Según la Biblia, el Arca de la Alianza, denominada también "Arca del testimonio", "Arca de Yahveh", "Arca del Pacto" o "Arca del Convenio", es un cofre sagrado construido por Moisés en madera de acacia y oro, que contenía las Tablas de la Ley. Tal como se recoge en el libro de Éxodo, en estas dos tablas de piedra estaban inscritos los Diez Mandamientos (el "Decálogo" o "Testimonio") que Dios había entregado a Moisés en el Monte Sinaí. El Arca de la Alianza se convirtió desde su origen en uno de los objetos sagrados más importantes de religiones como el Judaísmo y el Cristianismo.
Los relatos bíblicos nos narran la historia del Arca de la Alianza hasta su desaparición. Tras ser diseñado el cofre por Moisés y ubicado en el Tabernáculo (un santuario itinerante dedicado a Dios), el Arca fue usada durante la conquista de la Tierra de Canaán y posteriormente fue trasladada a Silo donde fue capturada por los filisteos. Tras ser recuperada por los hebreos poco después, el Arca se ubicó en diversos lugares hasta que fue llevada finalmente a Jerusalén durante el reinado del Rey David.
En torno al año 960 antes de Cristo se construyó en Jerusalén el Templo de Salomón (o Primer Templo de Jerusalén) como sustituto del Tabernáculo como único centro de culto para el pueblo judío y santuario principal del pueblo de Israel. En su interior se guardó el Arca de la Alianza y es también el último lugar donde estuvo el Arca según la Biblia, aunque hay algunas breves referencias en el Antiguo Testamento que indican que pudo haber estado también en Sión posteriormente.
Cuando en el año 587 a.C. los Babilonios destruyeron Jerusalén y el Templo de Salomón, no quedó ningún registro ni en las crónicas ni en los Libros de los Reyes, de lo que se hizo con el Arca. En algunas obras de la literatura rabínica del siglo II se indica que el Arca fue escondida por Josías, rey de Judá, para evitar que fuera capturada por los Babilonios. Sin embargo otras obras hebreas apuntan a que lo
más probable es que fuera llevada a Babilonia.
Al igual que sucede con las dudas planteadas sobre la Historicidad de la Biblia, la veracidad histórica del Arca de la Alianza sigue siendo motivo de debate. A pesar de ello, este objeto sagrado aparece mencionado en varios Libros del Antiguo Testamento y su desaparición lo convirtió en uno de los grandes misterios de la historia. Durante siglos, se han planteado un buen número de hipótesis y teorías sobre cuál fue el destino del Arca de la Alianza o las posibles localizaciones del Arca actualmente.
Bajo el Monte del Templo
En la Tosefta, una de las compilaciones más importantes de literatura rabínica, escrita durante el siglo II, un grupo de rabinos señala que tras la caída de Jerusalén y la destrucción del Templo de Salomón, el Arca fue escondida para que no cayera en manos de los Babilonios.
Según esta teoría, Josías de Judá ocultó el Arca bajo el Monte Moriá, considerado habitualmente como el Monte del Templo, el lugar más sagrado del Judaísmo donde se ubicaría la Sagrada Piedra de Abraham. Para ello se basan en que no se hace ninguna mención al Arca entre los tesoros del saqueo, por lo que debió ser enterrada y oculta, muy probablemente en su propio lugar, en cámaras subterráneas del Monte del Templo.
Sin embargo su búsqueda es prácticamente imposible. En la actualidad se ubica en el lugar la Cúpula de la Roca (Domo de la Roca), el lugar donde según la tradición musulmana, se encuentra la roca desde la cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, uno de los sitios más importantes del Islam.
