En el año 859, la ciudad de Algeciras, conocida por entonces como "Al Yazira Al-Jadra", sufría una incursión vikinga por parte de un contingente de tropas danesas e irlandesas, comandadas por Hastein y Björn Ragnarsson (Björn Järnsida), hijos del legendario Ragnar Lodbrok.
Los guerreros nórdicos asediaron la ciudad durante tres días en una batalla que pasó a denominarse como el sitio de Algeciras de 859. Tras el asalto a la ciudad, se produjeron saqueos, y se quemaron varias mezquitas, hasta que finalmente los invasores vikingos fueron rechazados.
En el siglo IX gran parte de la península ibérica estaba bajo dominio musulmán, tras la conquista musulmana que comenzó en el año 711, pasando a denominarse el territorio como Al-Ándalus. La ciudad de Al-Yazira al-Jadra, la antigua Algeciras, fue fundada también en el año 711, cuando comenzó la conquista de la península ibérica, sobre las ruinas de una antigua ciudad romana. En el año 756, la ciudad pasó a ser parte del Emirato de Córdoba, como provincia dependiente del Califato Omeya.
Los vikingos, o "piratas del norte" como se les conocía habitualmente, llevaban realizando pillajes e incursiones por buena parte del continente europeo desde finales del siglo VIII, registrándose el primer ataque vikingo en el año 793, en el Monasterio de Lindisfarne, al norte de Inglaterra.
En la península ibérica los primeros ataques vikingos se produjeron en torno al año 843, cuando una flota vikinga llegó a las costas gallegas y asaltaron varias aldeas tras desembarcar cerca de la Torre de Hércules, un faro construido en el siglo I por los romanos, único en el mundo. Los guerreros del norte buscaban ríos navegables en la península para poder remontarlos y saquear posteriormente las ciudades.
Los vikingos fueron rechazados por el ejército del rey Ramiro I de Asturias, quien ya estaba prevenido de los invasores debido a que poco antes habían intentado una pequeña escaramuza en la ciudad de Gijón. Tras su derrota, el resto de la flota vikinga continuó su viaje por la costa de la península ibérica, saqueando la ciudad de Lisboa y llegando a Cádiz.
Posteriormente atacaron Sevilla navegando por el río Guadalquivir, causando una gran matanza, aunque finalmente fueron rechazados. La población local comenzó a denominar a los vikingos como "madjus", cuya traducción literal es "hombres del fuego".
En el año 858 un gran contingente de hombres del norte, compuesto por más de 60 drakkars repletos de guerreros daneses e irlandeses, intentan atacar de nuevo las costas gallegas pero son rechazados rápidamente. Se dirigen nuevamente hacia el sur de la península ibérica y tras atravesar el estrecho de Gibraltar, la poderosa flota vikinga llega a la bahía de Algeciras en el año 859.
Según las sagas nórdicas, la flota vikinga estaba comandada por Hastein (Hasting) y Björn Ragnarsson (Björn Brazo de Hierro), dos legendarios vikingos, hijos del mítico guerrero y jefe vikingo Ragnar Lodbrok.
Tras cruzar el estrecho de Gibraltar, los invasores vikingos se encontraron con Al Yazira Al-Jadra, la ciudad más grande de la región y el principal puerto del sur de Al-Ándalus en aquella época. Dado que la ciudad estaba amurallada, las tropas vikingas desembarcaron y establecieron un campamento cerca de la ciudad desde donde se organizaron para el ataque.
Una de las pocas fuentes escritas que recoge el sitio de Algeciras de 859 es la "Estoria de España", un documento histórico escrito a iniciativa de Alfonso X el Sabio que recoge la primera historia extensa de España. Su edición más conocida es la realizada por Menéndez Pidal, denominada "Primera Crónica General", disponible en Dominio Público: Primera Crónica General: Estoria de España
Los atacantes vikingos asediaron la ciudad de Algeciras durante tres días, hasta que consiguieron entrar en la Medina (barrio principal de la ciudad), arrasando con todo lo que encontraron a su paso. Aunque no hay cifras concretas, se sabe que causaron una gran matanza entre la población, los que pudieron ponerse a salvo huyeron a las fincas agrícolas cercanas (alquerías) para refugiarse.
