
Una historia de grandes victorias que convirtieron a Roma en la potencia dominante del Mediterráneo durante siglos, pero plagada también de grandes derrotas, destacando: la batalla de Cannas, en el 216.a.C, cuando el cartaginés Aníbal Barca venció a las tropas romanas a pesar de encontrarse en inferioridad numérica; o la batalla del Bosque de Teutoburgo, cuando Roma fue derrota por una alianza de pueblos germanos en el año 9 d.C.
Sin embargo, ninguna de estas grandes derrotas de la historia de Roma fue tan sangrienta y causó tantas pérdidas al ejército romano como la ocurrida en el sur de Francia, en el año 105 a.C. Se la conoce como la Batalla de Arausio, y fue la mayor derrota en la historia de Roma y una de las batallas con más pérdidas humanas del mundo Antiguo.

El ejército del procónsul Quinto Servilio Cepión acampó en una orilla del río Ródano, cerca del pueblo de Arausio. Mientras tanto, el senado romano, había enviado también al cónsul Cneo Malio Máximo, un militar inexperto, al mando de las legiones del norte, para ayudar a defender las posiciones romanas en la Galia. La orden de Malio Máximo era reemplazar a Quinto Servilio como procónsul de la Galia Narbonense y tomar el mando del ejército, sin embargo, Cepión se opuso, negándose a cooperar, y Máximo acabó acampando su ejército en la otra orilla del río Ródano.

La gran batalla de Arausio se produjo el 6 de octubre del año 105 a.C, con un número de fuerzas en combate impresionante para la época. Por un lado se encontraba el ejército romano, formado por entre 80.000 y 100.000 legionarios, cerca de 50.000 auxiliares y más de 5.000 jinetes. En total, entre 150.000 y 200.000 efectivos sumando los ejércitos de Máximo y de Cepión. En frente, cerca de 200.000 guerreros cimbrios y teutones, o 300.000 según relató el historiador griego Plutarco.
El primer contacto entre ambos bandos ocurrió unos días antes, cuando Malio Máximo envió al legado Marco Aurelio Escauro, al mando de la caballería, compuesta por 5.000 jinetes, para que acampara 50 kilómetros al norte del enemigo para vigilarle. Sin embargo la estrategia fue un fracaso, ya que se encontraron con una avanzadilla de los cimbrios que les rodearon y atacaron su campamento. Las tribus germanas arrasaron el campamento romano y capturaron al legado Escauro vivo, llevándole ante su jefe, el rey Boiorix.

Para intentar unir los dos ejércitos, el senado romano envió a varios representantes para que mediaran entre los dos generales. Cuando parecía que Cepión iba a ceder, moviendo su ejército al mismo lado del río que el de Malio Máximo, decidió finalmente que la batalla debía darse en un lugar diferente, cruzando el río con sus tropas y estableciendo el campamento más cerca de las tribus germanas, a 30 kilómetros del ejército de Malio.
Viéndose rodeado por dos ejércitos a ambos lados, Boiorix se replanteó la estrategia y se dispuso a negociar con Malio Máximo una posible rendición. Ante la incertidumbre de que las negociaciones prosperaran y Máximo volviera a Roma triunfante, Cepión lanzó un asalto repentino contra el campamento cimbrio el 6 de octubre. Un ataque precipitado sin ninguna estrategia ni táctica estudiada, que se encontró con una férrea defensa por parte de las tribus germanas. El ejército de Cepión fue aniquilado casi por completo, permitiendo a los cimbrios saquear el propio campamento de Cepión que se había quedado prácticamente indefenso. Cepión consiguió escapar ileso del campo de batalla.

Al carecer de la caballería, uno de los flancos quedó al descubierto y fue aprovechado por los cimbrios para arrinconar a los romanos. Las tropas de Malio habían quedado situadas de espaldas al río, por lo que no pudieron huir en retirada. La mayoría de los que intentaron escapar por esa vía, acabaron ahogados en el Ródano, debido a su escasa destreza nadando y al peso de sus armaduras.
La cifra de víctimas que se cobró la batalla de Arausio es cuestión de debate entre los historiadores. El historiador romano Tito Livio, estimó que cerca de 80.000 soldados romanos murieron en el combate, a los que habría que sumar las tropas auxiliares. El historiador alemán Theodor Mommsen, afirmó que además de los 80.000 soldados, perecieron también cerca de 40.000 auxiliares y no combatientes.

Una derrota absoluta que se convirtió en el mayor desastre militar en la historia de la antigua Roma. Aunque por parte del ejército romano apenas quedaron unos pocos supervivientes, tanto el procónsul Quinto Servilio Cepión como el cónsul Cneo Malio Máximo, sobrevivieron al desastre de Arausio y regresaron a Roma, donde fueron juzgados diez años después.
Cepión fue acusado de "pérdida de su ejército", fue condenado al exilio, perdió la ciudadanía romana y se le hizo pagar una multa de 15.000 talentos. Murió exiliado en la ciudad de Esmirna, Turquía. Malio Máximo, perdió a sus hijos en la batalla y fue acusado por los mismos cargos, siendo juzgado y condenado también al exilio.

Los cimbrios se enfrentaron a otras tribus y posteriormente marcharon hacia los Pirineos en vez de dirigirse a Italia. Esta maniobra les dio tiempo a los romanos para reorganizarse y pocos años después, con el cónsul Cayo Mario al mando, Roma se enfrentó nuevamente a las tribus germanas, recuperando el sur de la Galia y expandiendo aún más su territorio, que llegaría a su máxima extensión tiempo después, durante la época del Imperio Romano.
No es muy publicitado que haya sido lapoer derrota, comparado con Carras ante Persas Partos, Cannas y otras mas ante germanos en europa del este.
ResponderEliminarCrei que Cannas habia sido la peor derrota.ahi murio la mayor parte de la aristocracia romana. Pero la Loba se sobrepuso.
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