La leyenda de los Salones de Amenti en la mitología egipcia

Los Salones de Amenti, también conocidos como las Salas de Amenti ("Halls of Amenti" en inglés), son un concepto místico que aparece en textos esotéricos, particularmente en las Tablas Esmeralda atribuidas a Thoth el Atlante. En este contexto, Amenti se describe como un reino subterráneo ubicado en las profundidades de la Tierra, específicamente bajo la Atlántida sumergida. Se considera un lugar de sabiduría y transformación espiritual, donde residen los Hijos de la Luz, seres inmortales que guían a la humanidad hacia la iluminación.

Los míticos Salones de Amenti
En la mitología egipcia, Amenti es además otra denominación de la Duat, el inframundo donde los espíritus de los difuntos enfrentan pruebas y juicios para alcanzar la vida eterna. Este lugar está asociado con el juicio de Osiris y el viaje del alma a través de diversas etapas descritas en textos como el Libro de los Muertos y el Libro de las Puertas.

Por otra parte, en interpretaciones modernas y canalizaciones esotéricas, los Salones de Amenti se presentan como espacios interdimensionales o registros akáshicos que contienen la sabiduría del universo. Se cree que a través de prácticas meditativas y espirituales, es posible acceder a estos salones para obtener conocimiento y crecimiento personal.

El mito de los Salones de Amenti en el Antiguo Egipto

Las Tablas Esmeralda, donde se recoge por primera vez la leyenda de los Salones de Amenti, son atribuidas a un sabio conocido como Thoth el Atlante, y mezclan elementos de la tradición egipcia con conocimientos herméticos, alquímicos y cósmicos. Thoth es identificado tanto con el dios egipcio de la sabiduría, la escritura y la magia, como con un antiguo maestro procedente de la mítica civilización de la Atlántida. Según la leyenda, antes de que la Atlántida desapareciera bajo las aguas, Thoth habría construido un santuario oculto en las profundidades de la Tierra: los Salones de Amenti.

Este lugar se describe como un reino subterráneo, fuera del tiempo y el espacio común, donde habitan los llamados Hijos de la Luz, seres inmortales que custodian el conocimiento universal. Allí, Thoth habría aprendido los secretos de la creación, la reencarnación y el equilibrio cósmico. Amenti no es solo un sitio físico; es también un estado del ser, un espacio interdimensional que permite al alma evolucionar más allá del ciclo de la vida y la muerte.

Representación del inframundo egipcio (el Duat), con dioses como Anubis, Osiris y la ceremonia del juicio del alma
En la mitología egipcia tradicional, Amenti o Amentet hace referencia a una región del inframundo, más específicamente al lugar donde se ocultaba el sol, lo cual estaba asociado con el reino de los muertos. Este lugar forma parte de lo que los egipcios llamaban la Duat (también conocido como Jert-Neter o Necher-Jertet), el mundo subterráneo donde las almas emprendían un viaje peligroso después de la muerte. 

Una vez allí, el difunto debía atravesar una serie de etapas o puertas custodiadas por deidades y seres monstruosos. En una de esas etapas, su corazón sería pesado en la balanza de Maat, la diosa de la verdad, y juzgado por Osiris, señor del más allá. Si su corazón era más ligero que la pluma de la verdad, alcanzaría la vida eterna. Si no, sería devorado por Ammit, una criatura mitad cocodrilo, mitad león.

Aunque Amenti en la tradición egipcia clásica no aparece exactamente reflejado como posteriormente en los textos esotéricos modernos, sí comparte el simbolismo del viaje del alma hacia la iluminación y la eternidad. Algunos estudiosos e investigadores del ocultismo sostienen que las descripciones esotéricas de Amenti podrían estar inspiradas en interpretaciones simbólicas del Libro de los Muertos o del Libro de las Puertas, textos antiguos egipcios que guían al alma en su tránsito por el más allá.

En las corrientes modernas de espiritualidad y canalización, Amenti ha sido reinterpretado como un archivo o biblioteca cósmica, muy similar a los Registros Akáshicos. Desde este enfoque, se considera que los Salones de Amenti contienen todo el conocimiento del alma humana y del universo, y que es posible acceder a ellos a través de prácticas de meditación profunda, viajes astrales o iniciaciones espirituales.