A la matanza le siguió el saqueo de la ciudad, especialmente en las casas de los ciudadanos más prominentes. También se saquearon las mezquitas para posteriormente incendiarlas. Esta quema de los templos religiosos es objeto de debate entre los historiadores musulmanes. Mientras historiadores como Ibn Idari sostienen que únicamente prendieron fuego a la mezquita principal, la Mezquita Aljama de Algeciras, otros expertos e historiadores indican que también saquearon y quemaron otras mezquitas más pequeñas de la ciudad como la Mezquita de las Banderas.
En todo caso, el saqueo de la ciudad fue generalizado y la quema de los templos religiosos musulmanes fue el detonante para que se produjera una respuesta por parte de la población local. Tras organizarse en las afueras de Algeciras y apoyados por otras tropas del califato que acudieron en su ayuda, regresaron a Algeciras para enfrentarse a los invasores vikingos y recuperar la ciudad.
Aunque feroces guerreros en batalla, las tácticas de los vikingos solía ser el saqueo rápido y el pillaje para retirarse en poco tiempo, produciéndose así pocas bajas entre sus tropas y rara vez se establecían de forma permanente en las ciudades tras este tipo de ataques. La ciudad de Algeciras fue recuperada rápidamente de las manos vikingas tras la invasión, retirándose a sus drakkars para emprender el camino a otra ciudad que saquear. Según las crónicas, los invasores sufrieron varias bajas y perdieron dos de sus barcos antes de conseguir abandonar Algeciras.
Tras rechazar a los invasores del norte, en Algeciras (Al-Yazirat Al-Hadra) comenzaron las labores de reconstrucción de la ciudad inmediatamente, levantando una nueva muralla más fuerte que la anterior para prevenir futuras invasiones. Como última curiosidad, para la reconstrucción de las mezquitas quemadas se utilizó la madera obtenida de los barcos vikingos capturados tras el asedio.
La flota vikinga comandada por Hasting y Björn Brazo de hierro continuaron navegando por las costas mediterráneas saqueando ciudades en el Norte de África, atacando también varias ciudades de la península ibérica en la costa levantina y llegando hasta Francia. Posteriormente, la mayor parte de ellos se dirigirían a las islas británicas para formar parte del denominado Gran ejército pagano, una enorme coalición de guerreros del norte que invadiría Inglaterra en el año 865.
Los guerreros nórdicos asediaron la ciudad durante tres días en una batalla que pasó a denominarse como el sitio de Algeciras de 859. Tras el asalto a la ciudad, se produjeron saqueos, y se quemaron varias mezquitas, hasta que finalmente los invasores vikingos fueron rechazados.
En el siglo IX gran parte de la península ibérica estaba bajo dominio musulmán, tras la conquista musulmana que comenzó en el año 711, pasando a denominarse el territorio como Al-Ándalus. La ciudad de Al-Yazira al-Jadra, la antigua Algeciras, fue fundada también en el año 711, cuando comenzó la conquista de la península ibérica, sobre las ruinas de una antigua ciudad romana. En el año 756, la ciudad pasó a ser parte del Emirato de Córdoba, como provincia dependiente del Califato Omeya.
Los vikingos, o "piratas del norte" como se les conocía habitualmente, llevaban realizando pillajes e incursiones por buena parte del continente europeo desde finales del siglo VIII, registrándose el primer ataque vikingo en el año 793, en el Monasterio de Lindisfarne, al norte de Inglaterra.
En la península ibérica los primeros ataques vikingos se produjeron en torno al año 843, cuando una flota vikinga llegó a las costas gallegas y asaltaron varias aldeas tras desembarcar cerca de la Torre de Hércules, un faro construido en el siglo I por los romanos, único en el mundo. Los guerreros del norte buscaban ríos navegables en la península para poder remontarlos y saquear posteriormente las ciudades.
Los vikingos fueron rechazados por el ejército del rey Ramiro I de Asturias, quien ya estaba prevenido de los invasores debido a que poco antes habían intentado una pequeña escaramuza en la ciudad de Gijón. Tras su derrota, el resto de la flota vikinga continuó su viaje por la costa de la península ibérica, saqueando la ciudad de Lisboa y llegando a Cádiz.
