En la actualidad, la mayoría de antropólogos aceptan la teoría de que el origen del hombre moderno proviene de África, gracias a la serie de descubrimientos paleontológicos realizados en este continente durante años y las evidencias antropológicas halladas.
Entre estos grandes hallazgos destacan sin duda los restos fósiles encontrados en 1974 en Etiopía de la famosa "Lucy", un ejemplar de la especie Australopithecus afarensis de aproximadamente 3,5 millones de años de antigüedad y que es considerado uno de los ancestros del género "Homo".
La teoría de los orígenes africanos del ser humano es mayoritariamente aceptada por la comunidad científica, sin embargo existen también otras teorías que dan un punto de vista diferente sobre la evolución y el origen de los primeros "Homo Sapiens".
Una teoría alternativa es la denominada "teoría de Fuera de Asia" (Out of Asia theory), una teoría científica que sostiene que los humanos modernos surgieron por primera vez en Asia. Una hipótesis actualmente en declive debido a la aceptación de la teoría africana, pero que fue aceptada por la mayoría de los antropólogos hasta mediados del siglo XX, que daban preferencia a Asia sobre África, como el continente donde evolucionaron los primeros homínidos.
Tras la aparición del pensamiento evolucionista con la publicación en 1859 del libro de Charles Darwin "El origen de las especies", a finales del siglo XIX la teoría de Asia comenzó a ganar muchos adeptos, proponiendo que el eslabón perdido se encontraba en Asia. Científicos como Ernst Haeckel, Eugene Dubois, Henry Fairfield Osborn o Roy Chapman Andrews pensaron que Asia era donde habían ocurrido los principales eventos de la evolución.
El biólogo evolucionista alemán Ernst Haeckel, situó en el sur de Asia el lugar real donde los primeros humanos habían evolucionado. Haeckel argumentó que los humanos estaban estrechamente relacionados con los primates del sudeste asiático y rechazó la hipótesis de Darwin sobre África.
Haeckel desarrolló posteriormente su teoría, y afirmó que el eslabón perdido se encontraba en el continente perdido de Lemuria, ubicado en el Océano Índico. El biólogo creía que Lemuria era el hogar de los primeros humanos, y que Asia era el hogar de los primeros primates, y por lo tanto Asia fue la cuna de la evolución de los homínidos. Según su teoría, Lemuria conectó Asia y África, lo que permitió la migración de los humanos al resto del mundo.
Por su parte, el paleoantropólogo holandés y también defensor de la teoría de fuera de Asia, Eugène Dubois, descubrió los restos esqueléticos del primer ejemplar de Homo erectus en Java en 1891, en las orillas del río Solo, Java Oriental (Indonesia). El hallazgo más tarde se conoció como "El hombre de Java" (Homo erectus erectus).
Posteriormente se descubrieron los restos fósiles del denominado "Hombre de Pekín" (Homo erectus pekinensis), una subespecie de Homo erectus propia de China, y que es considerado el primer "eslabón perdido" que justificaba la teoría de la evolución. Este hallazgo supuso una gran revolución, y hasta la década de 1930 muchos antropólogos comenzaron a considerar Asia como la cuna de la especia humana.
Entre los paleontólogos que creyeron que los humanos se originaron en Asia se encontraban Johan Gunnar Andersson, Otto Zdansky y Walter W. Granger. Los tres científicos fueron conocidos por visitar China y por su trabajo y descubrimientos al excavar el sitio arqueológico de Zhoukoudian, donde se hallaron los restos del llamado "Hombre de Pekín".
Salvo algunas excepciones, en realidad muy pocos de los primeros teóricos del origen humano visitaron Asia para comprobar si sus ideas eran válidas o no. Esto cambió en la década de 1920, cuando se llevó a cabo una expedición bien financiada en Asia llamada "Expediciones de Asia Central" (The Central Asiatic Expeditions). La expedición, dirigida por Roy Chapman Andrews, uno de los aventureros que inspiraron el personaje de Indiana Jones, visitó partes de Asia Central, incluidas China y Mongolia, en busca de los orígenes de la humanidad.