En la Iglesia de Santa María de Sion de Etiopía
La iglesia ortodoxa de Etiopía, afirma poseer el Arca de la Alianza guardada en la Iglesia de Santa María de Sion, situada en Aksum (Axum). Según el Kebra Nagast, una compilación de textos que recoge la historia de los reyes de Etiopía escrita en el siglo XIV, la verdadera Arca de la Alianza fue llevada a Etiopía por Menelik I (hijo del Rey Salomón y emperador de Etiopía en torno al 950 a.C.), mientras que en Jerusalén se dejó una copia del arca.
En antiguos textos escritos en el siglo XIII por Abu al-Makarim, un importante historiador de la iglesia copta, también se hace referencia a que los abisinios (habitantes de Etiopía) poseían el Arca de la Alianza e incluso celebraban varias liturgias al año con el cofre sagrado.
En 1992, el escritor británico Graham Hancock postuló en su libro "The Sign and the Seal" (The Sign And The Seal: Quest for the Lost Ark of the Covenant) una teoría diferente, indicando que al Arca del Pacto se encontraría en la iglesia etíope de Aksum actualmente, pero que llegó allí mucho después, tras pasar varios siglos en Egipto, aunque su hipótesis es rechazada por los historiadores etíopes.
En todo caso, la posible localización del Arca de la Alianza en la Iglesia de Santa María de Sion de Etiopía levantó una gran expectación en junio de 2009, cuando Abune Paulos, patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Etiopía, anunció que iba a revelar el cofre sagrado al mundo. Sin embargo el 26 de junio de 2009 se retractó, y tras ver el objeto sagrado, afirmó que se encontraba en buen estado pero que no mostraría el Arca.
Bajo el Monte Nebo
En el segundo de los Libros de los Macabeos, escrito alrededor del año 100 a.C., se recoge que el profeta Jeremías, tras ser advertido por Dios de la invasión de Babilonia, tomó el Arca de la Alianza, el Tabernáculo, y el Altar de Incienso, y los enterró en una cueva del Monte Nebo.
Según el relato bíblico, Jeremías habría informado a sus seguidores que querían saber la ubicación del Arca, que debía permanecer oculto "hasta que Dios reciba de nuevo a su pueblo". El lugar elegido había sido indicado al profeta por Dios, siendo el Monte Nebo como un emplazamiento de gran importancia, descrito en la Biblia como el sitio desde el cual Moisés vio la Tierra Prometida.
En el Sur de África
Otra de las teorías sobre el posible destino del Arca de la Alianza, procede del pueblo Lemba, una tribu de Sudáfrica y Zimbabue. Según su tradición, su antepasados llevaron el Arca al sur de África, denominando al objeto como "ngoma lungundu" (voz de Dios), ocultándola en una cueva de las montañas Dumghe, su lugar sagrado.
En el año 2008 el historiador, escritor y aventurero británico Tudor Parfitt, estudió esta posible conexión entre el Arca de la Alianza y el sur de África. Parfitt da cierta veracidad a esta hipótesis, ya que el objeto descrito por el pueblo Lemba tiene atributos y características muy similares que tradicionalmente se han asociado al Arca, incluyendo el tamaño y las dimensiones del cofre.
La teoría de Parfitt, descrita en su libro "El Arca perdida de la Alianza" (The Lost Ark of the Covenant), sugiere que el Arca fue llevado a Arabia, probablemente a Yemén, y trasladada posteriormente por mar al Sur de África, durante la época de la Gran civilización de Zimabue (Gran Zimbabue). Según las tradiciones orales, el Arca de la alianza original se autodestruyó, aunque los sacerdotes del pueblo Lemba pudieron reconstruir una copia del arca original.
Esta réplica del Arca fue descubierta por el misionero alemán Harald von Sicard en los años 40 y llevada a un museo de Harare (capital de Zimbabue), donde se le hicieron pruebas de radio-carbono. La datación por radio-carbono del Arca de la Alianza encontrada en Zimbabue fecharon el artefacto en torno al año 1350, coincidiendo con el fin repentino de la gran civilización de Zimbabwe. Según Parfitt, esta datación sería la prueba de que esta réplica del Arca fue realizada sobre el objeto sagrado original, aunque la mayoría de historiadores rechazan esta teoría.
