Los fásmidos (Phasmatodea), conocidos habitualmente como insectos palos o insectos hojas, son un tipo de animales que se caracterizan por su extraordinaria habilidad para el camuflaje, con cuerpos de diferentes formas y colores capaces de imitar hojas, ramas o la vegetación del paisaje para confundir a los depredadores.
Las más de 300 especies diferentes de fásmidos que hay en el planeta se concentran principalmente en Asia, habitando en los árboles y arbustos (de los que también se alimentan), de países como Malasia, Singapur, China o Indonesia. Junto a su particular aspecto, otra de las características más destacables de los insectos palo es que están entre los insectos más grandes que existen. Y en particular una especie concreta denominada Phryganistria, considerado el insecto más largo del mundo.
Durante muchos, el denominado insecto palo gigante (Phobaeticus serratipes) fue considerado el insecto más largo del planeta gracias a un ejemplar de espécimen hembra hallado en Malasia que llegaba a alcanzar una longitud de 55 centímetros con las patas delanteras y traseras totalmente extendidas.
A pesar de su enorme tamaño, el insecto palo gigante sería superado en 2008 cuando se descubrió una nueva especie de fásmido. Se trataba de otra hembra de insecto palo con una longitud de 56,7 centímetros con las patas extendidas y una longitud de cuerpo de 35,7 centímetros.
Esta nueva especie se halló en la isla de Borneo (Malasia) y recibió el nombre científico de Phobaeticus chani. El ejemplar más grande de la especie hallado hasta la fecha, y que pasó a ser por entonces el insecto conocido más largo del planeta, se conserva actualmente en el Museo de Historia Natural de Londres.
El récord volvería batirse nuevamente solo unos pocos años después. En mayo de 2016 se dio a conocer al público que, dos años antes, se había hallado en la región de Liuzhou, en China, un gigantesco espécimen de insecto palo perteneciente al género Phryganistria. Se trataba en realidad de una nueva especie dentro de la familia, por lo que fue catalogada como Phryganistria chinensis.
A pesar de los impresionantes 62,4 centímetros de largo que alcanzó este ejemplar de insecto palo hembra, el récord de tamaño le duró muy poco. En 2017, uno de sus descendientes alcanzó los 64 centímetros de longitud, convirtiéndose en el insecto más largo del mundo, certificado además por el Libro Guinness de los Récords.
El descomunal tamaño del Phryganistria chinensis lo hace rivalizar e incluso superar a numerosas especies de insectos prehistóricos gigantes, considerados habitualmente como los insectos más grandes que han existido en el planeta. En todo caso, quizás lo más interesante de estos recientes descubrimientos sea el hecho de que ningún biólogo ni científico descarta que se puedan hallar insectos aún mayores. Gran parte del sudeste asiático esta cubierta por regiones selváticas muy frondosas y relativamente inexploradas que aún pueden dar nuevas sorpresas a los investigadores.
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