Los Salones de Amenti y las pirámides de Giza

La conexión entre los legendarios Salones de Amenti y las pirámides es una de las ideas más intrigantes del esoterismo moderno. Se basa en la creencia de que los Salones de Amenti estarían ocultos bajo las pirámides de Giza, especialmente bajo la Gran Pirámide, y que desde allí se accede a un reino subterráneo de sabiduría ancestral.

Esta teoría no proviene directamente de los textos egipcios antiguos, sino que surge principalmente de corrientes herméticas, ocultistas y canalizaciones modernas, donde se entremezclan la mitología egipcia, la Atlántida y civilizaciones supuestamente más antiguas aún. Uno de los pilares de esta visión son las ya mencionadas Tablas Esmeralda de Thoth, donde se afirma que Thoth construyó los Salones de Amenti en las profundidades de la Tierra, justo debajo de una gran pirámide, antes del hundimiento de la Atlántida.

Los Salones de Amenti bajo las pirámides Giza
Según este relato, Thoth habría guiado a un grupo de sabios atlantes hacia Egipto y, utilizando tecnología y conocimiento muy avanzado, erigieron la Gran Pirámide no solo como un monumento funerario o astronómico, sino como una especie de “puerta energética” o sello para proteger los Salones de Amenti. En este sentido, la pirámide sería una estructura multidimensional, capaz de canalizar energías y proteger los secretos del alma y del universo.

Esta teoría ha sido retomada por autores como H.P. Blavatsky, Edgar Cayce, Paul Brunton y otros estudiosos del ocultismo o la espiritualidad alternativa. Edgar Cayce, por ejemplo, conocido como “el profeta durmiente”, afirmó en varias de sus canalizaciones que bajo la Esfinge y la Gran Pirámide se encontraba una “Sala de los Registros”, construida por los atlantes, donde se conservaba la historia completa de la humanidad y de la Atlántida. Para Cayce, esta sala sería descubierta algún día y transformaría radicalmente nuestro entendimiento del pasado.

La conexión entre los Salones de Amenti y las pirámides también se refuerza con la idea de que los antiguos egipcios no fueron los únicos constructores de las pirámides, sino que simplemente heredaron parte del conocimiento de una civilización anterior, posiblemente atlante o de origen no humano. Según este mito, las pirámides serían portales o nodos energéticos, marcadores de un sistema más grande que conecta puntos clave del planeta con dimensiones superiores o con reinos internos de la Tierra, como Amenti.

Aunque no hay evidencia arqueológica convencional que respalde estas afirmaciones, los relatos persisten, alimentados por descubrimientos como las cámaras ocultas detectadas por radar en la Gran Pirámide, las supuestas anomalías bajo la Esfinge y la falta de certezas absolutas sobre cómo fueron construidos estos monumentos. Todo esto mantiene viva la posibilidad de que, tal como sugiere el mito, algo profundamente antiguo y poderoso duerme bajo las arenas de Giza.

La ruta en autobús más larga del mundo: de Londres a Calcuta

En un mundo donde los vuelos low cost nos llevan de continente en continente en horas, resulta casi imposible imaginar un autobús que atravesaba Europa y Asia durante 50 días para llegar desde Londres hasta Calcuta. Sin embargo, este viaje existió y fue una de las rutas más fascinantes y atrevidas del siglo XX.

La ruta en autobús más larga del mundo - Londres a Calcuta
Esta travesía, que comenzó en 1957, se convirtió en una de las rutas terrestres más largas y fascinantes jamás operadas. Un viaje de 32.000 kilómetros a través de culturas, paisajes y décadas de historia en la que fue la ruta en autobús más larga del mundo.

El origen de esta histórica ruta en autobús se remonta a 1957. La empresa Albert Travel, una agencia de viajes con sede en Londres, fue la pionera en establecer este servicio. El viaje inaugural partió de la estación Victoria Coach en Londres el 15 de abril de 1957 y llegó a Calcuta el 5 de junio del mismo año, tras 50 días de travesía

El coste original del pasaje tenía un precio de 85 libras esterlinas (aunque posteriormente subieron el precio del billete), una cifra razonable para la época si se consideraban los 50 días de transporte, alojamiento y experiencias únicas incluidas. Su valor actual equivalente hoy en día sería varios miles de euros, pero aún así mucho más barato que recorrer por separado todos los países que atravesaba el autobús. 

