
La inspiración para el proyecto Memoria de la Humanidad proviene de antiguas civilizaciones como la griega o la romana, cuya historia ha sido reconstruida gracias a los antiguos textos y artefactos que se han conservado a lo largo de los siglos. A la vez es una crítica al mundo digital en el que vivimos, ya que gran parte de la información se almacena de forma virtual actualmente y una gran catástrofe o un colapso de la civilización podría llevar a perder gran parte de esa información para siempre.
MOM busca preservar una imagen de nuestra era lo más fidedigna posible, contando con participantes de todo el mundo para crear una "copia de seguridad" de la historia de la humanidad. También se está almacenando información considerada necesaria de preservar para el futuro, como por ejemplo la ubicación de los depósitos de residuos nucleares, colaborando con asociaciones como la NEA, la Agencia de Energía Nuclear.

La recopilación del contenido se divide en tres secciones. Una de contenido individual, aportado por cualquier persona de forma individual, y acompañado con una declaración de por qué este texto en particular es digno de preservación; un contenido general, que incluye textos como diarios de periódicos de todo el mundo, revistas o incluso perfiles de redes sociales seleccionados al azar; y un contenido específico que incluye información concreta de algunas instituciones, de universidades o de la industria nuclear.
Las tabletas de cerámica en las que se recoge la información están basadas en las antiguas tablillas de arcilla sumerias. Gracias al material cerámico en el que están construidas, son menos vulnerables a la corrosión, a la degradación biológica, a la intemperie y al desgaste normal durante más tiempo que otros materiales que se han utilizado para registrar información.

El motivo para utilizar un material tan resistente es para tener el soporte más duradero disponible, capaz de transmitir el mensaje durante un largo período de tiempo, estimado en un millón de años. Las tabletas pesan 600 gramos, son cuadradas y miden 20 centímetros de ancho y largo, y recogen información principalmente en texto aunque también pueden incluir imágenes con una resolución de 300 ppp. Existe además otra forma de almacenamiento mediante el denominado "microfilm cerámico", capaz de incluir hasta 5 millones de caracteres.
Posteriormente, las tablillas y los microfilms cerámicos son almacenados en cajas, sellados y almacenados a dos kilómetros de profundidad bajo la montaña en una especie de tumba faraónica del conocimiento.
En previsión de que este archivo de la humanidad sea necesario de utilizar en el futuro, se han anticipado las posibles variaciones de los idiomas a lo largo del tiempo, e incluso la hipótesis de que una inteligencia alienígena descubriera los archivos de MOM.

Como proyecto global, cualquier persona, entidad pública o privada, puede participar en el proyecto, ya sea aportando la información que considere relevante o mediante contribuciones financieras.
A cada participante del proyecto MOM se le entrega un disco de 6,5 cm de diámetro denominado "Token". En este token se indica el punto concreto de nuestro planeta donde se encuentra el archivo. La parte frontal muestra el contorno de Europa, señalando la mina Hallstatt, mientras que la parte trasera muestra la posición de la entrada al MOM en relación con la forma del lago Hallstatt.
El token debe ser transmitido a los descendientes de los propietarios, y uno de sus objetivos es que ante una catástrofe global, existan suficientes tokens repartidos por todo el mundo para que alguien la encuentre y pueda acceder a la información del MOM y reconstruir la sociedad.
Documentalium participa en el proyecto Memory of Mankind con la inclusión de varios artículos publicados en el blog. Si quieres participar también el proyecto o simplemente obtener más información sobre esta interesante iniciativa, lo puedes hacer a través de su página web oficial: Memory of Mankind Project
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