
Alemania no llegó a reclamar oficialmente el territorio, el cual forma parte geográficamente de la denominada Tierra de la Reina Maud (nombre puesto en honor a la reina Maud, esposa del rey Haakon VII de Noruega), un territorio del continente antártico administrado y reclamado por Noruega desde 1939 y posteriormente ratificado por varios países en los acuerdos del Sistema del Tratado Antártico.
Teorizado ya por los griegos (quienes pensaban que la tierra era redonda y contaba con dos regiones polares) y conocido desde hace siglos, el Continente de la Antártida no fue descubierto oficialmente hasta 1819, cuando una embarcación inglesa capitaneada por William Smith avistó la Isla Livingston (en el extremo norte del continente). A partir de entonces, se sucedieron numerosas expediciones para explorar este nuevo continente, varias de ellas con el objetivo de alcanzar el Polo Sur. Finalmente fue la expedición del explorador noruego Roald Amundsen, quien consiguió llegar al Polo Sur geográfico por primera vez el 14 de diciembre de 1911.
La primera expedición alemana a la Antártida comenzó en el verano de 1901 y fue conocida como expedición Gauss. Dirigida por el profesor de geología Erich von Drygalski al mando del barco "Gauss", consiguió llegar en febrero de 1902 hasta un territorio inexplorado de la Antártida.

La segunda expedición antártica alemana fue liderada por Wilhelm Filchner a bordo de la nave "Deutschland" en 1911, con el objetivo de cruzar la Antártida. Consiguieron adentrarse en el Mar de Weddell (Océano Antártico) descubriendo la Costa Luitpold (Costa Confín) y la plataforma de hielo Filchner-Ronne. Sin embargo quedaron también atrapados en el hielo varios meses y cuando en septiembre de 1912 el barco quedó libre del hielo para poder navegar, regresaron a Alemania.

La expedición se encuadraba dentro del denominado "Plan cuatrienal" (o plan de 4 años), elaborado por Hermann Göring. El motivo principal de esta expedición nazi a la Antártida era económico. En aquellos momentos ya se pensaba que Alemania entraría en guerra, y los dirigentes nazis buscaban conseguir una producción propia de aceite de ballena, una materia prima muy importante en la época, en vez de depender de las importaciones. Para ello, debían explorar la zona para poder establecer una estación ballenera. Como segundo objetivo, se pensó también en construir una base naval alemana con la región ya topografiada y asegurada.
Realizando los preparativos en secreto, se adaptó en los astilleros de Hamburgo el MS Schwabenland a la dura travesía que le esperaba en las aguas del Océano Antártico.

La expedición alemana llegó el 19 de enero de 1939 a la Costa de la Princesa Marta, donde comenzó a desplegar los aviones para realizar vuelos de reconocimiento y trazar mapas de la región. Desde el 20 de enero hasta el 5 de febrero de 1939, los alemanes realizaron varios vuelos tomando fotografías en un aérea inicial de 350.000 km² que acabaron ampliando.

Mientras tanto, debido a la indiscreción de la esposa de Ernst Herrmann, uno de los líderes de la expedición, el gobierno noruego se enteró de las actividades alemanas en la Antártida, y el 14 de enero de 1939 reclamó oficialmente la Tierra de la Reina Maud como territorio noruego, sin definir su extensión hacia el sur.
Los alemanes por su parte, realizaron ocho vuelos adicionales más con Ritscher a bordo de los aviones, tomando fotografías y grabaciones en color de las zonas de especial interés, como las regiones montañosas del interior, libres de hielo, y desconocidas hasta entonces. En total, sobrevolaron una superficie de 600.000 kilómetros cuadrados, realizando más de 16.000 fotografías aéreas.

El clima en esta zona es relativamente suave (−10 °C como temperatura media anual) comparado con el resto del continente antártico, por lo que fue el lugar elegido para instalar años después varias estaciones científicas, como la estación rusa Novolazarevskaya y la estación india Maitri.
En su viaje de regreso, la expedición se dirigió a la Isla de Bouvet, situada a 1.600 kilómetros al norte de la Antártida y considerado uno de los lugares más aislados del planeta, para realizar estudios oceanográficos. Posteriormente el MS Schwabenland puso rumbo a la islas Fernando de Noronha (en el Océano Atlántico, cerca de Brasil), para realizar más estudios. A petición del alto mando alemán, el 18 de marzo varios miembros de la tripulación desembarcaron en la Isla de Trinidad (Brasil) para comprobar si los submarinos alemanes podían recibir allí suministros de comida y agua fresca de forma discreta. Finalmente, el 11 de abril de 1939 el MS Schwabenland llegó de vuelta al puerto de Hamburgo.

Hasta 1942, Otto von Gruber se encargó de realizar mapas topográficos detallados de Neuschwabenland en base a las fotografías tomadas, aunque esta evaluación de los resultados también quedó interrumpida por el estallido de la guerra.
De las fotografías y mapas realizados por Ritscher (y del trabajo posterior de von Gruber), únicamente sobrevivieron cerca de 600 a la guerra, las cuales fueron redescubiertas en 1982, analizadas y publicadas en un estudio posteriormente.
El documento, denominado "Trabajo cartográfico y nomenclatura alemana en Neuschwabenland, Antártida", se puede consultar online: Kartographische Arbeiten und deutsche Namengebung in Neuschwabenland, Antarktis

Una de las pocas referencias a esta expedición se produjo el 25 de mayo de 1939, cuando apareció en el "Berliner Illustrierte Zeitung" un mapa a pequeña escala de la zona explorada. Se trataba de un mapa no autorizado dibujado por el mecánico de aviones Franz Preuschoff, pasando a conocerse este mapa por ello como "Preuschoffkarte".
La escasa información durante décadas, favoreció la aparición de diversos mitos y teorías de la conspiración sobre la expedición nazi a la Antártida, El mito más extendido, es el que sostiene que los alemanes llegaron a construir una gran base militar nazi en la Antártida, probablemente cerca del Oasis Schirmacher, sobreviviendo gracias a las fuentes termales. Una base que además habría servido como refugio a los líderes nazis tras acabar la Segunda Guerra Mundial en 1945, y donde se habrían realizado todo tipo de experimentos secretos, incluyendo la construcción de Ovnis o platillos voladores en estas instalaciones antárticas.

Como parte de la denominada Tierra de la Reina Maud, toda la región es reclamada por Noruega desde 1939, lugar donde el país nórdico tiene situadas las instalaciones de observación y estudio científico. La reclamación de Noruega, junto con las reclamaciones territoriales de otros países en la Antártida, están recogidas en el Tratado Antártico.
La primera estación oficial alemana en la Antártida fue la Base Georg von Neumayer, levantada en 1981 en la costa de la Princesa Marta, en la denominada barrera de hielo Ekström. Debido al calor que generaba la estación para sus investigaciones, la base se estaba hundiendo en el hielo y tuvo que ser abandonada, construyéndose otra varios kilómetros al sur, en una zona más interior del continente.
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