Los pasajeros vivían una experiencia única que combinaba aventura, exploración y contacto con culturas radicalmente diferentes. Además, a bordo del autobús los pasajeros podían disfrutar de comodidades poco comunes para la época, como asientos reclinables, camas, una pequeña cocina y hasta un guía asistente. Durante los años 60 y 70, esta ruta fue especialmente popular entre los llamados "hippies", jóvenes europeos y estadounidenses en busca de espiritualidad, libertad y nuevas experiencias en el Lejano Oriente, por lo que muchos seguían el llamado "Hippie Trail", una red informal de caminos hacia India y Nepal.

El itinerario del autobús era en todo caso una auténtica odisea que permitía a los pasajeros sumergirse en una diversidad de culturas y paisajes. Partiendo del Reino Unido, el autobús cruzaba Bélgica, Alemania Occidental, Austria, Yugoslavia, Bulgaria, Turquía, Irán, Afganistán y Pakistán, antes de adentrarse en la India. Una vez en territorio indio, el recorrido incluía paradas en ciudades emblemáticas como Nueva Delhi, Agra (hogar del Taj Mahal), Allahabad y Benarés, hasta alcanzar finalmente Calcuta. 

El servicio de autobús entre Londres y la India
La distancia total del trayecto era de 32.669 kilómetros, pero era habitual durante el viaje que se reservara tiempo para visitar los principales destinos turísticos a lo largo del camino, incluyendo Benarés (una de las ciudades sagradas más importantes de la India) y el Taj Mahal a orillas del Ganges, así como paradas para realizar compras en Teherán, Salzburgo, Kabul, Estambul o Viena.

Lejos de ser un simple medio de transporte, a medida que la ruta se hizo más popular el autobús se cambió y mejoró para ofrecer una experiencia confortable y memorable. Equipado con literas individuales, calefacción, una cocina funcional y un salón de observación en la cubierta superior, proporcionaba a los viajeros un ambiente acogedor durante la extensa travesía. Además, contaba con una biblioteca y sistemas de radio y música, facilitando momentos de ocio y socialización entre los pasajeros .

Al tratarse de una ruta tan larga y una auténtica aventura en definitiva, el viaje no estuvo exento de desafíos y situaciones inesperadas. Durante una de las travesías, la pandemia de gripe de 1957-1958 provocó el cierre de la frontera entre Pakistán e Irán. Ante esta circunstancia, el autobús se desvió hacia Karachi con la intención de encontrar un pasaje marítimo. Sin embargo, al llegar al puerto, los pasajeros se enteraron de que la frontera terrestre había reabierto, lo que significó un desvío adicional de aproximadamente 1.900 kilómetros. En otra ocasión, circuló el rumor en la embajada británica en Teherán de que los pasajeros habían sido víctimas de un ataque. Al llegar sanos y salvos, fueron recibidos con un cóctel en su honor, reflejando la preocupación y el alivio de las autoridades .

A pesar de su popularidad y del espíritu aventurero que encarnaba, el servicio de autobús Londres-Calcuta cesó sus operaciones en 1976. El motivo principal fue que las crecientes tensiones políticas en regiones clave del trayecto, como la revolución en Irán y los conflictos en Afganistán y Pakistán, lo que provocaron que la ruta se volviera demasiado peligrosa para los viajeros .

En un intento de revivir la ruta autobús en más larga del mundo, en 2022 la empresa india Adventures Overland retomó el mismo concepto ofreciendo un viaje moderno llamado “Bus to London”, que recorre 18 países en 70 días, partiendo desde Nueva Delhi y terminando en Londres. Aunque en este caso el recorrido se realiza en autobuses de lujo y con precios acordes al siglo XXI.

El autobús de Londres a Calcuta atravesando un difícil camino

Pasajeros de la ruta en autobús más larga del mundo en una parada

Folleto promocional de la ruta en autobús entre Londres y Calcuta

La leyenda de Wan Hu, el primer astronauta de la historia

Wan Hu es una figura legendaria de la historia china que, según algunos relatos, intentó convertirse en el primer astronauta de la historia en el siglo XVI. Su historia, aunque más un mito que un hecho documentado ya que carece de bases históricas verificables, lo describe como un funcionario chino que sentía un gran interés por la astronomía y la posibilidad de realizar viajes espaciales

Wan Hu, el primer astronauta de la historia
Según cuenta la leyenda, Wan Hu era un oficial de alto rango y un estudioso apasionado por la astronomía, que supuestamente vivió en algún momento del siglo XVI. Su fascinación por el firmamento lo llevó a concebir una idea audaz: si la pólvora podía impulsar proyectiles al cielo, tal vez también podría ser usada para enviar a un hombre más allá de la Tierra. En su mente, esta tecnología, que ya se usaba en los fuegos artificiales y la guerra, podría convertirse en un medio para volar.