Junto con el geólogo y paleontólogo Henry Fairfield Osborn, la expedición de Roy Chapman Andrews encontró sin embargo otros hallazgos, como huesos de dinosaurios, fósiles de mamíferos prehistóricos, y los primeros nidos de dinosaurios llenos de huevos. Sus hallazgos y el relato de su expedición las documentó en el libro "The New Conquest of Central Asia" (La Nueva Conquista de Asia Central).
En 1926 Andrews publicó también el libro "On the Trail of the Ancient Man" (Tras el rastro del Hombre Antiguo), donde se señala que el lugar de nacimiento de los humanos modernos se encontraría en Asia y que se había predicho décadas antes de que se llevaran a cabo las expediciones asiáticas.
Otro de los grandes defensores de la teoría de fuera de Asia en la época fue William Diller Matthew, quien también participó en las expediciones de Asia Central. La teoría de Matthew se basaba en el cambio climático, y afirmaba que los cambios cíclicos en el clima global, junto con la tendencia predominante de los mamíferos a dispersarse de norte a sur, explican los patrones geográficos de los mamíferos.
Según su teoría, los humanos y muchos otros grupos de mamíferos modernos evolucionaron primero en las áreas del norte del globo, especialmente de Asia central debido a las cambiantes circunstancias climáticas, afirmando por tanto que los orígenes de los homínidos estaban en Asia central, y que probablemente las mesetas altas del Tíbet eran la base de la evolución de los mamíferos.
A la teoría del origen asiático de la raza humana, se sumaron también notables científicos y paleontólogos como Davidson Black, William King Gregory, o Ralph von Koenigswald, quien encontró un muela del gigantesco primate Gigantopithecus blacki en Hong Kong, en 1935.
La teoría asíatica incluso se reforzó tras el fiasco del denominado "Hombre de Piltdown", el cual se creía que era el eslabón perdido y el ancestro del hombre moderno, pero resultó ser uno de los mayores fraudes arqueológicos de la historia.
Sin embargo la teoría fuera de Asia empezó a caer en declive, cuando el antropólogo Franz Weidenreich fusionó la hipótesis de Asia con el origen multirregional de los humanos modernos (Poligenismo).
A pesar de ello, la teoría se ha seguido manteniendo vigente con el paso de los años, especialmente gracias a algunos descubrimientos en la década de 1980 de géneros extintos de primates como el "Dryopithecus" y el "Ramapithecus".
Actualmente, las dos teorías sobre el origen de los humanos modernos mayoritariamente aceptadas son la hipótesis multirregional, y la hipótesis africana o Teoría desde África (Out of Africa theory).
El origen africano de la raza humana es la teoría que más científicos y paleontólogos apoyan, gracias a descubrimientos como el de "Lucy" en 1974; o el hallazgo en 2013 en Etiopía de un fragmento fosilizado de una mandíbula inferior con cinco dientes con una antigüedad de unos 2,8 millones, que es considerado el primer miembro del género Homo. (Early Homo at 2.8 Ma from Ledi-Geraru, Afar, Ethiopia)
Sin embargo los nuevos descubrimientos de los últimos tiempos han hecho que las teorías de la evolución habitualmente aceptadas por la comunidad científica tengan que ser revisadas.
En 2017 se descubrió en Marruecos los restos fósiles del ejemplar de Homo Sapiens más antiguos que se conocen, datándose de hace 315.000 años, siendo por tanto 100.000 años más antiguos que el primer Homo Sapiens hallado hasta entonces. (New fossils from Jebel Irhoud, Morocco and the pan-African origin of Homo sapiens)
Además, en 2017 se hallaron en California restos arqueológicos de utensilios con cerca de 130.000 años de antigüedad, una especie de homínidos que vivió en América del Norte 115.000 años antes de lo que se pensaba, ya que hasta ahora se estimaba que el primer ser humano llegó a América hace 15.000 años. El estudio fue publicado por la revista científica Nature: "Archaeology: Unexpectedly early signs of Americans".
Lo cierto es que la evolución del ser humano y el origen de lo que denominamos "humanos modernos", sigue siendo objeto de debate entre la comunidad científica, y los nuevos hallazgos y estudios nos obligan a revisar las teorías que hemos dado por válidas durante años. Estos descubrimientos también nos van acercando a desvelar uno de los grandes misterios de la humanidad, conocer su origen.
