Canis dirus, el lobo prehistórico gigante

Denominado habitualmente como Lobo gigante o Lobo terrible, la especie Canis dirus (Aenocyon dirus) fue uno de los mayores carnívoros de América durante el Pleistoceno tardío. Un impresionante y temible depredador prehistórico que pudo haber sido el verdadero animal que inspiró el mito de los lobos huargo

Canis dirus, el lobo prehistórico gigante
Si bien la especie Canis dirus es uno de los grandes candidatos al lobo más grande de la historia, a pesar de su nombre, el tamaño de este lobo prehistórico gigante no era en realidad mucho mayor que el de sus parientes actuales, el lobo común o lobo gris (Canis lupus). Sin embargo, era más pesado y mucho más robusto, tenía unos colmillos más largos y su fuerza de mordida era terrible, la mayor entre cualquier especie de cánido que haya existido.

Los primeros restos fósiles de la especie fueron descubiertos a mediados de la década de 1850. Por aquellos años, el paleontólogo estadounidense Joseph Leidy encontró diversos fósiles de grandes lobos prehistóricos en varias zonas de América del Norte. En 1857, mientras exploraba el río Niobrara en Nebraska, Leidy halló las vértebras fosilizadas de un gran ejemplar de lobo extinto que poco después clasificaría como Canis dirus

Durante las siguientes décadas apenas se encontraron nuevos restos de la especie, pero en 1908 el paleontólogo John Campbell Merriam comenzó a recuperar un gran número de fósiles y restos de esqueletos de este animal en los pozos de alquitrán de Rancho La Brea (cerca de Los Ángeles), lo que permitió estudiar en detalle a este impresionante lobo prehistórico

Merriam sugirió que se clasificara la especie como Aenocyon, de ainos (terrible) y cyon (perro o lobo), para llamarse científicamente Aenocyon dirus, sin embargo, no todos sus colegas estaban de acuerdo en que fuera una especie separada del género Canis, por lo que habitualmente se le denomina Canis dirus

El estudio de la especie durante décadas llevó también a que con el tiempo se reconocieran dos especies del género: el Canis dirus guildayi (Aenocyon dirus guildayi) para los especímenes encontrados principalmente en California y México que se caracterizaban por extremidades más cortas y dientes más largos; y Canis dirus dirus (Aenocyon dirus dirus) para los especímenes encontrados más al este y que mostraban extremidades más largas y dientes más cortos.

Cráneo y mandíbula de un lobo gigante (Canis dirus)
La mayoría de los esqueletos de Lobo terrible encontrados muestran que un macho adulto tenía de promedio un tamaño similar a los lobos gris modernos más grandes, sin embargo, su aspecto físico era algo diferente y algunos ejemplares podían ser notablemente mayores en tamaño. 

El género más grande de la especie, el Canis dirus dirus, tenía una altura promedio de hombros de aproximadamente un metro y una longitud corporal cercana a los dos metros. Su peso rondaba los 70 kilos, pero los machos más grandes de la especie probablemente superaron los 100 kilos de peso, superando con creces los 55 kilos del actual lobo gris. 

El lobo gigante tenía pies relativamente pequeños, pero su cabeza era muy masiva y podía superar los 31 centímetros de longitud. Su mandíbula era muy fuerte y aunque sus dientes y colmillos eran muy similares a los de los actuales lobos grises, eran generalmente más grandes. Gracias a la musculatura de la mandíbula y sus potentes dientes, este lobo prehistórico estaba perfectamente adaptado para luchar con presas grandes. Su fuerza de mordida era además temible, capaz de triturar huesos, por lo que es probablemente la mayor fuerza de mordida entre todas las especies de cánidos.  

La especie Canis dirus vivió durante el período del Pleistoceno tardío (hace entre 125.000 y 9.500 años) en una amplia variedad de hábitats, incluyendo las llanuras, praderas y zonas boscosas, principalmente de América del Norte, aunque también se han hallado restos fósiles de este animal en las sabanas de América del Sur y en las estepas del este de Asia. 

Eran animales sociables que cazaban en manada y, aunque eran unos depredadores muy eficaces, tuvieron que competir por las mismas presas con temibles felinos prehistóricos como el Smilodon o el león americano (Panthera atrox). Y no fueron los únicos rivales por el alimento. 

Lobo gigante prehistórico (Canis dirus) vs Smilodon
Entre la Megafauna del Pleistoceno se encontraban también otros grandes carnívoros como el puma moderno (Puma concolor), el coyote del Pleistoceno (Canis latrans), el lobo gris del Pleistoceno (una especie diferente al lobo gris actual y al Canis dirus) o el oso gigante norteamericano de cara corta (Arctodus simus), uno de los mayores osos que han existido. Muchos de ellos llegaron además a convivir y competir por cazar presas similares con otro gran depredador, el ser humano

Entre las presas habituales del lobo gigante (así como del resto de grandes depredadores de la época) se encontraban megaherbívoros del Pleistoceno tardío y mamíferos prehistóricos gigantescos, muchos de ellos también ya extintos, como mastodontes, perezosos terrestres (Paramylodon harlani), antiguos bisontes (Bison antiquus), caballos (Equus occidentalis) y camellos (Camelops hesternus). 
 
Hace aproximadamente 12.500 años, durante la extinción masiva de la Megafauna del Cuaternario (evento de extinción del Cuaternario tardío), la población de lobos gigantes prehistóricos comenzó lentamente a declinar, de forma similar al resto de grandes carnívoros y depredadores de la época, que acabaron extinguiéndose en un corto período de tiempo. 

Se cree que factores como el cambio climático tras la última glaciación, la gran competencia con otras especies, o la expansión del ser humano y sobreexplotación de la caza, llevó a esta extinción masiva de los grandes herbívoros y con ello también a la desaparición de los superdepredadores que dependían de estas presas para alimentarse.

Los últimos restos analizados de Canis dirus datados con radiocarbono indican que la especie se extinguió definitivamente hace tan solo 9.500 años, mientras que otras especies más pequeñas y adaptables, como los coyotes o los lobos grises, sobrevivieron hasta la actualidad. 

Como última curiosidad sobre este impresionante animal prehistórico, se cree que el lobo terrible o lobo gigante puede ser el animal que esté detrás del mito de los lobos huargo, una criatura fantástica de aspecto similar a los lobos pero más grande y fuerte. Los huargos son animales legendarios que se han popularizado enormemente entre los aficionados a la fantasía medieval al aparecer mencionados en la mitología vikinga, o en universos ficticios como la Tierra Media del escritor británico J.R.R. Tolkien y en la saga de novelas "Canción de hielo y fuego" de George R. R. Martin en la que se basa la popular serie Juego de Tronos

Tamaño Canis dirus - Lobo gigante prehistórico


Revolviendo el cajón de la historia

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