Decidido a hacer realidad su sueño, Wan Hu diseñó un rudimentario aparato volador. Según el mito, su invento consistía en una silla de madera a la que ató decenas de cohetes de pólvora cuidadosamente alineados (concretamente 47 cohetes según la historia original). Como medida adicional, algunos relatos afirman que la silla estaba equipada con grandes cometas o velas, con la esperanza de que le proporcionaran estabilidad en el aire.

Una mañana, Wan Hu reunió a sus sirvientes en un campo apartado para llevar a cabo su osado experimento. Se sentó en su silla, con una expresión de determinación en el rostro, y ordenó a sus asistentes que encendieran las mechas de los cohetes. En cuestión de segundos, un estruendo ensordecedor sacudió el lugar. Una gran nube de humo y fuego envolvió a Wan Hu y su artefacto, ocultándolo de la vista de todos.

Cuando el humo se disipó, el silencio cayó sobre el campo. Los sirvientes buscaron ansiosamente a su amo, pero no quedaba rastro alguno de él ni de la silla. Algunas versiones de la historia afirman que Wan Hu pereció en la explosión, víctima de su temerario experimento. Otras, más poéticas, sostienen que simplemente desapareció, elevándose más allá de la Tierra en dirección a las estrellas, convirtiéndose así en el primer astronauta de la historia.

A pesar de ser una bonita leyenda, lo cierto es que el relato de Wan Hu no aparece en los textos chinos antiguos. De hecho, la primera vez que se documentó la historia fue en fuentes occidentales del siglo XX. Se cree que la leyenda se popularizó gracias a escritores e historiadores interesados en la historia de la astronáutica y la pirotecnia china. Una de las fuentes más influyentes en la difusión del mito fue el libro Rockets and Jets (1945) del escritor estadounidense Herbert S. Zim, un divulgador científico y experto en cohetes. En su obra, Ley menciona la historia de Wan Hu, aunque sin proporcionar pruebas documentales.

La ausencia de registros históricos chinos ha llevado a muchos investigadores a considerar que el relato de Wan Hu fue una invención moderna inspirada en el hecho de que China fue pionera en el uso de la pólvora y los cohetes. Durante la dinastía Ming (1368-1644), se realizaron avances significativos en la tecnología de cohetes para uso militar y en los fuegos artificiales, lo que pudo haber servido como base para que se creara la leyenda.

¿Podría haber funcionado el experimento de Wan Hu?

Desde un punto de vista científico, el supuesto intento de llegar al espacio de Wan Hu era inviable. Los cohetes de pólvora de la época carecían del empuje necesario para levantar a una persona y sostener un vuelo controlado. Además, la ignición simultánea de docenas de cohetes habría causado una explosión descontrolada, lo que hace más probable que su “viaje” hubiera terminado en un desastre inmediato.

En la década de 2000, el programa de televisión MythBusters (Cazadores de Mitos) intentó recrear el experimento de Wan Hu utilizando cohetes modernos. Los resultados fueron predecibles: en todos los intentos, el supuesto “vehículo” de Wan Hu explotó o se desintegró antes de despegar.

En todo caso, y aunque la historia de Wan Hu es ficticia, ha sido adoptada como un símbolo del deseo humano de volar y explorar el espacio. Tanto es así que, en 1970, la Unión Astronómica Internacional (IAU) nombró un cráter en la Luna como "Wan-Hoo" en su honor. Este reconocimiento, aunque basado en un mito, lo coloca simbólicamente entre las estrellas que supuestamente quiso alcanzar.

En la cultura popular, la historia de Wan Hu ha aparecido en numerosos libros y documentales sobre la historia de la astronáutica. China, como pionera en la exploración espacial moderna, ha abrazado su leyenda como una referencia histórica romántica, aunque sin llegar a considerar nunca el relato como un hecho real.

Imagen de Wan Hu en antiguas litografías chinas