Bajo el Gólgota
Uno de los arqueólogos bíblicos más famosos, Ron Wyatt, conocido por atribuirse el hallazgo de varios importantes lugares y artefactos bíblicos como el Arca de Noé o los restos de Sodoma y Gomorra, afirma que el Arca de la Alianza se encuentra en el denominado Jardín de la Tumba, en el interior del Monte de la Calavera en Jerusalén. Según la tradición cristiana, el Monte Gólgota (también conocido como Calvario o Monte de la Calavera), fue el lugar donde Jesús fue crucificado.
La teoría de Wyatt sin embargo es rechazada por la mayoría de historiadores debido a que no se ha encontrado ninguna prueba o fotografía con la que demostrar su supuesto hallazgo. Incluso la misma Asociación de la Tumba del jardín (una sepultura en Jerusalén que se cree fue la tumba de Jesús de Nazaret por varios grupos cristianos), ha negado que Wyatt encontrara el Arca de la Alianza durante sus excavaciones en 1991.
Varias localizaciones
Como uno de los objetos sagrados más buscados de la historia, además de las ya comentadas, durante siglos han sugerido numerosas posibles ubicaciones del Arca de la Alianza sin demasiada base científica.
Entre ellas, se ha sugerido que los templarios llevaron el Arca de la alianza en algún momento a la Catedral de Chartres en Francia, o incluso se pudo ocultar en América, en el misterioso Pozo del Dinero en la Isla del Roble.
También se señaló como posible ubicación la Basílica de San Juan de Letrán en Roma, o lugares tan dispares como Inglaterra, Egipto, Irlanda o Estados Unidos, donde habría sido trasladada desde la aldea de Rennes-le-Château tras el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Una gran variedad de hipótesis y teorías que hasta el momento no se han podido demostrar, sobre uno de los objetos sagrados más importantes de la historia. A pesar de su búsqueda infructuosa, el interés por encontrar el Arca de la Alianza se ha mantenido a lo largo de los siglos. Conocer la ubicación exacta del Arca de la Alianza y hallar este legendario objeto, supondría resolver también uno de los grandes misterios de la historia, la realidad o mito del Arca de la Alianza y la veracidad histórica de una parte de la Biblia.
Los relatos bíblicos nos narran la historia del Arca de la Alianza hasta su desaparición. Tras ser diseñado el cofre por Moisés y ubicado en el Tabernáculo (un santuario itinerante dedicado a Dios), el Arca fue usada durante la conquista de la Tierra de Canaán y posteriormente fue trasladada a Silo donde fue capturada por los filisteos. Tras ser recuperada por los hebreos poco después, el Arca se ubicó en diversos lugares hasta que fue llevada finalmente a Jerusalén durante el reinado del Rey David.
En torno al año 960 antes de Cristo se construyó en Jerusalén el Templo de Salomón (o Primer Templo de Jerusalén) como sustituto del Tabernáculo como único centro de culto para el pueblo judío y santuario principal del pueblo de Israel. En su interior se guardó el Arca de la Alianza y es también el último lugar donde estuvo el Arca según la Biblia, aunque hay algunas breves referencias en el Antiguo Testamento que indican que pudo haber estado también en Sión posteriormente.
Cuando en el año 587 a.C. los Babilonios destruyeron Jerusalén y el Templo de Salomón, no quedó ningún registro ni en las crónicas ni en los Libros de los Reyes, de lo que se hizo con el Arca. En algunas obras de la literatura rabínica del siglo II se indica que el Arca fue escondida por Josías, rey de Judá, para evitar que fuera capturada por los Babilonios. Sin embargo otras obras hebreas apuntan a que lo
más probable es que fuera llevada a Babilonia.
