Harry Gardiner, la mosca humana

A principios del siglo XX, la arquitectura y el urbanismo de muchas ciudades de todo el mundo, comenzaron a experimentar cambios significativos con la construcción de los primeros rascacielos, particularmente en lugares como Nueva York y otras grandes ciudades de Estados Unidos, así como también en las grandes capitales europeas. 

Harry Gardiner, la mosca humana
Los rascacielos no solo transformaron paulatinamente los paisajes urbanos, sino que además dieron lugar a curiosos fenómenos. En las primeras décadas del siglo XX, surgieron unos intrépidos aventureros conocidos como "hombres mosca" o "moscas humanas" (Human Fly), cuyo espectáculo consistía en escalar rascacielos y gigantescos edificios sin ayuda de cuerdas, arneses ni ninguna otra medida de seguridad. 

Y entre los escaladores de edificios más populares de aquellos años (una técnica conocida como Buildering), el más conocido de todos fue sin duda Harry Gardiner, quien se ganó el apodo de "la mosca humana" tras escalar durante su vida más de 700 edificios en Europa y Estados Unidos, dando además el nombre con el que se conocería posteriormente este peculiar fenómeno. 

Estas moscas humanas comenzaron a aparecer en Estados Unidos a partir de 1905, con Harry Gardiner como un auténtico pionero en este sentido, ya que fue el año en el que escaló su primer edificio. Por lo general, se trataba de aventureros que escalaban rascacielos con sus propias manos y sin ayuda, aunque algunos de ellos usaban en ocasiones una especie de guante de succión especiales que les servían como apoyo tanto para la escalada como para descender posteriormente del edificio. 

Si bien muchas de estas moscas humanas simplemente buscaban la fama, escalar rascacielos o simbólicos edificios particularmente altos, también era un negocio muy lucrativo. Las empresas solían patrocinar al escalador o pagaban buenas sumas de dinero para que sus productos se anunciaran ante el público que observaba asombrado el espectáculo, particularmente bancos y compañías de seguros de vida, o incluso para promocionar películas durante la década de 1920.

La mosca humana escalando una torre de Vancouver en 1918
El cine de la época se ocupó además de reflejar esta profesión de riesgo en numerosas películas, con el film El hombre mosca (Safety Last!), protagonizada por Harold Lloyd en 1923, como la más representativa de todas ellas gracias a su famosa escena en la que Lloyd queda colgado a una gran altura de las manecillas de un reloj que cuelga del exterior de un rascacielos. 

Nacido en Nueva York en 1871, Harry Gardiner trabajó durante su vida como ilusionista, actor y especialista de escenas arriesgadas para el cine, pero sería su inusual carrera como escalador solista integral (escalada en solitario libre) lo que le llevaría a ser mundialmente famoso.

Tras escalar su primer gran edificio en 1905, Gardiner comenzó rápidamente a levantar el interés de un público ansioso por ver sus nuevas hazañas, de manera que era habitual que cada vez que se anunciaba una nueva escalada de "la mosca humana", miles de personas se congregaran en la calle para ver sus ascensos. Como hombre del espectáculo, Gardiner conocía bien lo que quería el público, realizando en ocasiones también acrobacias o posturas inverosímiles durante las escaladas con el objetivo de tener a la gente en vilo y atemorizada por si se precipitaba al vacío.

Harry Gardiner se destacó además por realizar las escaladas en los rascacielos vestido con ropa de calle y sin utilizar ningún equipo especial que le ayudara en el ascenso. En un artículo que la revista Mucle Builder publicó a principios del siglo XX sobre el aventurero, Gardiner comentó que más de 100 personas ya habían muerto intentando imitar sus hazañas. Tal y como sentenció además en la entrevista: «No hay posibilidad de ensayar tu actuación».

Una de las escaladas más memorables de la Mosca Humana se produjo el 9 de junio de 1916, cuando más de 30.000 espectadores se reunieron para verle escalar los 75 metros de altura del edificio Omaha World-Herald. Ese mismo año, el 7 de octubre, el diario Detroit News le contrató para escalar el edificio de 14 plantas que el periódico había adquirido como nueva sede para sus oficinas, el histórico Majestic Building. El evento fue tan mediático que algunas fuentes de la época reportaron que el escalador había congregado más de 100.000 personas para ver en directo su escalada. 

Harry Gardiner escalando el edificio Omaha World-Herald en 1916
Durante los siguientes años, Harry Gardiner escaló otros históricos edificios y rascacielos que le siguieron reportando una gran fama, como el Empire Building de Birmingham (Alabama) de 16 pisos; el World Building (actualmente edificio Sun Tower) de 17 pisos situado en Vancouver (Canadá); o la sede principal del Banco Hamilton en Ontario (Canadá), que realizó en noviembre de 1918 para celebrar el final de la Primera Guerra Mundial. 

Las últimas escaladas documentadas de Gardiner se produjeron a principios de 1927, acumulando en total más de 700 escaladas con éxito de edificios y rascacielos durante toda su carrera, principalmente en Estados Unidos. Por aquella época, había trasladado ya su espectáculo a Europa debido a que en Nueva York se promulgó una ley que prohibía escalar la fachada de cualquier edificio. 

Sin embargo, a partir de entonces se pierde su rastro completamente y su repentina desaparición está rodeada de misterio. En 1933 se encontró en París, al pie de la Torre Eiffel, el cuerpo de un hombre muerto que coincidía con la descripción de Harry Gardiner, y que por las condiciones del cadáver, parecía haberse caído desde una gran altura

Nunca llegó a confirmarse si se trataba en realidad del cuerpo de Gardiner o de algún turista que se había precipitado al vacío desde el monumento más emblemático de París. Otras fuentes sitúan la fecha de su muerte en julio de 1956 en Washington D.C., pero también hay ciertas dudas sobre la fiabilidad de esta información. Lo cierto es que el destino de Harry Gardiner, el auténtico hombre mosca, sigue siendo un misterio. 

El aventurero Harry Gardiner en los periódicos de la época

La mosca humana Harry Gardiner realizando acrobacias durante una escalada


Revolviendo el cajón de la historia

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