

Por otra parte, también se ha descubierto que los árboles pueden "recordar" eventos pasados y adaptarse. En un estudio de 2019 publicado en la revista Science ("Trees remember droughts past", en español "Los árboles recuerdan sequías pasadas") se encontró que los árboles pueden registrar los patrones de luz solar, recordar las condiciones ambientales pasadas y ajustar su crecimiento y desarrollo en consecuencia, lo que les permite adaptarse mejor a su entorno cambiante.

Si bien la denominada inteligencia de los árboles no puede ser equiparable a la forma de inteligencia de los seres humanos y aún está abierto el debate en la comunidad científica, cada vez más estudios apuntan a que los árboles cuentan con una compleja forma de comunicación y respuesta a su entorno que se ha demostrado a través de la investigación científica. 

La red de micorrizas, los compuestos químicos volátiles y la memoria y adaptabilidad son solo algunas de las formas en que los árboles muestran su capacidad para responder y comunicarse en su entorno natural, pero se espera que en los próximos años se descubran nuevas formas de inteligencia en árboles y plantas, lo que podría cambiar por completo nuestra relación con la naturaleza.

Para quien tenga más interés, existe también un documental de 2016 que profundiza en esta cuestión en base a los trabajos y estudios realizados durante años por la científica Suzanne Simard y el experto en árboles Peter Wohlleben. El documental se titula "Árboles inteligentes" (Intelligent Trees) y se puede acceder a él a través de su web oficial: Intelligent Trees - The Documentary 

Documental Árboles inteligentes

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