Al igual que sucede con las dudas planteadas sobre la Historicidad de la Biblia, la veracidad histórica del Arca de la Alianza sigue siendo motivo de debate. A pesar de ello, este objeto sagrado aparece mencionado en varios Libros del Antiguo Testamento y su desaparición lo convirtió en uno de los grandes misterios de la historia. Durante siglos, se han planteado un buen número de hipótesis y teorías sobre cuál fue el destino del Arca de la Alianza o las posibles localizaciones del Arca actualmente.
Bajo el Monte del Templo
En la Tosefta, una de las compilaciones más importantes de literatura rabínica, escrita durante el siglo II, un grupo de rabinos señala que tras la caída de Jerusalén y la destrucción del Templo de Salomón, el Arca fue escondida para que no cayera en manos de los Babilonios.
Según esta teoría, Josías de Judá ocultó el Arca bajo el Monte Moriá, considerado habitualmente como el Monte del Templo, el lugar más sagrado del Judaísmo donde se ubicaría la Sagrada Piedra de Abraham. Para ello se basan en que no se hace ninguna mención al Arca entre los tesoros del saqueo, por lo que debió ser enterrada y oculta, muy probablemente en su propio lugar, en cámaras subterráneas del Monte del Templo.
Sin embargo su búsqueda es prácticamente imposible. En la actualidad se ubica en el lugar la Cúpula de la Roca (Domo de la Roca), el lugar donde según la tradición musulmana, se encuentra la roca desde la cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, uno de los sitios más importantes del Islam.
En la Iglesia de Santa María de Sion de Etiopía
La iglesia ortodoxa de Etiopía, afirma poseer el Arca de la Alianza guardada en la Iglesia de Santa María de Sion, situada en Aksum (Axum). Según el Kebra Nagast, una compilación de textos que recoge la historia de los reyes de Etiopía escrita en el siglo XIV, la verdadera Arca de la Alianza fue llevada a Etiopía por Menelik I (hijo del Rey Salomón y emperador de Etiopía en torno al 950 a.C.), mientras que en Jerusalén se dejó una copia del arca.
En antiguos textos escritos en el siglo XIII por Abu al-Makarim, un importante historiador de la iglesia copta, también se hace referencia a que los abisinios (habitantes de Etiopía) poseían el Arca de la Alianza e incluso celebraban varias liturgias al año con el cofre sagrado.
En 1992, el escritor británico Graham Hancock postuló en su libro "The Sign and the Seal" (The Sign And The Seal: Quest for the Lost Ark of the Covenant) una teoría diferente, indicando que al Arca del Pacto se encontraría en la iglesia etíope de Aksum actualmente, pero que llegó allí mucho después, tras pasar varios siglos en Egipto, aunque su hipótesis es rechazada por los historiadores etíopes.
En todo caso, la posible localización del Arca de la Alianza en la Iglesia de Santa María de Sion de Etiopía levantó una gran expectación en junio de 2009, cuando Abune Paulos, patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Etiopía, anunció que iba a revelar el cofre sagrado al mundo. Sin embargo el 26 de junio de 2009 se retractó, y tras ver el objeto sagrado, afirmó que se encontraba en buen estado pero que no mostraría el Arca.
Bajo el Monte Nebo
En el segundo de los Libros de los Macabeos, escrito alrededor del año 100 a.C., se recoge que el profeta Jeremías, tras ser advertido por Dios de la invasión de Babilonia, tomó el Arca de la Alianza, el Tabernáculo, y el Altar de Incienso, y los enterró en una cueva del Monte Nebo.
Según el relato bíblico, Jeremías habría informado a sus seguidores que querían saber la ubicación del Arca, que debía permanecer oculto "hasta que Dios reciba de nuevo a su pueblo". El lugar elegido había sido indicado al profeta por Dios, siendo el Monte Nebo como un emplazamiento de gran importancia, descrito en la Biblia como el sitio desde el cual Moisés vio la Tierra Prometida.
