TITANOBOA
Con el nombre científico de Titanoboa cerrejonensis en referencia a su tamaño y al lugar donde fueron hallados sus restos (en la mina del carbón del Cerrejón, Colombia), se trata de la mayor serpiente encontrada hasta la fecha.
Con un tamaño cercano a los 14 metros y un peso aproximado por encima de los 1.100 kilos, la Titanoboa era uno de los mayores superdepredadores de la historia, que vivió hace entre 58 y 60 millones de años en la actual Colombia y probablemente también en gran parte de Sudamérica. El cuerpo de esta serpiente podía llegar al metro de ancho.
Al igual que las actuales serpientes, este gigantesco animal podía cazar tanto en tierra como en el agua (donde pasaba la mayor parte de su tiempo). Su hábitat se cree que sería un gran bosque tropical similar en parte a las selvas actuales de Sudamérica aunque probablemente con una temperatura más elevada y un clima más húmedo. Su aspecto era parecido a las de los Boas constrictor actuales, sin embargo su comportamiento se asemejaba más al de las anacondas.
Junto a sus restos se encontraron también esqueletos fósiles de cocodrilos y tortugas gigantes, seguramente presas de la Titanoboa.
En la investigación de los restos hallados en el Cerrejón (una de las minas a cielo abierto más grandes del mundo) en la que participaron el Instituto Smithsonian de Investigación Tropical y el Museo de Historia Natural de Florida se llegó a la conclusión de que en la zona podrían haber vivido hasta 60 Titanoboas.
PRIONOSUCHUS
Aunque su aspecto es muy similar al de los cocodrilos, el Prionosuchus es un género extinto de anfibios que vivieron hace 270 millones de años durante el Período Pérmico en lo que hoy es la actual Brasil. Con un tamaño cercano a los 9 metros de longitud y cerca de una tonelada de peso Prionosuchus es el anfibio más grande que jamás ha existido.
Su cuerpo estaba formado por un hocico muy alargado de forma cónica, una boca con numerosos y afilados dientes, unas patas cortas y una cola adaptada para la natación. El agua era su medio natural y por su tamaño debía ser uno de los grandes depredadores, especialmente acuáticos. Se cree que su método de caza era mediante emboscadas alimentándose principalmente de peces.
Los restos del Prionosuchus fueron hallados en el bosque petrificado de la Pedra do Fogo, en Brasil. Debido a lo que se conoce sobre el lugar se cree que el hábitat de este gigantesco anfibio sería en un ambiente muy húmedo y tropical.
ARGENTAVIS
El nombre científico de esta gigantesca ave es Argentavis magnificens (ave argentina magnífica) debido a que su primer fósil fue hallado en Argentina en 1979 y se pudo catalogar esta especie hasta entonces desconocida.
Con una altura de dos metros, una longitud hasta la cola de 3´5 metros, un peso de más de 70 kilos y una envergadura de alas que podía llegar hasta los 8 metros se cree que el Argentavis es la mayor ave voladora que ha existido. Vivió hace entre 23 y 5 millones de años. Sus huevos podían llegar a pesar 1 kg y siendo adulto sus plumas superarían el metro de longitud.
Su aspecto es similar al de algunos buitres y a los cóndores estando además emparentada la especie con los actuales buitres americanos. Se cree que el Argentavis se alimentaba principalmente de carroña y en muchas ocasiones robaba las presas capturadas a otros depredadores. Es posible también que cazara abalanzándose desde lo alto hacia sus presas, a las cuales podía agarrar, matar y comer sin aterrizar.
Debido al tamaño de esta gigantesca ave extinta, le debía costar grandes esfuerzos levantar el vuelo por lo que se piensa que su forma habitual de volar era planeando. Esto se lo facilitaba el entorno en el que vivía, con grandes riscos y muchas elevaciones sobre terrenos llanos con columnas térmicas de aire que le facilitaban el ascenso (el clima de la zona era más cálido y más seco que en la actualidad).
Una vez en el cielo, el Argentavis solía moverse entre los 200 y 1.000 metros de altitud pudiendo llegar incluso hasta los 2.000 metros de altura. Tenía una velocidad de planeo en torno a los 70 km/h y su territorio abarcaría unos 500 kilómetros cuadrados.
Es posible que no tuviera depredadores naturales por lo que morían principalmente de vejez o enfermedad. Podían llegar a vivir entre 50 y 100 años.
A pesar de su impresionante tamaño, el Argentavis no es sin embargo el animal volador más grande que ha existido, ese puesto le corresponde al Quetzalcoatlus.
MEGANEURA
La Meganeura Monyi es una especie de libélula gigante que vivió hace 300 millones de años en el período Carbonifero. Su envergadura de alas de casi 80 centímetros la convierten en la mayor especie de insectos que se conoce que haya existido en la tierra, su peso rondaría los 150 gramos.
El primer fósil de Meganeura se encontró en Francia en 1880. En 1940 en Estados Unidos se halló otro fósil con el mayor ala de insecto jamás encontrada, pertenece a lo que se ha denominado Meganeura americana. Se cree que el gran contenido en oxígeno que tenía la atmósfera en el cretácico fue lo que contribuyó a que los insectos alcanzaran tamaños tan descomunales.
Su delgado y largo cuerpo estaría formado por unos enormes ojos compuestos, unas poderosas mandíbulas y patas espinosas. La estructura de sus alas era más primitiva, y tenía cuatro apéndices al final del abdomen, en lugar de los dos que poseen las libélulas modernas.
Meganeura era un depredador desde su fase de ninfa cuando se alimentaba de peces, anfibios y grandes invertebrados. De adulto podría capturar grandes insectos voladores y pequeños anfibios y reptiles; a diferencia de las libélulas modernas, que atrapan a sus presas con las patas, se cree que este gigante del Carbonífero utilizaba sus grandes mandíbulas.
Cuando el clima empezó a enfriarse a principios del período Pérmico, buena parte de las selvas que cubrían la Tierra desaparecieron, disminuyó radicalmente el porcentaje de oxígeno en la atmósfera y los insectos prehistóricos gigantes como Meganeura no pudieron sobrevivir y se extinguieron.
Buena información.
ResponderEliminarGenial! Me encanta
ResponderEliminar