Entre estos grandes hallazgos destacan sin duda los restos fósiles encontrados en 1974 en Etiopía de la famosa "Lucy", un ejemplar de la especie Australopithecus afarensis de aproximadamente 3,5 millones de años de antigüedad y que es considerado uno de los ancestros del género "Homo".
La teoría de los orígenes africanos del ser humano es mayoritariamente aceptada por la comunidad científica, sin embargo existen también otras teorías que dan un punto de vista diferente sobre la evolución y el origen de los primeros "Homo Sapiens".
Una teoría alternativa es la denominada "teoría de Fuera de Asia" (Out of Asia theory), una teoría científica que sostiene que los humanos modernos surgieron por primera vez en Asia. Una hipótesis actualmente en declive debido a la aceptación de la teoría africana, pero que fue aceptada por la mayoría de los antropólogos hasta mediados del siglo XX, que daban preferencia a Asia sobre África, como el continente donde evolucionaron los primeros homínidos.
Tras la aparición del pensamiento evolucionista con la publicación en 1859 del libro de Charles Darwin "El origen de las especies", a finales del siglo XIX la teoría de Asia comenzó a ganar muchos adeptos, proponiendo que el eslabón perdido se encontraba en Asia. Científicos como Ernst Haeckel, Eugene Dubois, Henry Fairfield Osborn o Roy Chapman Andrews pensaron que Asia era donde habían ocurrido los principales eventos de la evolución.
El biólogo evolucionista alemán Ernst Haeckel, situó en el sur de Asia el lugar real donde los primeros humanos habían evolucionado. Haeckel argumentó que los humanos estaban estrechamente relacionados con los primates del sudeste asiático y rechazó la hipótesis de Darwin sobre África.
Haeckel desarrolló posteriormente su teoría, y afirmó que el eslabón perdido se encontraba en el continente perdido de Lemuria, ubicado en el Océano Índico. El biólogo creía que Lemuria era el hogar de los primeros humanos, y que Asia era el hogar de los primeros primates, y por lo tanto Asia fue la cuna de la evolución de los homínidos. Según su teoría, Lemuria conectó Asia y África, lo que permitió la migración de los humanos al resto del mundo.
Por su parte, el paleoantropólogo holandés y también defensor de la teoría de fuera de Asia, Eugène Dubois, descubrió los restos esqueléticos del primer ejemplar de Homo erectus en Java en 1891, en las orillas del río Solo, Java Oriental (Indonesia). El hallazgo más tarde se conoció como "El hombre de Java" (Homo erectus erectus).
Posteriormente se descubrieron los restos fósiles del denominado "Hombre de Pekín" (Homo erectus pekinensis), una subespecie de Homo erectus propia de China, y que es considerado el primer "eslabón perdido" que justificaba la teoría de la evolución. Este hallazgo supuso una gran revolución, y hasta la década de 1930 muchos antropólogos comenzaron a considerar Asia como la cuna de la especia humana.
Entre los paleontólogos que creyeron que los humanos se originaron en Asia se encontraban Johan Gunnar Andersson, Otto Zdansky y Walter W. Granger. Los tres científicos fueron conocidos por visitar China y por su trabajo y descubrimientos al excavar el sitio arqueológico de Zhoukoudian, donde se hallaron los restos del llamado "Hombre de Pekín".
Salvo algunas excepciones, en realidad muy pocos de los primeros teóricos del origen humano visitaron Asia para comprobar si sus ideas eran válidas o no. Esto cambió en la década de 1920, cuando se llevó a cabo una expedición bien financiada en Asia llamada "Expediciones de Asia Central" (The Central Asiatic Expeditions). La expedición, dirigida por Roy Chapman Andrews, uno de los aventureros que inspiraron el personaje de Indiana Jones, visitó partes de Asia Central, incluidas China y Mongolia, en busca de los orígenes de la humanidad.
