
A su regreso a España en la primavera de 1493, Colón presentó el diario de a bordo a la Reina Isabel I de Castilla. Se hizo una copia del diario y la Reina se quedó el original. El paradero del diario original de Cristóbal Colón es desconocido desde 1504, siendo probablemente el mejor resumen que existe, la copia del manuscrito atribuida a Bartolomé de las Casas.

"Navegó aquel día con su noche veintisiete leguas su camino al Oeste y algunas más. Y en esta noche al principio de ella vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos cuatro o cinco leguas". La explicación más probable es que se tratase de un meteorito, un evento que muchos marineros debían de conocer bien, ya que estaban acostumbrados a presenciarlos en sus viajes.
Según la copia del diario hecha por Bartolomé de las Casas, en la noche del 11 de octubre de 1492 se anotó lo siguiente:

"Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana; puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre, aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese tierra; pero llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del Rey, y díjole que parecía lumbre, que mirase él, y así lo hizo y viola; díjole también a Rodrigo Sánchez de Segovia, que el Rey y la Reina enviaban en el armada por veedor, el cual no vio nada porque no estaba en lugar do la pudiese ver. Después de que el Almirante lo dijo, se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual a pocos pareciera ser indicio de tierra. Pero el Almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra." (Diario de a bordo del primer viaje de Cristóbal Colón)
La primera explicación del fenómeno la ofreció el propio Bartolomé de la Casas, quien atribuyó a indios con antorchas en alguna isla cercana, como el origen de la extraña luz. Sin embargo, la luz no provenía de la isla de Guanahani, el lugar en el que desembarcó Colón el 12 de octubre de 1492 en su primer viaje a América, sino que debía proceder de algún cercano a la isla de San Salvador. También se sugirió la hipótesis de que se tratase de un indio en canoa, aunque los fuertes vientos nocturnos en la zona, desecharon rápidamente esta idea.
Siglos después del extraño avistamiento de Colón y su tripulación, se han sugerido dos nuevas teorías: como un fenómeno natural y otra teoría que lo plantea como un fenómeno OVNI.

Sin embargo esta teoría está casi descartada debido a que Colón hace referencia a un pequeña luz, sugiriendo una fuente puntual como origen del fenómeno. Aunque el gusano bioluminiscente o "gusano de fuego" Odontosyllis enopla es capaz de producir este efecto, lo hace en determinados días concretos tras la luna llena, muy distinta a la que tuvo la tripulación de Colón la noche del 11 de octubre.
Debido a la importancia del histórico documento, se trata de un texto que ha sido ampliamente estudiado. Los ufólogos e investigadores de fenómenos paranormales también han ofrecido su particular teoría, considerando que la extraña luz que vio la tripulación de la Pinta, la Santa María y la Niña fue posiblemente un OVNI, pasando desde entonces a denominarse a este suceso como el OVNI de Colón.

Ya sea su verdadera explicación por las antorchas de unos indios en tierra, un gusano bioluminiscente en las rocas o como afirman los ufólogos, OVNIS que estaban presenciando un momento histórico de la humanidad como fue el descubrimiento de América para los europeos, lo cierto es que Cristóbal Colón y sus marineros observaron una extraña luz en su viaje a la que no consiguieron dar explicación.
Una interesante anécdota en todo caso, que aporta un punto de misterio a uno de los hechos más importantes de la historia. Tanto las cartas, como los diarios de Colón y numerosos documentos de sus viajes, se pueden consultar en pdf, a través de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: Relaciones y cartas de Cristóbal Colón
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