Posteriormente atacaron Sevilla navegando por el río Guadalquivir, causando una gran matanza, aunque finalmente fueron rechazados. La población local comenzó a denominar a los vikingos como "madjus", cuya traducción literal es "hombres del fuego".
En el año 858 un gran contingente de hombres del norte, compuesto por más de 60 drakkars repletos de guerreros daneses e irlandeses, intentan atacar de nuevo las costas gallegas pero son rechazados rápidamente. Se dirigen nuevamente hacia el sur de la península ibérica y tras atravesar el estrecho de Gibraltar, la poderosa flota vikinga llega a la bahía de Algeciras en el año 859.
Según las sagas nórdicas, la flota vikinga estaba comandada por Hastein (Hasting) y Björn Ragnarsson (Björn Brazo de Hierro), dos legendarios vikingos, hijos del mítico guerrero y jefe vikingo Ragnar Lodbrok.
Tras cruzar el estrecho de Gibraltar, los invasores vikingos se encontraron con Al Yazira Al-Jadra, la ciudad más grande de la región y el principal puerto del sur de Al-Ándalus en aquella época. Dado que la ciudad estaba amurallada, las tropas vikingas desembarcaron y establecieron un campamento cerca de la ciudad desde donde se organizaron para el ataque.
Una de las pocas fuentes escritas que recoge el sitio de Algeciras de 859 es la "Estoria de España", un documento histórico escrito a iniciativa de Alfonso X el Sabio que recoge la primera historia extensa de España. Su edición más conocida es la realizada por Menéndez Pidal, denominada "Primera Crónica General", disponible en Dominio Público: Primera Crónica General: Estoria de España
Los atacantes vikingos asediaron la ciudad de Algeciras durante tres días, hasta que consiguieron entrar en la Medina (barrio principal de la ciudad), arrasando con todo lo que encontraron a su paso. Aunque no hay cifras concretas, se sabe que causaron una gran matanza entre la población, los que pudieron ponerse a salvo huyeron a las fincas agrícolas cercanas (alquerías) para refugiarse.
A la matanza le siguió el saqueo de la ciudad, especialmente en las casas de los ciudadanos más prominentes. También se saquearon las mezquitas para posteriormente incendiarlas. Esta quema de los templos religiosos es objeto de debate entre los historiadores musulmanes. Mientras historiadores como Ibn Idari sostienen que únicamente prendieron fuego a la mezquita principal, la Mezquita Aljama de Algeciras, otros expertos e historiadores indican que también saquearon y quemaron otras mezquitas más pequeñas de la ciudad como la Mezquita de las Banderas.
En todo caso, el saqueo de la ciudad fue generalizado y la quema de los templos religiosos musulmanes fue el detonante para que se produjera una respuesta por parte de la población local. Tras organizarse en las afueras de Algeciras y apoyados por otras tropas del califato que acudieron en su ayuda, regresaron a Algeciras para enfrentarse a los invasores vikingos y recuperar la ciudad.
Aunque feroces guerreros en batalla, las tácticas de los vikingos solía ser el saqueo rápido y el pillaje para retirarse en poco tiempo, produciéndose así pocas bajas entre sus tropas y rara vez se establecían de forma permanente en las ciudades tras este tipo de ataques. La ciudad de Algeciras fue recuperada rápidamente de las manos vikingas tras la invasión, retirándose a sus drakkars para emprender el camino a otra ciudad que saquear. Según las crónicas, los invasores sufrieron varias bajas y perdieron dos de sus barcos antes de conseguir abandonar Algeciras.
Tras rechazar a los invasores del norte, en Algeciras (Al-Yazirat Al-Hadra) comenzaron las labores de reconstrucción de la ciudad inmediatamente, levantando una nueva muralla más fuerte que la anterior para prevenir futuras invasiones. Como última curiosidad, para la reconstrucción de las mezquitas quemadas se utilizó la madera obtenida de los barcos vikingos capturados tras el asedio.
La flota vikinga comandada por Hasting y Björn Brazo de hierro continuaron navegando por las costas mediterráneas saqueando ciudades en el Norte de África, atacando también varias ciudades de la península ibérica en la costa levantina y llegando hasta Francia. Posteriormente, la mayor parte de ellos se dirigirían a las islas británicas para formar parte del denominado Gran ejército pagano, una enorme coalición de guerreros del norte que invadiría Inglaterra en el año 865.
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