Junto con el geólogo y paleontólogo Henry Fairfield Osborn, la expedición de Roy Chapman Andrews encontró sin embargo otros hallazgos, como huesos de dinosaurios, fósiles de mamíferos prehistóricos, y los primeros nidos de dinosaurios llenos de huevos. Sus hallazgos y el relato de su expedición las documentó en el libro "The New Conquest of Central Asia" (La Nueva Conquista de Asia Central).
En 1926 Andrews publicó también el libro "On the Trail of the Ancient Man" (Tras el rastro del Hombre Antiguo), donde se señala que el lugar de nacimiento de los humanos modernos se encontraría en Asia y que se había predicho décadas antes de que se llevaran a cabo las expediciones asiáticas.
Otro de los grandes defensores de la teoría de fuera de Asia en la época fue William Diller Matthew, quien también participó en las expediciones de Asia Central. La teoría de Matthew se basaba en el cambio climático, y afirmaba que los cambios cíclicos en el clima global, junto con la tendencia predominante de los mamíferos a dispersarse de norte a sur, explican los patrones geográficos de los mamíferos.
Según su teoría, los humanos y muchos otros grupos de mamíferos modernos evolucionaron primero en las áreas del norte del globo, especialmente de Asia central debido a las cambiantes circunstancias climáticas, afirmando por tanto que los orígenes de los homínidos estaban en Asia central, y que probablemente las mesetas altas del Tíbet eran la base de la evolución de los mamíferos.
A la teoría del origen asiático de la raza humana, se sumaron también notables científicos y paleontólogos como Davidson Black, William King Gregory, o Ralph von Koenigswald, quien encontró un muela del gigantesco primate Gigantopithecus blacki en Hong Kong, en 1935.
La teoría asíatica incluso se reforzó tras el fiasco del denominado "Hombre de Piltdown", el cual se creía que era el eslabón perdido y el ancestro del hombre moderno, pero resultó ser uno de los mayores fraudes arqueológicos de la historia.
Sin embargo la teoría fuera de Asia empezó a caer en declive, cuando el antropólogo Franz Weidenreich fusionó la hipótesis de Asia con el origen multirregional de los humanos modernos (Poligenismo).
A pesar de ello, la teoría se ha seguido manteniendo vigente con el paso de los años, especialmente gracias a algunos descubrimientos en la década de 1980 de géneros extintos de primates como el "Dryopithecus" y el "Ramapithecus".
Actualmente, las dos teorías sobre el origen de los humanos modernos mayoritariamente aceptadas son la hipótesis multirregional, y la hipótesis africana o Teoría desde África (Out of Africa theory).
El origen africano de la raza humana es la teoría que más científicos y paleontólogos apoyan, gracias a descubrimientos como el de "Lucy" en 1974; o el hallazgo en 2013 en Etiopía de un fragmento fosilizado de una mandíbula inferior con cinco dientes con una antigüedad de unos 2,8 millones, que es considerado el primer miembro del género Homo. (Early Homo at 2.8 Ma from Ledi-Geraru, Afar, Ethiopia)
Sin embargo los nuevos descubrimientos de los últimos tiempos han hecho que las teorías de la evolución habitualmente aceptadas por la comunidad científica tengan que ser revisadas.
En 2017 se descubrió en Marruecos los restos fósiles del ejemplar de Homo Sapiens más antiguos que se conocen, datándose de hace 315.000 años, siendo por tanto 100.000 años más antiguos que el primer Homo Sapiens hallado hasta entonces. (New fossils from Jebel Irhoud, Morocco and the pan-African origin of Homo sapiens)
Además, en 2017 se hallaron en California restos arqueológicos de utensilios con cerca de 130.000 años de antigüedad, una especie de homínidos que vivió en América del Norte 115.000 años antes de lo que se pensaba, ya que hasta ahora se estimaba que el primer ser humano llegó a América hace 15.000 años. El estudio fue publicado por la revista científica Nature: "Archaeology: Unexpectedly early signs of Americans".
Lo cierto es que la evolución del ser humano y el origen de lo que denominamos "humanos modernos", sigue siendo objeto de debate entre la comunidad científica, y los nuevos hallazgos y estudios nos obligan a revisar las teorías que hemos dado por válidas durante años. Estos descubrimientos también nos van acercando a desvelar uno de los grandes misterios de la humanidad, conocer su origen.
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