En el Sur de África
Otra de las teorías sobre el posible destino del Arca de la Alianza, procede del pueblo Lemba, una tribu de Sudáfrica y Zimbabue. Según su tradición, su antepasados llevaron el Arca al sur de África, denominando al objeto como "ngoma lungundu" (voz de Dios), ocultándola en una cueva de las montañas Dumghe, su lugar sagrado.
En el año 2008 el historiador, escritor y aventurero británico Tudor Parfitt, estudió esta posible conexión entre el Arca de la Alianza y el sur de África. Parfitt da cierta veracidad a esta hipótesis, ya que el objeto descrito por el pueblo Lemba tiene atributos y características muy similares que tradicionalmente se han asociado al Arca, incluyendo el tamaño y las dimensiones del cofre.
La teoría de Parfitt, descrita en su libro "El Arca perdida de la Alianza" (The Lost Ark of the Covenant), sugiere que el Arca fue llevado a Arabia, probablemente a Yemén, y trasladada posteriormente por mar al Sur de África, durante la época de la Gran civilización de Zimabue (Gran Zimbabue). Según las tradiciones orales, el Arca de la alianza original se autodestruyó, aunque los sacerdotes del pueblo Lemba pudieron reconstruir una copia del arca original.
Esta réplica del Arca fue descubierta por el misionero alemán Harald von Sicard en los años 40 y llevada a un museo de Harare (capital de Zimbabue), donde se le hicieron pruebas de radio-carbono. La datación por radio-carbono del Arca de la Alianza encontrada en Zimbabue fecharon el artefacto en torno al año 1350, coincidiendo con el fin repentino de la gran civilización de Zimbabwe. Según Parfitt, esta datación sería la prueba de que esta réplica del Arca fue realizada sobre el objeto sagrado original, aunque la mayoría de historiadores rechazan esta teoría.
Bajo el Gólgota
Uno de los arqueólogos bíblicos más famosos, Ron Wyatt, conocido por atribuirse el hallazgo de varios importantes lugares y artefactos bíblicos como el Arca de Noé o los restos de Sodoma y Gomorra, afirma que el Arca de la Alianza se encuentra en el denominado Jardín de la Tumba, en el interior del Monte de la Calavera en Jerusalén. Según la tradición cristiana, el Monte Gólgota (también conocido como Calvario o Monte de la Calavera), fue el lugar donde Jesús fue crucificado.
La teoría de Wyatt sin embargo es rechazada por la mayoría de historiadores debido a que no se ha encontrado ninguna prueba o fotografía con la que demostrar su supuesto hallazgo. Incluso la misma Asociación de la Tumba del jardín (una sepultura en Jerusalén que se cree fue la tumba de Jesús de Nazaret por varios grupos cristianos), ha negado que Wyatt encontrara el Arca de la Alianza durante sus excavaciones en 1991.
Varias localizaciones
Como uno de los objetos sagrados más buscados de la historia, además de las ya comentadas, durante siglos han sugerido numerosas posibles ubicaciones del Arca de la Alianza sin demasiada base científica.
Entre ellas, se ha sugerido que los templarios llevaron el Arca de la alianza en algún momento a la Catedral de Chartres en Francia, o incluso se pudo ocultar en América, en el misterioso Pozo del Dinero en la Isla del Roble.
También se señaló como posible ubicación la Basílica de San Juan de Letrán en Roma, o lugares tan dispares como Inglaterra, Egipto, Irlanda o Estados Unidos, donde habría sido trasladada desde la aldea de Rennes-le-Château tras el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Una gran variedad de hipótesis y teorías que hasta el momento no se han podido demostrar, sobre uno de los objetos sagrados más importantes de la historia. A pesar de su búsqueda infructuosa, el interés por encontrar el Arca de la Alianza se ha mantenido a lo largo de los siglos. Conocer la ubicación exacta del Arca de la Alianza y hallar este legendario objeto, supondría resolver también uno de los grandes misterios de la historia, la realidad o mito del Arca de la Alianza y la veracidad histórica de una parte de la Biblia.
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