La gran emigración europea durante el siglo XIX y principios del siglo XX

Entre 1820 y 1930 se producía una de las mayores migraciones humanas de la historia. Millones de europeos procedentes principalmente de zonas rurales, emigraron durante varias décadas hacia América y en menor medida a otros continentes como Oceanía, en busca de un futuro mejor, trabajo, o simplemente una nueva vida. Conocida como la "gran ola de inmigración europea" o la "diáspora europea", muchos de ellos se establecieron definitivamente, llevando consigo parte de la cultura europea e influyendo notablemente tanto a nivel político como social y cultural en los países que se asentaron.

Gran emigración europea siglo XIXEstos grandes movimientos migratorios procedentes de Europa tienen sus orígenes en la época colonial tras el descubrimiento de América, afectando especialmente al Imperio español, al Imperio británico y al Imperio portugués. Sin embargo es a partir del siglo XIX cuando se comienzan a producir migraciones masivas desde todo el continente europeo.

El siglo XIX fue una época de mucha inestabilidad política y conflictos en Europa lo que propició en muchos países el auge de nacionalismos y dictaduras. El aumento de la población y la falta de trabajo originó además que millones de personas vivieran en condiciones muy precarias, sobre todo en las zonas rurales. Un caldo de cultivo que supuso que millones de campesinos y obreros emigraran de forma masiva a otros lugares del planeta con la expectativa de una vida mejor.

El principal destino de esta "diáspora europea" fue Estados Unidos. Entre 1821 y 1860 se asentaron en el país norteamericano más de 5 millones de europeos, la mayor parte de ellos procedentes de Alemania e Irlanda (especialmente durante la gran hambruna irlandesa). Posteriormente las oleadas de inmigrantes europeos se intensificaron llegando también desde otros países como Gran Bretaña, Italia o los países escandinavos. A los que ya habían llegado se sumaron entre 1860 y 1920 más de 27 millones de inmigrantes europeos en Estados Unidos.

Llegada emigrantes a Nueva YorkSe trataba de la mayor migración europea de la historia. La población de Estados Unidos aumentó durante décadas con más de 6 millones de alemanes, casi 5 millones de irlandeses, 4,5 millones de italianos, 4 millones de británicos y varios millones más procedentes del Imperio Austrohúngaro, el Imperio Ruso (muchos de ellos judíos debido a los pogromos) y de los países escandinavos.

El récord de entrada de inmigrantes en el país se produjo en 1907 cuando llegaron hasta Estados Unidos un millón doscientos mil inmigrantes en un solo año. En el censo realizado en 1910, los extranjeros eran ya el 14,7% de la población. Ciudades como Nueva york contaban, a principios del siglo XX, con la tercera mayor comunidad de origen germano tras Berlín y Viena.

Emigrantes irlandeses a finales del siglo XIXEl país vecino, Canadá, recibió también cerca de 10 millones de europeos, sin embargo debido principalmente a su duro clima y las pocas oportunidades laborales, la mitad de ellos se fueron a Estados Unidos. Aún así, afectó notablemente a su población. En 1881 el 14% de la población canadiense era nacida en el extranjero, en 1921 suponían ya el 22% de la población.

El otro gran destino de esta gran ola de inmigración europea fue Latinoamérica, destacando Argentina entre los países de Sudamérica que más emigrantes europeos recibieron, con cerca de 6,5 millones de personas.

Argentina a mediados del siglo XIX era un país escasamente poblado. Según el primer censo que se realizó en el país en 1869, la población no llegaba a los dos millones de personas. Esto cambió radicalmente en los años siguientes con los inmigrantes llegados de Europa, principalmente de España e Italia, afectando a su composición étnica y causando también un gran impacto social en el país.

En 1914 el 30% de la población de Argentina era nacida en el extranjero, con el 12% de la población total del país procedente de Italia. En el sur del país, en lugares como Santa Cruz o Tierra de Fuego la población de inmigrantes estaba cerca del 60% a principios del siglo XX. Algo similar sucedió en ciudades como Buenos Aires, donde en 1920 la mitad de la población de la ciudad eran nacidos en el extranjero.

En el censo de 1960, Argentina tenía 20 millones de habitantes, se estimó que si no se hubiera producido esta gran migración de personas procedentes de Europa, su población por esa época estaría en torno a los 8 millones.

Brasil fue otro de los países de Sudamérica que más inmigrantes europeos recibió durante esas décadas con cerca de 5 millones entre 1860 y 1920, sin embargo no todos se establecieron en el país y el impacto en la población nacional fue relativamente pequeña. Los inmigrantes en Brasil, principalmente italianos, portugueses y españoles llegaron a suponer el 36% del crecimiento de la población a finales del siglo XIX, sin embargo para 1920 la población extranjera suponía únicamente el 7% de la población total.

Aunque en menor medida que Argentina y Brasil, toda América Latina se vio afectada por estas grandes oleadas migratorias europeas. Uruguay recibió un millón de inmigrantes europeos hasta 1920; a Chile llegaron decenas de miles de alemanes, croatas, españoles, italianos, franceses e ingleses; Venezuela recibió más de 300.000 inmigrantes europeos entre 1874 y 1930; Perú cerca de 150.000 (de los que se quedaron la mitad); y la pequeña isla de Cuba acogió a más de 750.000 inmigrantes europeos durante el siglo XIX, a los que se sumaron medio millón más durante las siguientes décadas (cerca de 600.000 se establecieron definitivamente en la isla).

Inmigración escocesa a Nueva Zelanda, mediados del siglo XIXAdemás del continente Americano, otros continentes como Oceanía también vieron crecer su población debido a la inmigración europea. Australia ya contaba con 160.000 convictos procedentes de Gran Bretaña, Irlanda y las colonias británicas que habían llegado al país entre 1788 y 1867. Tres millones y medio más de personas llegaron al país entre 1850 y 1950, cerca de un millón de ellas de origen británico.

Nueva Zelanda recibió entre 1840 y 1915 algo más de 300.000 inmigrantes europeos. Y aunque continentes como África o Asia apenas se vieron afectadas por estas oleadas migratorias, ni tuvieron demasiado impacto en su población, países como Sudáfrica también acogieron cantidades considerables de inmigrantes, recibiendo más de un millón de europeos durante esas décadas.

Se estima que entre 1815 y 1932, aproximadamente 60 millones de personas emigraron desde Europa a otras zonas donde ya existían asentamientos de europeos. Un 71% de ellos emigraron a Norteamérica, un 21% a Latinoamérica y un 7% a Australia. 

Aunque parte de ellos regresaron a su continente de origen, los que se quedaron se multiplicaron rápidamente. Poco antes de comenzar la Primera Guerra Mundial, el 38% de la población mundial eran descendientes de europeos. En la actualidad se calcula que, sin contar al continente europeo, para el 7% de la población mundial sus ancestros proceden de Europa. Cerca de 500 millones de personas descendientes de una de las mayores migraciones de la historia

Porcentaje de población con ancestros europeos

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